Un estudio preliminar de la Asociación Americana del Corazón indica que las personas con ictus isquémico, causado por un coágulo, tuvieron una mejor recuperación temprana de la función cognitiva cuando fueron tratadas con inyecciones intravenosas de una combinación de componentes biológicamente activos de ginkgo biloba durante las dos primeras semanas tras el ictus.
El estudio se presentará en la Conferencia Internacional sobre el Ictus 2024 de la Asociación Americana del Ictus. Esta reunión, que se celebrará en Phoenix del 7 al 9 de febrero, es el principal encuentro mundial de investigadores y clínicos dedicados a la ciencia del ictus y la salud cerebral.
Por su parte, el ginkgo biloba es una hierba que se extrae de las hojas secas y las semillas del árbol gingko, una de las especies arbóreas vivas más antiguas y originaria de Asia oriental. Se utiliza ampliamente en la medicina tradicional china y está disponible como suplemento en los EEUU. Las terapias compuestas de los ingredientes activos del gingko biloba, administradas por vía intravenosa, se utilizan ampliamente para tratar el ictus en China debido a sus posibles propiedades antioxidantes que pueden proteger las células nerviosas de los daños.
Pese a ello, el ginkgo biloba no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) para ningún uso medicinal, y no hay pruebas suficientes que respalden ningún uso no aprobado por la FDA, según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, una división de los Institutos Nacionales de Salud.
A principios de 2023, los investigadores de este estudio publicaron los resultados de un ensayo multicéntrico realizado en China que indicaba que las personas con ictus isquémico se recuperaban mejor de los síntomas generales del ictus si eran tratadas con inyecciones diarias de ginkgo diterpeno lactona meglumina (GDLM), una combinación de los componentes biológicamente activos del ginkgo biloba. La investigación actual analizó la recuperación cognitiva de los participantes en ese estudio.
"Si nuestros resultados positivos se confirman en otros ensayos, las inyecciones de GDLM podrían utilizarse algún día para mejorar la función cognitiva de los pacientes tras un ictus isquémico", afirma Anxin Wang, profesor asociado de epidemiología clínica del Hospital Tiantan de Pekín de la Universidad Médica de la Capital, en Pekín.
Los investigadores analizaron la recuperación cognitiva de 3.163 supervivientes de ictus (edad media de 63 años; 36% mujeres) tratados por ictus isquémico de leve a moderado en 100 centros de China. A las 48 horas del ictus, aproximadamente la mitad de los supervivientes fueron seleccionados aleatoriamente para recibir inyecciones intravenosas diarias de 25 mg de GDLM durante 14 días, mientras que la otra mitad recibió inyecciones intravenosas diarias de placebo. El rendimiento cognitivo se evaluó antes del tratamiento, a los 14 días y a los 90 días mediante la escala de evaluación cognitiva de Montreal (MoCA), una prueba de cribado presencial de 30 puntos del rendimiento cognitivo que se suele utilizar con los supervivientes de ictus.
Al inicio del estudio -a las 48 horas del ictus y antes de comenzar el tratamiento-, el estado cognitivo de la mayoría de los pacientes era moderadamente deficiente, con una puntuación media de 17 sobre 30.
En el día 14, los supervivientes del ictus que recibieron las inyecciones del compuesto de ginkgo biloba habían mejorado las puntuaciones cognitivas en comparación con los que recibieron el placebo (una media de 3,93 puntos frente a 3,62 puntos más, respectivamente); y En el día 90, los que recibieron las inyecciones del compuesto de ginkgo biloba habían mejorado aún más las puntuaciones cognitivas en comparación con los que recibieron el placebo (una media de 5,51 puntos frente a 5,04 puntos).
"La proporción de pacientes que alcanzaron un nivel de mejora clínicamente significativo fue un 20 por ciento mayor en el grupo de GDLM, lo que indica que las inyecciones de GDLM pueden mejorar la función cognitiva en pacientes con ictus isquémico agudo", ha señalado Wang, quien ha añadido que "dado que el tiempo de seguimiento en este estudio fue sólo de 90 días, el efecto a más largo plazo de las inyecciones de GDLM requiere una investigación a más largo plazo".
"GDLM ha demostrado un efecto neuroprotector a través de múltiples mecanismos, como la expansión de los vasos sanguíneos cerebrales y la mejora de la tolerancia de las células cerebrales a la hipoxia (oxígeno inadecuado) y el aumento del flujo sanguíneo cerebral. El GDLM también tiene propiedades neuroprotectoras antioxidantes, antiinflamatorias y antiapoptóticas (muerte celular)", afirma Wang.
"Además, estudios de laboratorio han indicado previamente que GDLM puede promover la secreción de sustancias químicas asociadas con evitar enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer".
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