Una de cada diez personas, aproximadamente, experimenta una cierta hinchazón después de las comidas y durante el proceso de la digestión. Una inflamación para la que se ha descubierto como un gran remedio la cayena.
Por ello, la doctora Jacqueline Wolf, profesora asociada de medicina en Harvard y gastroenteróloga en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston (EEUU), ha elaborado un artículo, con la ayuda de la doctora Judy Nee, profesora asistente de medicina en Harvard, indicando los ocho tipos de alimentos que se deben evitar.
"Entender la hinchazón es complicado porque hay muchos factores potenciales. Pero una causa común está relacionada con lo que comemos, en particular los alimentos que el intestino no absorbe bien", señala Wolf, cofundadora de Foodicine Health, una organización sin fines de lucro dedicada a la educación alimentaria.
Según recoge Infobae, la doctora Wolf indica que, si con frecuencia experimentamos hinchazón después de comer, hay que retirar estos alimentos de nuestra dieta con el objetivo de reducir el dolor de estómago.
Alimentos y bebidas azucaradas. La mala absorción de fructosa ocurre en cerca del 50% de la población. Un poco de dulce está bien, pero hay que evitar el pan envasado y los productos horneados, la fruta envasada, los lácteos endulzados, las salsas como la mostaza, la mahonesa o el kétchup, los zumos y, por supuesto, los refrescos. Las bebidas carbohidratadas son desaconsejables por el gas.
Frutas ricas en fructosa. Mejor decantarse por las moras, los arándanos, las fresas, las piñas, las mandarinas o los limones que por frutas con un índice glucémico mayor como pueden ser las uvas, las ciruelas, las nectarinas, las manzanas, los plátanos maduros o las sandías. También, obvio, los frutos secos como las pasas, los dátiles o los cacahuetes.
Verduras con fructanos y galactanos. Los fructanos son carbohidratos, polisacáridos y oligosacáridos formados exclusivamente por unidades de fructosa. Aparecen en vegetales que incorporamos frecuentemente en nuestra dieta como puerros, ajos, espárragos, calabacines y cebollas. Los galactanos son polímeros de galactosa y se encuentran principalmente en ciertas legumbres, como alubias o garbanzos, productos de soja, coles de Bruselas, nueces y repollo.
Leche y otros productos lácteos. La intolerancia a la lactosa afecta al 68% de la población y se vuelve aún más común a medida que envejecemos. La mayoría de las personas toleran el yogur sin azúcar, ya que la mayor parte de la lactosa se descompone. En el caso de los quesos, los curados tienen más probabilidades de ser tolerados que los blandos.
Frijoles (Legumbres). Las lentejas, las judías, los garbanzos y las alubias, ya sean blancas o rojas, contienen rafinosa, un tipo de azúcar que el cuerpo tiene problemas para descomponer. Además, un elevado consumo de productos ricos en fibra puede aumentar los gases.
Sustitutos del azúcar (edulcorantes). Hay que evitar los alcoholes del azúcar como sorbitol, manitol, xilitol y eritritol. Provocan gases y, a menudo, inflamación porque no podemos descomponerlos correctamente. La stevia es más saludable y menos probable que cause hinchazón.
Granos (cereales). Los alimentos que contienen gluten pueden causar hinchazón en personas intolerantes. Si este es tu caso, elimina de la dieta el trigo, la cebada y el centeno. En su lugar, ingiere alimentos que sean menos agresivos para el intestino, como el arroz, la quinea, la avena y otros productos sin gluten.
Algunos alimentos fermentados. Los alimentos fermentados pueden fortalecer la microbiota intestinal. Sin embargo, algunos pueden causar hinchazón y gases temporales. Para un estómago más cómodo, se recomienda limitar la ingesta de kimchi (plato coreano hecho a base de col asiática o repollo), kombucha (variedad de té negro y verde fermentado) y chucrut (col fermentada en salmuera).