‘Fake Autismo’, así se llama la primera campaña que nace con el objetivo de combatir los falsos mitos y creencias que se comparten a través de redes. Se trata de una iniciativa de el Real Patronato sobre Discapacidad, que ha puesto en marcha a través del Centro Español sobre trastorno del espectro autista, una condición que muchos la detectan en la vida adulta, como el caso de Sara Cordina, quien lo descubrió con 41 años.
En esta campaña, son los mismos protagonistas los que derriban los bulos más comunes en este tema. Como, por ejemplo, su propia definición. “El autismo no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo”, explica uno de ellos. El objetivo de este proyecto es involucrar a la sociedad a través de la estética, la imagen y la música y que, de manera activa, participen en la detección de la difusión de bulos.
Una de las iniciativas que se han puesto en marcha es la creación del hashtag #FakeAutismo, para que los usuarios puedan detectar y compartir posibles desinformaciones que después serán comprobadas desde el Centro. Para saber diferenciar qué noticias, memes, rumores o bulos son falsos, el Centro Español de Autismo ha preparado una serie de materiales que se encuentran en su web.
El vídeo principal de la campaña muestra a Alex, Belén, Dari y Michael. Ellos son los cuatro protagonistas que desmienten tres bulos muy extendidos: "El autismo nos significa aislamiento social", "Tenemos interés y necesidad de relacionarnos con los demás", "El autismo no es sólo cosa de niños, las personas adultas y las mujeres también existimos", y "Es mentira que las pantallas provocan autismo".
Tal y como muestra Autismo España, apenas hay datos sobre personas con TEA, lo que dificulta su seguimiento en España. Aún así, la organización subraya que ha habido un incremento significativo de personas identificadas con el Trastorno del Espectro Autista, en su mayoría jóvenes. Casi el 80% tienen menos de 21 años y gran parte de ellos son hombres, aunque hay más mujeres incapacitadas judicialmente por esta condición.
Casi el 94% de las personas adultas, que están diagnosticadas, disponen de un certificado de discapacidad y el 63% de ellos vive en el hogar familiar, ya que tan solo existe el 21% de vivienda específica para personas con TEA. La organización pone así de manifiesto la importancia de poner en marcha recursos y políticas públicas para responder a las necesidades y demandas de las personas con TEA.
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