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Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid sobre el consumo de alcohol en los jóvenes lo vincula con cambios emocionales, cognitivos y cerebrales, que puede hacerlos más vulnerables a una futura adicción. Una información de la periodista Laura Sólvez.
La investigación en la que ha participado el Departamento de Psicología Biológica de la (UAM) analizó el rendimiento alcanzado en diferentes pruebas neuropsicológicas y la actividad cerebral eléctrica de 82 jóvenes con una media de 18 años, que bebían alcohol, aunque sin ser una adicción.
Los investigadores utilizaron una serie de cuestionarios centrados en aspectos de regulación emocional e impulsividad, y llevaron a cabo una extensa evaluación neuropsicológica en la que se analizó su rendimiento en pruebas de atención, de memoria, y de funciones relacionadas con la planificación, la flexibilidad mental o la toma de decisiones.
El estudio en el que también colaboraron investigadores de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) reveló que "algo va mal, es decir, problemas de memoria, problemas de atención en gente joven que no debería rendir de esa manera”, ha explicado la directora de la investigación, Patricia Sampedro.
Los investigadores tratan de detectar los riesgos que pueden acercar a los jóvenes a convertir lo que es puntual en un hábito. “Haciendo un estudio longitudinal quizás podamos encontrar claves para prevención incluso para intervención cuando ya el problema se llama diagnóstico…”
Los autores analizaron la actividad cerebral se utilizó un electroencefalograma (EEG) que, de forma no invasiva, y mediante electrodos situados en el cuero cabelludo, permitió conocer la actividad eléctrica del cerebro en zonas corticales.
"Mediante esta técnica analizamos la ratio entre dos patrones de onda cerebral (theta/beta) que varios trabajos han relacionado con impulsividad y bajo control cognitivo", explicaron los autores.
“Son unos electrodos que se ponen en el cuero cabelludo y sobre todo nos interesaba la parte frontal, porque precisamente es la última en madurar y es ahí donde incide el efecto nocivo del alcohol” , han asegurado. “Y sí que vimos diferencias entre los chicos y chicas que no consumen el alcohol” “Y ver hasta qué punto son aplicables en la terapia, o tratamiento, o prevención incluso”
El siguiente paso es incluir el ejercicio físico en este estudio “no hay mejor fármaco para nuestro cerebro” utilizar los resultados para prevenir y tratar el consumo de alcohol. “Es importante también concienciar de esto y que vale, quieres consumir, quieres beber pero que sepas que tu sistema nervioso y tu cerebro va a experimentar cambios” y conocer a fondo todos sus efectos.
El consumo de alcohol en España comienza con 16 años, es un problema frecuente en la juventud es cada vez en edades más tempranas. Uno de cada tres niños de 12 y 13 años ya ha consumido alcohol y el 7% se ha emborrachado, según la última estadística del Plan Nacional sobre Drogas, de diciembre de 2023.
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