Iria es una niña leonesa de tres años a la que, con tan sólo 13 meses, los doctores, después de varias revisiones, le diagnosticaron un retinoblastoma, es decir, un cáncer ocular que comienza en la retina, el recubrimiento fotosensible de la parte interior del ojo. Por ello, la pequeña ha perdido la visión completa de su ojo derecho.
Según recoge 'Leonoticias', su madre, Susana Vejo, pretende que se mejore la atención en estos casos aumentando la rapidez del servicio para prevenir posibles cegueras. Con el fin de recaudar fondos para la Asociación Española de Retinoblastoma (AER), el pasado 6 de mayo se organizó un mercadillo con juguetes donados por la población y un torneo solidario de baloncesto 3x3. Fue un éxito y un paso más en la lucha de esta familia.
El retinoblastoma sucede cuando las células nerviosas de la retina presentan mutaciones genéticas. Estas mutaciones hacen que las células cancerígenas sigan creciendo y se multipliquen en casos en que las células sanas morirían. Estas células que se acumulan en masa forman un tumor.
Las células de retinoblastoma pueden invadir más profundo en el ojo y en las estructuras cercanas. El retinoblastoma se puede diseminar (hacer metástasis) a otras zonas del cuerpo, incluidos el cerebro y la columna vertebral, según especifica la Clínica Mayo.
En la mayoría de los casos de retinoblastoma, no está claro qué causa las mutaciones genéticas que llevan al cáncer. Sin embargo, es posible que los niños hereden la mutación genética de los padres.
Dicho cáncer afecta generalmente a niños menores de 7 años y se diagnostica con mayor frecuencia en pequeños de entre uno y dos años. En raras ocasiones puede manifestarse en adultos. La enfermedad puede aparecer en uno o en ambos ojos.
Los síntomas no son comunes pero existen una serie de signos que pueden ponernos en alerta:
En cuanto al tratamiento, las opciones dependen del tamaño y de la localización del tumor. Los retinoblastomas pequeños se pueden tratar por medio de cirugía con láser o crioterapia (congelamiento).
La radiación se emplea tanto para un tumor que está dentro del ojo como para otros más grandes. Y puede que sea necesaria la quimioterapia si el cáncer se ha diseminado más allá del ojo.
Si el tumor no responde a otros tratamientos, podría recurrirse a la extirpación del ojo, un procedimiento denominado enucleación. En algunos casos, subraya 'MedlinePlus', se trata de la primera medida frente a la enfermedad.