Nos pasamos el día utilizando el móvil, y esto no lo decimos figuradamente. Si una jornada normal tiene de media 12 horas en las que estamos activos, un usuario de móvil medio emplea una media de 4 horas diarias pendiente de su smartphone. Somos animales conectados a la red y enfermos de esa atención constante que nos reclaman las redes sociales.
Este enganche del teléfono, voluntario o involuntario, se traduce en una serie de movimientos de la mano, la muñeca, el dedo pulgar o los músculos cervicales, y claro, a más repetición de un gesto como hacer scroll o una postura incorrecta, más probabilidades hay de que acabemos notando que algo no anda bien en nuestras manos y cuello.
La aparición de lesiones relacionadas con el uso excesivo de dispositivos electrónicos no es sorprendente en la era digital, sobre todo en los últimos años. La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en el comportamiento de muchos de nosotros. Millones de personas empezaron a depender aún más de sus dispositivos móviles para el trabajo, la educación, el entretenimiento y la comunicación.
Una de estas lesiones emergentes es conocida coloquialmente como "Whatsappitis", un término que ha surgido a raíz del uso lesivo de aplicaciones de mensajería como WhatsApp. El nombre tiene algo de cómico y quizás suena a problema irrelevante, pero las consecuencias son muy reales entre quienes han empezado a sufrirla.
¿Cómo sé si tengo WhatsAppitis?
Este es un término no oficial. Hace referencia a un conjunto de síntomas relacionados con el uso excesivo del móvil, especialmente de aplicaciones de mensajería. El típico dolor o hinchazón persistente del pulgar que se cronifica cuando llevamos muchas horas, incluso días, utilizando repetitivamente el móvil. Dentro de la WhatsAppitis también se engloban distintos tipos de inflamación o lesiones muy comunes en el ámbito de la ofimática, donde las personas suelen pasar demasiadas horas trabajando con una mala postura.
Tendinitis del pulgar: se manifiesta como dolor en la base del pulgar. Puede irradiar hacia la muñeca. Las actividades que implican pinzar o agarrar, como escribir mensajes en el móvil, suelen agravar las molestias.
Síndrome del túnel carpiano: la presión sobre el nervio mediano que pasa por el túnel carpiano en la muñeca. Los síntomas incluyen entumecimiento, hormigueo y debilidad en la mano y los dedos. El uso repetitivo del móvil o coger el ratón de un PC a una altura incorrecta puede contribuir a la aparición de este tipo de dolor.
Dedos de garra: ciertas deformidades pueden desarrollarse como resultado del uso crónico y excesivo de dispositivos móviles. Los dedos adoptan una posición anormal debido al acortamiento y rigidez de los tendones.
Daño cervical, causado por mirar hacia abajo durante períodos prolongados. Genera una sobrecarga en los músculos y ligamentos del cuello.
Fatiga visual: ojos secos, visión borrosa y dolores de cabeza (o migrañas repetidas). También puede afectar la calidad del sueño.
Si quieres quitarle carga de trabajo a tu dedo pulgar y corregir la postura del cuello cuando tecleas en el teléfono, puedes cambiar ciertos movimientos y evitar otros.
Haz pausas regulares para estirar las manos, los dedos y el cuello. Establece límites de tiempo para la utilización de aplicaciones y juegos.
Adopta una postura más ergonómica: Mantén la cabeza y el cuello en una posición neutral. Utiliza accesorios, como soportes, para mantener tu dispositivo a la altura de los ojos.
Cuando escribas en el móvil, trata de usar las dos manos siempre que puedas. Procura no sostenerlo nunca con una sola mano, sobre todo si es uno de los pesados (iPhone 15, por ejemplo).
Evita la flexión de las muñecas. Siempre deben estar rectas, y, en lo posible, bien apoyadas.
Cuida tus cervicales: mantén el móvil enfrente de tus ojos y no flexiones el cuello.
Si experimentas síntomas persistentes, es fundamental consultar a un médico o terapeuta ocupacional para un diagnóstico y tratamiento adecuados.