La primera ola de calor del año se va a adelantar (y mucho) al verano este año. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) está anunciando una subida de las temperaturas para los próximos días que traerá máximas superiores a 35 grados en muchas zonas de España, incluso podrían exceder los 40 ºC en puntos del sur peninsular. Al ser la primera ola de calor del año, desde el Ministerio de Sanidad alertan de que será también la más peligrosa. Estas son las recomendaciones para proteger la salud.

“La entrada progresiva de una masa de aire muy cálido y seco, de origen africano, sobre la Península y Baleares”, va a traer “valores propios de verano y excepcionalmente altos para estas fechas”, ha comunicado la Aemet.

Es muy probable que el jueves y el viernes sean los días más calurosos (serían calurosos incluso para el mes de julio).

“Se alcanzarán los 30 ºC en buena parte de la mitad norte peninsular y Baleares, a excepción del extremo norte peninsular. En el Cantábrico y Galicia, aunque las temperaturas serán anormalmente altas superando los 25 ºC, no se espera que alcancen los 30 ºC”, pronostica la Aemet.

“En la mitad sur peninsular y el valle del Ebro se alcanzarán de forma generalizada los 35 ºC. Estos valores se superarán ampliamente en el valle del Guadalquivir, donde incluso se podría llegar hasta los 40 ºC”, añade la agencia meteorológica.

La primera ola de calor del año suele ser la que más problemas de salud causa, lo cual demuestran los datos de ingresos hospitalarios.

El calor afecta sobre todo a personas que sufren enfermedades, puesto que agrava patologías respiratorias, circulatorias, neurológicas o endocrinas, como lo hace también la contaminación, por ejemplo. Por tanto el riesgo para la salud no es tanto por los golpes de calor como por el empeoramiento de otras enfermedades ya existentes.

Los “mecanismos” que ayudan al cuerpo a regularse ante las altas temperaturas no son inmediatos, sin que llevan un periodo de adaptación. Por ello, es más probable que suframos fatiga, mareos, dolor de cabeza, nauseas o ritmo cardiaco acelerado con la primera ola de calor del año. Las primeras olas de calor del año suelen ser las que registran un mayor índice de mortalidad.

Según un estudio llevado a cabo hace unos años en Estados Unidos, la cifra de muertes en la primera ola de calor puede incluso duplicar las de otros episodios a lo largo del verano.

La frecuencia y la intensidad de las olas de calor ha aumentado considerablemente en los últimos 20 años. Desde 2004 se han puesto en marcha en España planes de prevención ante fenómenos extremos como este, para alertar a los diferentes sistemas sanitarios y también a la población vulnerable.

Por tanto, aunque estamos más preparados hoy ante estas olas de calor que hace dos décadas, todavía queda mucho en cuanto a adaptación, sobre todo en las áreas urbanas, que sufren el efecto "isla de calor" que hace que la temperatura se dispare en las ciudades.

Los expertos insisten en la necesidad de protegerse de las altas temperaturas estos días con algunas medidas preventivas, sobre todo en las personas mayores, discapacitadas y los niños menores de 5 años, así como personas con enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, cardiopatía, obesidad, alcoholismo), que tomen alguna medicación o que trabajen expuestos al calor.