La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha abierto una investigación sobre el ayuno intermitente y el ejercicio físico en mujeres postmenopaúsicas con sobrepeso. Este proyecto de investigación, que se extenderá durante 12 semanas, tiene como objetivo principal explorar los beneficios potenciales de esta combinación en la mejora de la salud de las participantes. No es la primera vez que se realiza un estudio similar para intentar descubrir si el ayuno intermitente es realmente la dieta ideal para este perfil de mujeres, aunque esta vez se estudiarán también otros parámetros de la salud.
En el Día Nacional de las personas con sobrepeso, hay que saber que varios estudios han demostrado que la menopausia se asocia específicamente, e independientemente de la edad, a aumento de peso. Esta ganancia, que se ha estimado en torno al 6%, se produce a expensas de un incremento aproximado del 17% de masa grasa. Prácticamente en todos los estudios la prevalencia de obesidad es mayor en mujeres que en varones para casi todos los grupos de edad, y aumenta según avanza esta, obteniéndose valores máximos alrededor de los 60 años. La menopausia es una de las etapas críticas de la mujer que favorece acumular grasa.
Miguel López Moreno, profesor investigador en Universidad Francisco de Vitoria y Álvaro López Samanes, profesor investigador en Universidad Pontificia de Comillas analizan para Informativos Telecinco los objetivos de este estudio y las posibilidades reales de que el ayuno intermitente, puesto siempre en el punto de mira, pueda ser beneficioso junto al ejercicio físico adecuado, para las mujeres postmenopáusicas con obesidad.
"Habitualmente nos hemos centrado en lo que comemos, pero el cuándo también tiene un profundo impacto sobre el organismo. El ayuno intermitente se caracteriza por restringir la ingesta de nutrientes en una franja horaria determinada (principalmente 8-10 horas). En los últimos años, se ha popularizado una modalidad de ayuno intermitente denominada alimentación restringida en el tiempo (TRE, de sus siglas en inglés: Time Restricted Eating) que se basa en adecuar la ingesta de alimentos al momento en el que nuestro cuerpo a nivel fisiológico puede utilizarlos de forma más eficiente. Por ello esta modalidad, atendiendo a los ritmos circadianos, promueve la ingesta de alimentos durante las horas de sol, limitándose de forma significativa durante las horas de oscuridad", señalan los expertos.
Ambos consideran que "esta modalidad de ayuno intermitente ha mostrado mejoras en diversos parámetros fisiológicos de importancia en mujeres postmenopáusicas como el peso corporal, porcentaje graso o de resistencia a la insulina en comparación con la ingesta de nutrientes sin franja horaria determinada (periodos de ingesta mayores de 12 horas) mostrándose estos efectos tanto en modelos animales como en humanos".
Este planteamiento, al contrario que otros protocolos de pérdida de peso que propagan por la restricción calórica parece provocar "una mayor adherencia cuando es desarrollado a lo largo del tiempo". Y ahí está la clave del éxito, y a partir de la cual se pueden explicar la mayor parte de los beneficios adheridos, ya que "supone una reducción inconsciente de la ingesta energética", señalan.
Sobre la posibilidad de recomendar este tipo de dieta los expertos son cautos. "La alimentación restringida en el tiempo o TRE no deja ser una estrategia dietética con potenciales efectos beneficiosos. Ahora bien, no todas las estrategias dietéticas son aptas para todo el mundo, ya que dependen de las circunstancias individuales de cada persona, que en última instancia favorezcan su adherencia a la intervención dietética. Del mismo modo, es primordial que esta estrategia se acompaña de una alimentación basada en alimentos vegetales integrales durante el franja del día en la que se consumen alimentos", alertan.
De lo que sí están convencidos, y los estudios lo demuestran, es la manera en la que influye la menopausia en el peso de las mujeres. "La menopausia implica una serie de cambios fisiológicos que habitualmente se da en mujeres de una edad comprendida entre los 45-55 años. Se caracteriza por el cese permanente de la menstruación durante un periodo de al menos 12 meses. Dentro de los efectos asociados, la menopausia está caracterizada por un aumento de peso, incremento de porcentaje graso y una mayor resistencia a insulina acompañado de un descenso de la masa muscular y la densidad mineral ósea. La base a nivel fisiológico de estas manifestaciones es compleja, aunque parece que ser la que privación de estrógenos podría tener un papel relevante, aunque no es la única causa", destacan los expertos.
Sí reconocen ambos que "como en cualquier etapa de la vida o condición patológica, no existe una dieta milagrosa que por sí sola sea capaz de curar o revertir una situación específica. Existen algunos patrones dietéticos que pueden prevenir un acúmulo excesivo de grasa. Estos patrones dietéticos se caracterizan por presentar un claro predominio de alimentos de origen vegetal y ser nada o poco procesados. Acompañar este patrón dietético con una estrategia como es la alimentación restringida en el tiempo (TRE) podría ser de interés para prevenir y abordar el exceso de adiposidad en esta etapa de la vida".
En el estudio, que comenzarán el próximo año, van a evaluar si la aplicación de esta modalidad de ayuno intermitente en combinación con el entrenamiento de fuerza puede ser una estrategia de interés para reducir la ganancia de peso corporal, así como favorecer el incremento de tejido muscular o aumento de la densidad mineral ósea en mujeres postmenopáusicas con obesidad. Del mismo modo se evaluará los posibles cambios en diferentes parámetros inflamatorios y de cardiometabólicos.
Respecto al ejercicio físico, es reseñable mencionar que "el entrenamiento de fuerza ha mostrado ser una herramienta necesaria que debe ser implementada debido a su alta evidencia para preservar tanto la masa muscular como la densidad mineral ósea en mujeres postmenopáusicas. De esta forma, se ha establecido que la práctica regular de 150 minutos/semana incluyendo entrenamiento de fuerza puede ser una estrategia muy efectiva para reducir los efectos deletéreos asociados a la menopausia, provocando una mejora de la calidad y cantidad de tejido muscular incrementado la densidad mineral ósea en este colectivo poblacional", defienden.
Las participantes en el estudio se comprometerán a un período de 12 semanas consecutivas, durante el cual recibirán acompañamiento y asesoramiento por parte de fisioterapeutas especializados en ejercicio físico tres días a la semana en el campus de la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid. Además, se les proporcionará una monitorización continua durante 24 horas de varios ritmos corporales, incluyendo el sueño, pulso, niveles de oxígeno, entre otros. También se les ofrecerá un plan personalizado de rutinas alimentarias, enfocado no en dietas estrictas, sino en hábitos saludables.
Se espera que, al finalizar el estudio, las participantes experimenten mejoras significativas en su salud, demostrando así la eficacia de este enfoque integral.
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