Es un dicho popular aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre. Tanto es así que se ha demostrado que nuestros amigos pelucos tienen un efecto positivo en nuestra salud psicosocial y psíquica. Sin embargo, toda moneda tiene dos caras, y por ello conviene plantearse de los posibles efectos nocivos que pueden presentarse por culpa de nuestro perro. Y es que, por mucho que los adoremos, también suponen un riesgo a la hora de diseminar gérmenes, infecciones o posibles enfermedades. Eso sí, el riesgo es muy limitado, y en las siguientes líneas vamos a explorar las distintas posibilidades de contraer una enfermedad contagiada por nuestro perro.

Este tipo de enfermedades que se pueden transmitir entre animales y humanos se denominan enfermedades zoonóticas, e incluyen tanto a animales salvajes, como domésticos o en granjas. Hay diversos estudios que afirman que tener mascotas en nuestros hogares aumenta el riesgo de sufrir una infección bacteriana. No es habitual, pero es innegable que las mascotas portan gérmenes que pueden hacer enfermar a los seres humanos.

Hay que tener en cuenta que este contagio no suele ocurrir simplemente con estar en la misma habitación, y necesita que entremos en contacto con estos agentes malignos de formas bastante específicas. Hablamos de entrar en contacto con las haces y después tocarnos los ojos o la boca, que toquemos comida, agua u otra superficie contaminada, que nos laman la cara estando enfermos o que nos hagan algún tipo de herida en la piel.

Todas las enfermedades que vamos a listar a continuación pueden aparecer por el contacto con casi cualquier tipo de animal, por lo que no solo los dueños de perros están en posible peligro de exposición a estas. Es más, algunas de ellas son mucho más frecuentes en otras especies, pero los perros no se salvan de transmitirla. Es el caso, por ejemplo, de la brucelosis, que es más habitual contagiarse por comer productos lácteos o crudos sin pasteurizar.

Brucelosis

Una enfermedad bacteriana que produce síntomas similares a los de una gripe, y que puede ser contagiada por los perros, aunque no sea habitual. Puede tardar en manifestarse de 1 semana a 2 meses tras el contacto, y sus síntomas son pérdida de apetito, escalofríos, dolor abdominal y de cabeza, cansancio, fiebre y pérdida de peso. Su tratamiento es simple, ya que solo necesitaremos antibióticos tras su diagnóstico.

Campilobacteriosis

Esta infección bacteriana puede aparecer por el contacto con las heces, y es más habitual en aves, aunque perros y gatos también pueden transmitirla. Sus síntomas son similares a los de la gastroenteritis y tarda en aparece de 2 a 5 días después de la exposición. No suele necesitar tratamiento específico.

Leptospirosis

De nuevo una infección bacteriana que se transmite a través de líquidos, y por tanto en el caso de los perros (aunque hay una amplia variedad de animales que pueden contagiarla, como anfibios, mamíferos y reptiles)se disemina a través de la orina. Sus síntomas incluyen fiebre alta, molestias digestivas, dolores, ictericia y dependiendo de la gravedad puede llegar a la insuficiencia renal. Su incidencia en países desarrollados es baja, aunque su gravedad varía en función del paciente.

Rabia

Las vacunaciones obligatorias de los animales domésticos han convertido a esta enfermedad en algo casi anecdótico, aunque en países con alta población de perros en libertad puede ser un problema. Se contagia a través de heridas en la piel, bien por arañazos o mordiscos, y causa una amplia variedad de síntomas. Estos comienzan siendo similares a los de una gripe, incluyendo fiebre, con dolor donde se produjo el contagio. Sin embargo, estos síntomas suelen aparecer meses después de haber contraído la enfermedad, y ara entonces el índice de mortalidad es muy elevado.

Dermatofitosis (tiña)

Se trata de una irritación de la piel causada por un hongo, y que se contagia por contacto tanto entre animales, como en los humanos. También se puede contagiar por entrar en contacto con superficies que han tocado el hongo. Sus síntomas son sarpullidos circulares rojizos con picor, y con la medicación adecuada desaparecerán en 2 a 4 semanas. Es fácil identificar a los animales con esta enfermedad, porque las zonas afectadas tendrán poco pelo y zonas irritadas en la piel.

Salmonela

Esta enfermedad se puede contagiar por entrar en contacto con el germen en las heces o saliva del perro, o incluso por el contacto con objetos que tengan el germen, aguantando el ‘bicho’ de 4 a 6 semanas incluso estando en superficies de contacto. Sus síntomas incluyen fiebre, diarrea y vómitos.

La gastroenteritis también se puede pasar de perros a humanos, y viceversa, sufriendo ambos síntomas similares.