Con el otoño llega la recolección de setas. Durante esta época, en las montañas y campos de toda España se pueden encontrar especies muy apreciadas para su consumo, como el champiñón silvestre, los níscalos, las setas de cardo o el boletus.
Sin embargo, hay que tener especial cuidado para evitar la recolección de hongos que puedan ser venenosos. Por eso, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha querido advertir a los ciudadanos de estos peligros y ha ofrecido una serie de consejos para recolectar y consumir setas de forma completamente segura.
La amanita phalloides es la seta más peligrosa que se pueden encontrar los aficionados a la micología. Su ingesta podría provocar incluso la muerte. Otras especies tóxicas son la marasmius y la amanita muscaria o matamoscas, que también es alucinógena.
En esta actividad es obligatorio respetar la normativa; circular con vehículos solo por los lugares permitidos; no obstruir caminos, pistas ni barreras que puedan impedir el paso de vehículos oficiales y de emergencias, y asegurarnos de que en la zona no hay actividades cinegéticas en marcha.
En los accesos principales a los lugares donde se hacen batidas o monterías hay que fijarse en las señales que indiquen que se está llevando a cabo dicha actividad.
Los Agentes Forestales recuerdan que en la recolecta las setas deben ser cortadas y nunca arrancadas, de modo que puedan volver a brotar en el mismo sitio. Además, es imprescindible transportarlas utilizando una cesta para que suelten sus esporas.
También hay que evitar los recipientes cerrados o las bolsas de plástico, lo que puede originar que se rompan, ensucien, humedezcan o fermenten los ejemplares reunidos.