¿Qué le pasa a tu cuerpo si aguantas las ganas de ir al baño?

Los seres humanos tenemos muchas cosas en común, y una de ellas es la necesidad alimentarnos, para después expulsar los residuos de dicha acción. Da igual lo que comas, ya que eso solo afecta a la cantidad que eliminamos. Al final todos vamos al baño y tenemos necesidades fisiológicas. No hay una fórmula mágica para evitarlo, y tan solo es cuestión de cuánto tiempo podemos aguantarnos nuestras ganas. Sin embargo, conviene plantearse si esa acción de contención es mala y puede tener consecuencias sobre nuestro organismo. 

Los límites del cuerpo humano

Lo primero que debes saber, y además seguro que eres consciente de ello, es que el cuerpo humano no puede contener sus residuos indefinidamente. Por suerte, la naturaleza es sabia y cuando llegue el momento de liberar, lo sabrás. Lo que sí debes tener en cuenta es que aguantarte las ganas de ir al baño durante demasiado tiempo puede causar daño a tu vejiga, y afectar a tu salud. 

La vejiga humana puede contener entre 400 y 500 mililitros de orina, aunque este órgano sano puede hacer el “esfuerzo” y contener mayores cantidades de líquido. Además los liquidos que ingieras tardan una media de 9 a 10 horas en pasar por tu cuerpo y convertirse en residuo. Aún a pesar de esto último reiteramos que esto aguantarse el pis ni es lo ideal, ni lo más sano para tu cuerpo. Los expertos aconsejan orinar cada 3 horas siempre que sea posible, para un total de 6 a 8 citas con el mingitorio cada día

Los peligros de aguantar las ganas de ir al baño

Tenemos una noticia moderadamente buena, y otra noticia que no lo es en absoluto. Empezamos por lo positivo. Los daños en la vejiga suelen ser acumulativos. Esto quiere decir que aguantarte varias horas una vez, por las mejores razones, probablemente no suponga ningún daño para tu vejiga. Los médicos afirman que las posibilidades de que te explote la vejiga de tanto aguantar son prácticamente inexistentes, ya que antes tu vejiga liberaría su contenido de forma involuntaria. 

Las malas noticias de las que hablábamos más arriba son que si ese comportamiento de aguantarnos lo convertimos en costumbre, sí que podrían aparecer complicaciones urinarias. La principal es que aguantar las toxinas de la orina dentro de tu cuerpo puede resultar en una infección del tracto urinario, pero no es el único riesgo. También es posible que si aguantamos demasiado las ganas de ir al baño nuestra vejiga comience a atrofiarse y, con el tiempo, desarrollemos incontinencia. Además, si retenemos la orina por 10 o más horas, los músculos de la vejiga podrían bloquearse, generándose así una retención urinaria, que necesitaría de ayuda médica para poder liberarse. Finalmente, en caso muy, muy raros, la vejiga podría llegar a reventar, amenazando a nuestra propia vida. 

Cuándo es normal ir al baño menos

La frecuencia con la que acudimos al baño depende de nuestras características y condiciones. De esta manera, hay medicaciones que nos harán ir al baño más a menudo, además de ciertas condiciones médicas, como la diabetes o el embarazo. Del mismo modo también hay situaciones que hacen que necesitemos menos usar el urinario. Es el caso de la deshidratación, que tiene fácil solución. Además hay problemas y enfermedades que también pueden afectar a nuestra capacidad para orinar. Es el caso de los problemas en el riñón, las infecciones del tracto urinario, tener la próstata inflamada, etc.

En general todos estos problemas se eliminan o minimizan yendo al baño con suficiente frecuencia, y no forzando más de la cuenta a nuestra sufrida vejiga. Al fin y al cabo no tenemos una de repuesto.