18 de mayo, Día Europeo de la Obesidad: cómo saber si la sufres y cinco maneras de evitarla
Un índice de masa corporal de 30 o superior alerta de obesidad, que sufrían una de cada ocho personas en el mundo en 2022
El doctor Alonso Poza asegura que estamos ante "una auténtica epidemia mundial que empieza a afectar a la edad pediátrica"
La obesidad, una enfermedad infradiagnosticada en España: cómo mejorar la atención y el tratamiento
Cada tercer sábado de mayo se celebra el Día Europeo contra la Obesidad para tratar de concienciar a la población sobre la dimensión del problema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, una patología que está cada vez más presente en la sociedad occidental.
El sobrepeso y la obesidad son dos conceptos que se emplean para describir el exceso de grasa corporal, el cual se relaciona a su vez con un repunte del riesgo de padecer otras enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, el colesterol y los problemas cardiovasculares.
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Por lo tanto, resulta fundamental, señalan desde el Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona, que los adultos distingan conceptos y comprendan cómo determinar si tienen o no un exceso de peso y qué deben hacer para ponerle solución.
¿Cómo saber si tengo sobrepeso u obesidad?
Principalmente, el sobrepeso y la obesidad son la consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta calórica (alimentación) y el gasto calórico (actividad física).
Para conocer si una persona tiene sobrepeso u obesidad, el primer paso es calcular el índice de masa corporal (IMC). Dicho dato resulta de dividir el peso en kilogramos entre la estatura en metros al cuadrado.
Un IMC por debajo de 18,5 indica un peso insuficiente y un IMC entre 18,5 y 24,9 se considera un peso saludable. Si el IMC se encuentra entre 25 y 29,9 hablaríamos de sobrepeso y un IMC de 30 o más advertiría de obesidad.
Sin embargo, hay que puntualizar que el IMC no tiene en cuenta el tipo de tejido en el cuerpo, si se trata de grasa o músculo. De este modo, algunas personas con un IMC alto pueden tener una cantidad saludable de ambas cosas.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos, detalla otra manera de estimar el riesgo potencial de enfermedades crónicas: midiendo la circunferencia de la cintura. En este caso, preocupa si el contorno es superior a 88 centímetros en mujeres y 102 centímetros en hombres.
Cada uno debe evaluar también su nivel de ejercicio físico. Si es muy bajo, lógicamente, contribuye al exceso de grasa corporal. Los expertos recomiendan realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica, de intensidad moderada a vigorosa.
La obesidad deja unas cifras muy preocupantes
Según la OMS, en 2022, aproximadamente una de cada ocho personas en el mundo (y alrededor del 16% de los ciudadanos de 18 años o más) sufría obesidad. Además, 37 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.
Desde 1990, la obesidad se ha más que duplicado en adultos y se ha cuadruplicado en adolescentes. Siendo considerado durante mucho tiempo un problema de los países de ingresos altos, va en aumento en las naciones con economías de niveles medios y bajos.
Un informe del citado organismo apunta que 1,2 millones de personas fallecen al año en Europa como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Una cifra a la que hay que sumar los decesos derivados de las complicaciones de salud que acarrea esta patología.
Por otra parte, la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO) resalta que se ha convertido en la segunda causa de muerte evitable en el planeta después del tabaco, y muy por delante de los accidentes de tráfico.
Sin abordar la obesidad, será difícil reducir en un 30% la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para el año 2030, una de las metas fundamentales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cinco formas de acabar con la obesidad
El doctor Alfredo Alonso Poza, jefe de servicio del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y coordinador de la unidad de obesidad del Hospital Ruber Juan Bravo, subraya que "es crucial comprender que la obesidad es una enfermedad crónica que debe abordarse con la misma seriedad que cualquier otra", añadiendo que "la necesidad de una intervención integral es clave".
Alonso Poza, especialista en cirugía laparoscópica, colorrectal y de la obesidad, con más de dos décadas de experiencia profesional, detalla cinco maneras de combatir la obesidad:
Cambios en la dieta. No sólo se trata de reducir las calorías y adoptar hábitos de alimentación más saludables, sino que hay que poner el foco en una reeducación.
Ejercicio físico. Mantenerse en movimiento y hacer ejercicio aeróbico es difícil, pero clave, para atajar la pérdida de peso. El incremento del ejercicio debe ser gradual, de manera que cada vez el cuerpo vaya permitiendo más.
Salud mental y grupos de apoyo. "El tratamiento de la obesidad debe ser un tratamiento multidisciplinar en el que intervengan un endocrinólogo, un nutricionista, un psiquiatra y un cirujano. Cuando fracasan las dietas, si la obesidad persiste, lo que hay que hacer es enfocar al paciente a una cirugía bariátrica que resuelva el problema", afirma el doctor Alonso Poza. Y agrega: "Estos pacientes generalmente tienen un cuadro de ansiedad y siempre sería aconsejable, después de una intervención quirúrgica, que tengan un soporte psicológico o psiquiátrico, según las necesidades".
Procedimientos endoscópicos. Este tipo de procedimientos no requieren ningún corte o incisión en la piel. Después de estar bajo anestesia, se insertan sondas flexibles e instrumentos a través de la boca y la garganta hasta el estómago. Los procedimientos comunes incluyen la gastroplastia endoscópica en manga y el balón gástrico. "Las técnicas endoscópicas son provisionales", especifica el cirujano.
Operaciones. "El público en general piensa que solo hay una intervención para la obesidad, y que tendrá el mismo efecto en cada individuo. Lo cierto es que hoy se realizan al menos 5 intervenciones diferentes con al menos 15 variantes, que se hacen de diferente forma y con diferentes fines", aclara el médico. Actualmente, prosigue, "está indicado que toda la cirugía de la obesidad se haga por laparoscopia, salvo en pacientes previamente multioperados". El especialista concluye que "la cirugía es el único tratamiento definitivo que existe para atajar favorablemente la obesidad".
Alonso Poza: "Una epidemia mundial"
El doctor Alonso Poza, cuestionado sobre si las dietas terapéuticas son efectivas para prevenir o controlar ciertas enfermedades, ha asegurado a la web de Informativos Telecinco que "sí lo son, sobre todo si se llevan a cabo bajo la supervisión de un endocrino o un experto cirujano bariátrico", puntualizando que "si no se hacen bajo la supervisión de un médico pueden tener cierta colateralidad por el adelgazamiento brusco, que se debe tratar. Este puede implicar alteraciones en la analítica del paciente".
El cirujano argumenta al respecto que "una persona que haya perdido kilos de una manera abrupta puede sufrir un repunte del colesterol en sangre o una elevación de las transaminasas y del ácido úrico. El motivo de ello es que la grasa que se moviliza también accede al torrente sanguíneo. Hay que tener cuidado y el paciente tiene que estar bastante bien hidratado".
En cuanto a la actividad física y al papel que desempeña a la hora de evitar la acumulación de grasa en el tejido adiposo, el médico dice que "es muy saludable", aunque especifica que "inicialmente, a una persona con obesidad mórbida no se le puede pedir que haga un ejercicio que sea traumatizante para sus caderas, sus rodillas o sus tobillos, como puede ser correr".
"Tendrá que basar su gimnasia en caminar una hora y media al día y realizar estiramientos. Es decir, debe evitar las lesiones. El ejercicio tiene que ser, por lo tanto, moderado, progresivo y no extenuante. Y se irá incrementando según el paciente vaya adquiriendo mayor movilidad".
Preguntado acerca de si la cirugía bariátrica es la única solución final para los pacientes con obesidad mórbida, comenta que "cuando ya en cinco ocasiones, pongamos, una persona no ha podido perder peso y además tiene un efecto rebote, es muy probable que tanto las dietas como los métodos provisionales fracasen".
El especialista afirma que "el balón gástrico es muy útil y es la técnica menos invasiva puesto que no se necesita hoy en día control endoscópico ni retirada por endoscopia. Hay balones biodegradables que se pueden utilizar para perder 20 kilos. Estamos hablando de personas, por ejemplo, mayores de 65 años y que tienen una obesidad tipo 1".
Eso sí, el doctor deja claro que "definitivo no hay nada y también hay fracasos incluso en la cirugía bariátrica", aunque matiza que "es, a largo plazo, lo único realmente efectivo". Y resalta que "entre un 15 y un 20% de los pacientes, al cabo de los 10 años, van a tener una reganancia de peso".
En cuanto a la necesidad de una ayuda de otros profesionales sanitarios, Alonso Poza considera que "es muy importante que estos pacientes tengan apoyo por parte de un especialista en psiquiatría o psicología que les haga ver que las dietas son algo que tienen que mantener de por vida ya que están ante una enfermedad crónica".
¿Y cuánto peso se puede perder y a qué ritmo? "Tras una cirugía bariátrica, la pérdida de peso suele estar en torno a los 10/12 kilos, a veces hasta 14, en el primer mes o mes y medio. Al siguiente mes se pierde algo menos, unos nueve kilos, al siguiente unos siete kilos, al otro alrededor de cinco, al siguiente unos tres… sí que es cierto que, en conjunto, se logra una pérdida ponderal de aproximadamente 40 kilos al cabo de medio año".
No obstante, el cirujano aclara que esto "depende también del peso del que partamos y del índice de masa corporal (IMC) que tiene el paciente. Y la técnica quirúrgica que se haya empleado, ya sea restrictiva o derivativa".
Sobre la grave situación durante la pandemia de covid, el médico indica que "aparte de otras muchas cosas, demostró que las personas obesas están inmunocomprometidas, con un riesgo quirúrgico muy alto, con un corazón que no está sano y con unos pulmones que no ventilan lo suficiente".
"Estamos ante una auténtica epidemia mundial con unos pacientes que tienen una morbilidad, en todos los aspectos, muy elevada. Es algo que socialmente habría que atajar", advierte.
Un gravísimo problema que en el siglo XXI, puntualiza, "empieza a afectar, incluso, a la edad pediátrica. Ese niño gordito, obeso, no es bonito. Es un niño que se va a convertir en un obeso mórbido. Los adipocitos se reproducen hasta la adolescencia y, cuantos más tengamos en el cuerpo, más tendencia vamos a tener a la obesidad".
Alonso Poza termina su entrevista en la web de Informativos Telecinco haciendo un llamamiento para "cuidar la alimentación desde la infancia". "Los pediatras tienen que concienciar a esas madres y a esos padres a los que les parece bien que su hijo sea un niño gordito, el cual es un obeso potencial", concluye.
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