El gas radón es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón entre personas fumadoras y la primera entre no fumadoras. Sin embargo, sus riesgos son escasamente conocidos. El radón actúa desde el subsuelo de edificios y casas de forma silenciosa y sin dar alguna señal por lo que para detectarlo se hace necesario el uso de dispositivos especiales.
El gas radón no tiene ni color, ni olor, ni sabor y solo se detecta si se busca de forma específica. Sin embargo es muy peligroso dentro de habitáculos cerrados, en los que entra y se acumula desde el subsuelo de forma sigilosa, sin dar ninguna señal de alarma. La única forma de detectarlo es mediante la instalación de detectores.
Quizá por no verlo, miles de personas conviven con el gas radón sin saberlo, ni preocuparse por ello, a pesar de que es responsable de entre el 3 y el 14 % de los casos de cáncer de pulmón, según datos de la OMS.
Este gas se produce de forma natural, por la desintegración del uranio presente en el suelo. Una vez se genera, el radón pasa fácilmente al aire y al agua. Aunque su presencia en espacios abiertos no es peligrosa sí lo es en espacios cerrados.
En España, el radón está bastante presente, sobre todo en comunidades como Galicia o Extremadura. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) monitoriza la percepción del riesgo del radón y publica un mapa sobre sus controles en los diferentes territorios.
Todos los edificios contienen radón, pero el 90% en concentraciones habitualmente bajas, según datos del CSN. No obstante, existen zonas geográficas en las que, por sus características geológicas, es más probable la presencia de inmuebles con niveles elevados de este peligroso gas.
La cartografía del potencial de radón en España, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear, categoriza las zonas del territorio estatal en función de sus niveles de radón y, en particular, detecta aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 Bq/m3, límites marcados por la Unión Europea.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado el Plan Nacional contra el Radón, que busca, con retraso, cumplir la directiva europea para reducir el riesgo de la exposición a este gas y fija que el nivel de referencia tanto para viviendas como para lugares de trabajo. Los científicos estaban esperando desde 2018 por la medida que busca frenar las 1.500 fallecidos cada año en España por un cáncer de pulmón provocado por una alta exposición al radón.
Hay que tener en cuenta que el radón se filtra a través de grietas en los suelos, espacios alrededor de las tuberías y cables, los poros de paredes hechas de hormigón hueco, los sumideros y los desagües.
En viviendas de antigua construcción, se puede reducir la concentración mejorando la ventilación del forjado. También instalando un sistema de extracción mecánica del radón en el sótano, en el forjado o la solera, evitando que el radón se filtre desde el sótano hasta las habitaciones, y sellando el piso y las paredes, lo que mejorará la ventilación de la vivienda.
La medida más común para reducir la incidencia del gas es mejorar la ventilación del edificio (29,9%), seguida del aumento de ventilación del forjado (21,7%), evitar que se filtre el gas desde el sótano (15,6%), sellar pisos y paredes(13,0%) e instalar un sistema de evacuación mecánica del radón en el sótano o bajo los pisos sólidos (10,5%).
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