Los lunares y las manchas en la piel son un elemento del cuerpo al que tenemos que tener especialmente vigilado debido a que el aumento de su tamaño, el cambio de su color o de dureza puede ser un síntoma de alguna enfermedad o complicación.
Por eso, los especialistas y dermatólogos recomiendan tener vigilados los lunares de nuestra piel y, en caso de sufrir alguna modificación o notar algo raro, acudir de inmediato al médico para revisar esta mancha de la piel.
Precisamente, esto fue lo que le ocurrió a Ilia J. Smith. Esta mujer de 42 años que vive en Dallas ha querido contar qué le ocurrió a raíz del aumento del tamaño de uno de los lunares de su piel. Según ha contado ella misma, en 2009 se encontraba en un spa junto a una amiga suya que trabajaba como doctora. Nada más ponerse en bañador, su amiga se fijó en uno de los lunares de su cadera y le recomendó que le echase un vistazo y estuviese pendiente de si cambiaba de color, dureza o se llenaba de sangre.
Sin embargo, Ilia J. Smith le quitó importancia y aseguró que se trataba de una mancha de nacimiento que siempre había estado con ella. Pasaron los años y su lunar seguía completamente igual hasta que en 2019 empezó a acumularse un poco de sangre alrededor de esta mancha. Fue entonces cuando Ilia J. Smith empezó a preocuparse y a recordar aquella conversación que tuvo en el spa con su amiga en la que aludían al lunar de su cadera.
Su preocupación fue más allá cuando un día el lunar empezó a sangrar cuando Ilia J. Smith sin querer raspó su uña contra la mancha de su cadera. Asustada y recordando las indicaciones de su amiga, Ilia J. Smith decidió mandarle una foto de la mancha de nacimiento para conocer su opinión médica. Nada más recibir la fotografía, la profesional sanitaria y amiga de Ilia J. Smith le recomendó que visitase un dermatólogo de urgencias.
Siguiendo las recomendaciones de su amiga, Ilia J. Smith pidió cita con un profesional médico. Tras conseguir cita con una dermatóloga y realizarle varias pruebas médicas, su doctora le diagnosticó un melanoma en etapa 2B, el nivel más avanzado de cáncer de piel en etapa dos.
Una vez obtenido el diagnostico médico, esta mujer de 42 años tuvo que someterse a una intervención en la que le extirparon esta mancha de nacimiento de 8x4 centímetros. Al ver que el cáncer no se había desarrollado, el equipo médico Ilia J. Smith decidió no someterla a ningún tratamiento y optar por una revisión cada tres meses para verificar que el melanoma no se ha propagado.
Ahora, Ilia J. Smith ha cambiado por completo su estilo de vida. De ser una mujer a la que le encantaba el sol, se bronceaba con aceites y cremas potenciadoras, salía a correr con poca ropa y pasaba largas jornadas en la playa debajo de sol a convertirse en una paciente que cuida su piel cada día y se protege de los rayos que le pueden perjudicar su salud.
Tras haber pasado por esta pesadilla, ella misma ha querido recomendar a todos aquellos que lean su entrevista que estén pendientes de los lunares y así eviten los sustos que ella se ha llevado por haber desatendido esta mancha que consideraba inofensiva en su piel: "Creo que todas las etnias, no solo las personas pigmentadas, necesitan mirarse a sí mismas. Si tiene pecas o lunares, mírelos y hágalos revisar al menos una vez al año por un dermatólogo certificado por la junta".