La diabetes y el alzhéimer podrían ser tratados con ácido de las hojas de olivos
Los compuestos bioactivos presentes en el aceite de orujo pueden ayudar a prevenir el Alzhéimer
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Las hojas del olivo contienen en una extraordinaria cantidad de un ácido que puede ser clave para el tratamiento o la prevención de la diabetes y del alzhéimer, según una investigación del Instituto de la Grasa que empezará en breve a probar en personas sus efectos tras los buenos resultados en laboratorio.
Se trata del ácido oleanólico, presente en el aceite de orujo de oliva, que será aprobado en coordinación con el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en pacientes con diabetes tipo 2, a los que se les aportará durante un año un aceite de oliva enriquecido con ácido oleanólico que ha producido para el ensayo la empresa Acesur, con la financiación de la Agencia Estatal de Investigación.
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“Creemos que podremos reducir el tratamiento farmacológico, pues es mejor paliar una enfermedad con la dieta que solo con medicamentos”, ha dicho a EFE el doctor Javier Sánchez Perona, del Instituto de la Grasa, radicado en Sevilla y perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Ya en 2019 el Estudio Prediabole determinó en personas prediabéticas que consumir aceite de oliva rico en oleanólico prevenía el desarrollo de la enfermedad. Después de tres años de ingesta la probabilidad de tener diabetes fue un 45 % menor en el grupo que recibió el aceite con ese compuesto extra.
La pregunta que ahora tratan de resolver es si es capaz de contribuir al tratamiento de la enfermedad en aquellas personas que ya sufren diabetes, a través del estudio OLTRAD que desarrolla el equipo de Sánchez Perona de forma pionera en el mundo.
El precio del ácido oleanólico supera 25 veces el del oro
Una de las circunstancias resueltas ha sido el precio del ácido oleanólico. Su coste en el mercado fabricado en laboratorio estaba este mes en 1,5 millones de euros el kilo, veinticinco veces más que el oro.
El Instituto de la Grasa desarrolló y patentó un método sencillo para la obtención de ácido oleanólico de alta pureza de la hoja del olivo. “Tan sencillo que hasta los niños pueden obtenerlo con materiales caseros con un grado de pureza aceptable”, afirma el investigador.
El ácido oleanólico defiende al olivo de los ataques de microorganismos y se encuentra en el fruto, pero sobre todo en la hoja, donde puede llegar hasta a un 3,5 % en materia seca.
Se ha estimado que un 25 % del peso de un olivo se debe a sus hojas, por eso un olivo de una tonelada métrica podría contener aproximadamente 1 kilo del compuesto.
El aceite de orujo de oliva, variedad especialmente rica en oleanólico, se consume poco en España, aunque el país es el primero productor mundial. Se obtiene como subproducto al producir el aceite virgen, extrayendo el aceite que queda con disolventes orgánicos, y luego se refina.
Los compuestos del aceite de orujo pueden ayudar a prevenir el Alzhéimer
El aceite de orujo se encuentra asimismo en el punto de mira de este equipo de investigación para tratar otra enfermedad, el alzhéimer. “Lo que proponemos es que los compuestos bioactivos del aceite de orujo podrían ayudar a prevenirlo o ralentizarlo”, indica Sánchez-Perona.
Las pruebas con personas están pendientes del reclutamiento de voluntarios, en colaboración con el hospital de Valme (Sevilla).
La vinculación entre diabetes y alzhéimer es una línea de trabajo, no corroborada plenamente por la ciencia, expuesta por un grupo investigador de EEUU que, incluso, considera a esta degeneración cerebral como una nueva diabetes, la tipo 3. La clave es la insulina, que regula las concentraciones de glucosa en la sangre.
La insulina como timbre en la puerta de las células
“Las neuronas necesitan combustible, y el esencial es la glucosa. La insulina actúa como un timbre en la puerta de las células. Cuando ese timbre suena, la célula abre la puerta para que entre la glucosa. Sin ese timbre, aunque haya abundante glucosa en la sangre, la célula no abre la puerta y no recibe el combustible”, explica el científico.
Cuando la célula recibe más glucosa de la que necesita, genera resistencia a la insulina, por eso la resistencia a la insulina, además de favorecer el exceso de azúcar en sangre, propicia la formación de placas características del alzhéimer.
“Si podemos hacer llegar los compuestos bioactivos del aceite de orujo al cerebro, podrían reducir la inflamación, algo que avalan los estudios in vitro, que han sido magníficos”, dice Sánchez Perona, que está convencido de que el oleanólico participa en muchos procesos fisiológicos y puede servir para diversas enfermedades. “El olivo nos nutre, pero también nos cura; realmente podemos considerar que nos está dando oro en cada gota de aceite que extraemos de él”.
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