Una persona fallecida y casi un centenar de afectados es el balance de un brote de salmonela extendido por varios países de Europa, originado posiblemente por los tomates cherry, según ha manifestado el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades. La mayoría de estos casos se registraron entre octubre del año pasado y enero de 2023.
La salmonelosis es una enfermedad bacteriana común que afecta el tubo intestinal. La bacteria de la salmonela generalmente vive en los intestinos de animales y humanos y se expulsa mediante las heces. La manera más habitual de intoxicación en los humanos es a través del agua o de alimentos contaminados.
Algunas personas con infección por salmonela no tienen síntomas, aunque bien es cierto que una gran parte de los enfermos presentan diarrea, fiebre y calambres abdominales entre las 8 y las 72 horas siguientes a la exposición, según apunta la Clínica Mayo.
La mayoría de las personas sanas se recupera en unos pocos días o una semana sin tratamiento específico. El período de incubación puede ser de 6 horas a 6 días. Con frecuencia, los enfermos que se han visto infectados por salmonela pueden llegar a pensar que tienen gripe estomacal.
Entre los posibles signos de la intoxicación también encontramos náuseas, vómitos, escalofríos, dolores de cabeza y sangre en la materia fecal. Algunas variedades de la bacteria salmonela provocan fiebre tifoidea, una enfermedad que puede resultar mortal y que es más común en los países en desarrollo. En algunos casos, la diarrea puede desembocar en una deshidratación grave y requerir atención médica inmediata.
Cabe destacar que la salmonelosis, en general, no pone en riesgo la vida. No obstante, en algunas personas, especialmente en bebés y niños pequeños, en ancianos, en ciudadanos con algún órgano trasplantado, en mujeres embarazadas y en personas con el sistema inmunitario debilitado, el desarrollo de complicaciones puede ser peligroso. También puede comprometer la vida si la infección se propaga a otras zonas del cuerpo fuera de los intestinos.
Además, las personas que hayan sufrido salmonelosis, subraya la Clínica Mayo, cuentan con un mayor riesgo de padecer artritis reactiva por dicha infección. Es el conocido como síndrome de Reiter, que causa irritación ocular y dolor en las articulación y en el momento de orinar.
Además de los síntomas mencionados, la infección por salmonela se puede detectar mediante el análisis de una muestra de heces. Del mismo modo, un análisis de sangre puede detectar la presencia de la bacteria. Sin embargo, como indicábamos anteriormente, es probable que la persona haya superado la enfermedad antes incluso de que le den los resultados.
Prevenir la deshidratación con una ingesta de líquidos adecuada puede ayudar a recuperarse. Además de beber líquidos, el doctor puede recetarnos antidiarreicos, para ayudar a aliviar los cólicos por la diarrea, o antibióticos.
Este último grupo de fármacos se suelen administrar cuando el médico sospecha que la bacteria ya ha ingresado en el torrente sanguíneo, cuando la infección presenta un cuadro grave o cuando se tiene débil el sistema inmunitario.
Pese a ello, en la mayoría de los casos, los antibióticos no ayudan. De hecho, pueden prolongar el período durante el cual uno es portador de la bacteria e incluso aumentar el riesgo de volver a sufrir otra infección.