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El Ministerio de Sanidad ha ampliado las posibilidades de indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de los enfermeros y enfermeras. A partir de ahora, podrán prescribir el ibuprofeno y paracetamol para tratar la fiebre. La guía se ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una revisión de los medicamentos que contienen pseudoefedrina, como los ya mencionados, por causar daños cerebrales. Y es que el 20% de la población española tiene genes que alteran su respuesta al ibuprofeno, según un estudio del CNIO.
Se trata de la sexta guía de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de los enfermeros. Previamente, el Ministerio de Sanidad ha publicado guías para Enfermería en casos de heridas, diabetes tipo 1 y tipo 2, quemaduras, ostomías y sobre anticoagulantes orales. Se aprobó en la Comisión Permanente de Farmacia el pasado mes de octubre y ha sido acordado por el Ministerio de Sanidad con el Consejo General de Enfermería (CGE) y la Organización Médica Colegial (OMC).
Este documento pretende orientar las actuaciones de los enfermeros (indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos), ya sea para iniciar su uso, modificar la pauta, prorrogar, suspender el tratamiento o finalizarlo. Su objetivo es “ser una ayuda a los profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia y centrada en la persona" y garantizar la continuidad asistencial.
Los criterios para la selección de la guía han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda aportar un abordaje precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de salud a los que estas guías se refieren.
La decisión de reducir la fiebre con antitérmicos asume que no hay beneficio diagnóstico al permitir que la fiebre persista, y permite en pacientes sin contraindicaciones para los antitérmicos, el control del síntoma, la prevención de complicaciones y mejorar el confort del paciente. El seguimiento del tratamiento con antitérmico es una práctica común de los enfermeros en Atención Primaria, en el ámbito hospitalario e incluso en la educación sanitaria a la población para la autogestión de síntomas leves y la promoción de la salud.
Esta intervención de enfermería se integra como una parte más del proceso diagnóstico y del tratamiento global de las personas con fiebre. Está destinada a controlar dicho síntoma, aumentar la confortabilidad del paciente y disminuir las complicaciones. Esta guía no excluye la valoración médica con la aplicación de las medidas que la situación clínica del paciente necesite.
"Con estas actuaciones se colabora en la consecución del objetivo terapéutico de mejorar o resolver este síntoma y a prevenir futuras complicaciones", así lo recoge el BOE. Y es que el documento se establece como marco de referencia de los enfermeros para la realización de actuaciones relacionadas con la medicación durante el seguimiento colaborativo en determinados tratamientos, siempre mediante el uso de protocolos de actuación o guías asistenciales.
Esta guía se enmarca dentro del marco de desarrollo establecido en el Real Decreto (RD) 954/2015, de 23 de octubre, por el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros, así como las modificaciones realizadas por el RD 1302/2018 de 22 de octubre.
Desde el sindicato de Enfermería se ha subrayado así que la publicación de la guía de indicación enfermera relativa a los procesos con fiebre "constituye un nuevo avance para lograr el objetivo final de que todas las enfermeras tengan cobertura legal a la hora de indicar y utilizar medicamentos sujetos a prescripción médica de uso habitual". Aún así, ha recalcado que "aún quedan otras más pendientes una vez se finalicen los trabajos que se vienen realizando".
Otro de los puntos que ha subrayado es que, una vez publicadas las guías, los servicios de salud de las distintas Comunidades Autónomas "deben crear e implementar sus propios protocolos de asistencia que las contengan" con el objetivo de que "puedan finalmente resultar beneficiosas para los pacientes y profesionales".
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