Varios estudios relacionan los PFAS, conocidos como los ‘químicos eternos’, con problemas de salud como cáncer daño renal y hepático, enfermedades cardiovasculares o diabetes, entre otros. Estas sustancias se encuentran en muchos objetos cotidianos, algunos insospechados. En este sentido, un nuevo estudio ha encontrado estas sustancias químicas en productos de higiene femenina.
Una investigación presentada en la Convención de otoño de la American Chemical Society y publicada por ‘Medical News Today’, revela que se han hallado concentraciones altas de estas sustancias en tampones, compresas, ropa interior menstrual y copas menstruales, sin que estas constasen en su etiquetado.
Para comprobar la presencia de estas sustancias, un equipo, liderado por Grahm Peaslee, de la Universidad de Notre Dame en Indiana, analizó un centenar de productos y sus empaquetados buscando compuestos fluorados, que indican la presencia de perfluoroalquilos y polifluoroalquilos.
Tras analizarlos, se detectaron altas concentraciones en algunos casos de polifluoroalquilos tanto en los empaquetados de las compresas y tampones como en las capas más externas de la ropa interior menstrual.
La hipótesis de los investigadores es que los fabricantes añaden esta sustancia para mantener los productos secos y evitar que la sangre traspase.
Sherry Ross, obstetra-ginecóloga y experta en salud de la mujer del Centro de Salud Providence Saint John's en California, apunta a que estas sustancias podrían permanecer en el cuerpo y causar problemas hormonales y reproductivos, supresión inmune y posibles riesgos de cáncer, pero no hay evidencia científica sobre ello.