La Comisión Europea prepara una reforma de la legislación farmacéutica que abre la puerta a una medida revolucionaria en la que se propone la desaparición de los prospectos en papel de los medicamentos y su sustitución por un sistema de códigos digitales QR o similares. Esta reforma, que estaría lista para el próximo año, cuenta con ventajas e inconvenientes discutibles, aunque "todas las partes" implicadas en la negociación apoyan principalmente esta nueva medida.
Fuentes de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), explican que esta opción es por ahora la preferida en España, aunque la reforma legislativa europea puede tardar más de un año en aprobarse y luego tendría que ser adaptada en cada país. “España inició hace un año un plan piloto para la desaparición de los prospectos en algunos fármacos de uso hospitalario que ha sido un éxito. En las próximas semanas, este plan será ampliado, pero no hay ninguna previsión por ahora de extender esta medida a los medicamentos de venta en farmacia”, afirman estas fuentes.
Las ventajas de la digitalización de la información sobre los fármacos suponen que, las cadenas de suministro ganen en simplicidad, que existan menos problemas de escasez de medicamentos, que la información disponible sea actualizada de forma inmediata y que se logre un notable ahorro en papel.
Rafael Borràs, director de relaciones institucionales del gigante farmacéutico Teva en España, contempla estas ventajas: “La más importante es que la información podría actualizarse de forma instantánea, lo que repercute en una mejor seguridad para el paciente. El impacto sobre el medio ambiente tampoco sería despreciable: se ahorrarían al año unas 2.800 toneladas de papel solo en España. Y también se simplificaría mucho la gestión de las existencias. Un medicamento puede faltar ahora en un país europeo y haber unidades de sobras en otro, pero es lento y complejo cambiarlo de país por las diferencias de idiomas. Con los códigos QR esto desaparecerá porque la información puede estar en todos los idiomas que se quiera”.
Por otro lado, algunas de las desventajas destacan riesgos como el de que las personas mayores, con menos habilidades tecnológicas, tengan más complicado el acceso a una información esencial para su salud. Por ello, la Comisión prevé que sean los países los que decidan cómo y cuándo dar el paso, según “los distintos niveles de desarrollo digital de los Estados miembros”. Esto supone que algunos países puedan decidir eliminar el papel solo en los medicamentos de uso hospitalario, donde es el personal sanitario el que maneja y administra los fármacos, mientras que el prospecto se mantenga en los de venta en farmacia.
Alicia Govantes, directora técnica de Normon, uno de los mayores fabricantes de medicamentos genéricos, incita a que aún es pronto para llevar a cabo esta iniciativa. “En el futuro habrá que ir a fórmulas como los códigos QR en todos los medicamentos, pero quizá aún sea pronto y como sociedad no estemos preparados para eliminar el papel. No podemos correr el riesgo de dejar a nadie atrás”, resume. Normon ha sufrido el impacto de la falta de papel en el mercado en los últimos meses. “Había problemas importantes de suministro de papel y cartón, lo que a su vez nos impidió durante varios días distribuir antibióticos en un momento en que ya había escasez de este tipo de fármacos”, recuerda Alicia. Así, el salto al entorno digital evitaría problemas como este.
Por otro lado, María Álvarez, coordinadora de asuntos regulatorios de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), explica que las patronales del sector no contemplan limitaciones técnicas con respecto a la medida: “Es muy positivo. Supone un ahorro de papel enorme que ayuda a cumplir directivas de residuos y simplifica mucho las cadenas de suministro. El enfoque adoptado hasta ahora por España es iniciar la eliminación del papel solo en el ámbito hospitalario. En el futuro, para poder dar el salto también en los medicamentos de venta en farmacia, hay que buscar fórmulas que garanticen a todos los pacientes el acceso a la información que necesitan”.
Algunas fuentes proponen soluciones al acceso viable de todos los pacientes, como que aquellos que lo necesiten puedan solicitar que la oficina de farmacia les imprima el prospecto, algo que no ha convencido al sector: “Consideramos que la digitalización puede ser posible únicamente como medida complementaria al prospecto en papel. Estamos hablando sobre todo de pacientes de edad avanzada, polimedicados y en muchas ocasiones con dificultades para acceder a medios electrónicos, y podrían darse problemas para consultar esta información. Por tanto, es fundamental que la información recogida en los prospectos, para favorecer un mejor uso, esté siempre junto al medicamento, no basta con que sea accesible en un formato electrónico”, defiende un portavoz del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Farmaindustria, la patronal de medicamentos de marca, hace hincapié en el gasto innecesario de papel cada año y los beneficios que esta medida supondrían para la protección del medio ambiente. Por otro lado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es una de las entidades que con más fuerza se ha opuesto a la posibilidad de que los prospectos puedan desaparecer de los medicamentos de venta en farmacia, pues apoya el pensamiento de que la población vulnerable se vería gravemente perjudicada.
La OCU ha llevado a cabo en los últimos meses un sondeo entre casi 900 consumidores “representativos de la población española” y los resultados indican que “el 80% de los usuarios no quiere prescindir del papel, sobre todo pensando en las personas mayores”.