La trombosis del viajero es uno de los principales peligros que corremos cuando realizamos largos viajes en los que permanecemos muchas horas sentados sin movernos, especialmente en los vuelos en avión.
Como se puede adivinar, su denominación médica no es esa, sino trombosis venosa profunda, la cual se produce cuando se forma un coágulo de sangre o trombo en una vena situada en las piernas o en los muslos debido a la falta de movilidad
La principal razón de llamarla trombosis del viajero es que se han repetido situaciones en las que las personas que han permanecido mucho tiempo sentadas en un avión u otro medio de transporte han sufrido esta patología. Así lo recogen Nuria Ruiz-Giménez y Carmen Suárez en el documento “Tromboembolismo venoso y síndrome de la clase turista: medidas preventivas”, en el que exponen lo siguiente:
“Existen en la actualidad datos suficientes que indican que los viajes prolongados en avión predisponen a la aparición de trombosis venosa profunda (TVP) y tromboembolismo pulmonar (TEP). La probabilidad de ello es tanto mayor cuanto mayor sea la duración del vuelo, evidenciándose a partir de las 6-9 horas. La incidencia de TVP en miembros inferiores en pasajeros con bajo riesgo es del 1,6 % por vuelo de larga duración, aumentando hasta un 5 % en pasajeros de alto riesgo –aquellos con factores de riesgo adicionales de Enfermedad Tromboembólica Venosa-ETEV–)”.
En cuanto a los síntomas que pueden alarmar a quienes pudieran estar sufriéndolo, hay que apuntar los siguientes:
Además de estas alertas, hay otras que avisan de que la trombosis que se produce en la pierna puede desembocar en un problema mucho mayor, como es una embolia pulmonar. En este caso, los síntomas serán una creciente dificultad para respirar, dolor en el pecho, aceleración cardiaca y mareos.
Como se ha señalado anteriormente, hay personas que son más propensas a sufrir este problema, con lo que han de ser quienes pongan un mayor cuidado para evitarlo. Para ello, deberán seguir las siguientes recomendaciones, sobre todo en los viajes más largos:
Beber líquidos no alcohólicos que ayuden en la hidratación y tratar de no tomar bebidas excitantes como el café.