Si tiene el pelo rizado, sabe que cada día es una nueva aventura. ¿Qué hará mi pelo hoy? ¿Por qué se riza mejor unos días que otros? Incluso las personas de pelo más listo pueden notar que se les riza un poco –o, seamos sinceras, que se les encrespa– en los días húmedos de verano.
Como persona con el pelo rizado, siempre estoy buscando la mejor manera de cuidarlo y entenderlo. Como química, me interesa la ciencia que hay detrás del comportamiento de mi pelo a nivel molecular. Hay diferentes tipos de cabello, desde liso a rizado, y se comportan de forma diferente según su estructura. Pero la composición molecular del cabello es la misma.
El pelo empieza a crecer bajo la superficie de la piel, pero es lo que ocurre después de que asome lo que determina si tienes un buen día capilar o uno malo.
Las tres capas del pelo. Christinelmiller / Wikimedia Commons, CC BY-SA
Cada cabello puede tener tres capas: la médula, la corteza o córtex y la cutícula. Es como si cada pelo fuera un pequeño tronco de árbol.
El núcleo del cabello es la médula. Retiene la humedad, como la médula en el centro del tronco de un árbol. Es también una parte muy frágil, pero sólo los cabellos gruesos o ásperos la contienen. Las personas con cabello fino o rubio normalmente no tienen capa medular.
A continuación está la corteza, que constituye la mayor parte del pelo y es análoga a la madera de un árbol. La corteza está formada por moléculas proteicas en forma de resorte que se disponen en filas paralelas en un haz cilíndrico. La forma exacta de ese haz está determinada por el folículo piloso, que es un poro de la piel a partir del cual crece el pelo.
La forma en que el pelo sale del folículo influye en la distribución de sus proteínas. Así, un folículo recto produce pelo liso y un folículo curvo produce pelo rizado. Cuanto menos uniformemente estén distribuidas las proteínas, más rizado será el pelo. El código genético también influye en la forma de la corteza y, por tanto, en la forma y el grosor del pelo.
Por último, la capa más externa del cabello se llama cutícula. La cutícula es como la corteza de un árbol, e incluso parece corteza al microscopio.
La cutícula de un pelo al microscopio. Lauren Holden, CC BY-SA
La función de la cutícula es proteger la corteza, pero la cutícula se daña muy fácilmente. Imagínese levantar o quitar la corteza de un árbol. Si lo hiciera, la madera del interior quedaría expuesta a la pérdida de humedad, al medio ambiente y al deterioro.
Lo mismo ocurre con cada cabello. Cuando la cutícula se daña por el cepillado, los productos químicos, el viento o el calor, a las proteínas del córtex les cuesta mucho más mantenerse unidas. Esto significa que pueden perder humedad, ganarla, deshilacharse como una cuerda –lo que provoca puntas abiertas– e incluso romperse. Todos estos factores pueden influir en el aspecto del cabello.
¿Y qué tiene que ver todo esto con la humedad? Bueno, las proteínas del cabello contienen muchos enlaces químicos permanentes. Sólo los tratamientos químicos como las permanentes o los alisados pueden cambiar estos enlaces. Pero hay otro fenómeno natural que mantiene las moléculas de proteína del córtex en línea: algo llamado enlace de hidrógeno.
Las largas y fibrosas moléculas de proteína de la corteza contienen diminutas cargas positivas y negativas en toda su estructura. Como las cargas opuestas se atraen, filas enteras de proteínas pueden atraerse entre sí como pequeños imanes débiles.
Calentar o mojar el pelo rompe la atracción magnética entre estas filas de proteínas. Así, el calor y el agua pueden reorganizar las proteínas del pelo rompiendo los enlaces de hidrógeno que mantienen unida su estructura.
El agua es una de las mejores moléculas en enlaces de hidrógeno. Así que cuando una molécula de agua tiene la oportunidad de formar un enlace de hidrógeno con algo, lo hace.
En el cabello, el agua puede formar enlaces de hidrógeno entre las filas de proteínas en la corteza capilar. Es el grado en que esto ocurre lo que determina el destino del cabello.
Cuando sólo entra un poco de agua en el cabello, como puede ocurrir en condiciones de baja humedad o cuando la cutícula está sana y es capaz de mantener mucha agua fuera del córtex, el pelo puede rizarse. Cuando la humedad es alta o la cutícula está dañada, entra más agua en el cabello. Demasiada agua puede hinchar y agrietar la cutícula, haciendo que el pelo parezca encrespado.
Mucha gente considera que el problema del pelo encrespado es la humedad, pero peinarse en un ambiente húmedo y luego entrar en uno más seco también puede ser un problema. Las moléculas de agua que abandonan el córtex capilar también pueden provocar un cambio en el comportamiento del cabello.
Una capa de cutícula dañada deja el córtex más susceptible a que las moléculas de agua entren o salgan y causen estragos en el cabello. Cada vez que las moléculas de agua entran o salen, la estructura del cabello sufre y el peinado puede arruinarse. Cuando la cutícula está sana, puede proteger el córtex y hacer que el cabello sea menos susceptible a los cambios climáticos o medioambientales. En resumen, una cutícula capilar sana ayuda a mantener la humedad adecuada en el córtex.
El calor de las herramientas de peinado es el mayor culpable de estropear las cutículas, pero los tratamientos químicos, el cepillado, el sol y el viento también pueden causar daños. Evitar estas actividades puede ayudar, pero algunas cosas, como la exposición al sol, no pueden evitarse.
También puede cuidar su cuero cabelludo: un cuero cabelludo limpio y sano conduce a unas cutículas capilares sanas. Utilizar productos hidratantes en el cabello también puede ayudar a mantener la salud de las cutículas. Los aceites y los tratamientos hidratantes pueden incluso restaurar las cutículas dañadas. La buena noticia es que si conoce bien su cabello y lo trata bien, puede ayudar a prevenir los efectos indeseados de la humedad.
Artículo elaborado por Tara S. Carpenter (Principle Lecturer, University of Maryland, Baltimore County).