La copa menstrual ha pasado de ser un objeto exótico a convertirse en una alternativa real a los tampones y compresas. Cada vez más mujeres las usan en España y los datos revelan que quiénes las prueban por primera vez no vuelven a los métodos tradicionales de higiene íntima. Las copas menstruales son, por lo general de silicona, se introduce en la vagina para recoger la sangre de la menstruación. Estas son algunas claves que debes tener en cuenta si vas a usarla por primera vez.
En el mercado existen copas menstruales de diferentes materiales, aunque la más aconsejable es la silicona médica, porque no provoca alergias, es más resistente a las bacterias y además tienen un tacto muy suave que evitará irritaciones o molestias.
Se comercializan en varias tallas, adaptadas a la altura de la mujer y la experiencia en su uso. Las más usadas son la copa menstrual con forma de campana. Esta se inserta en la parte baja de la vagina, por debajo del cérvix, y tiene un borde en la parte final para poder quitársela con facilidad.
El otro tipo es la copa menstrual diafragma. Se pone por encima del cérvix y se mantiene en esa posición por la presión del hueso púbico. Para quitarla se usa el reborde para tirar hacia abajo.
Una copa menstrual bien colocada, no debe sentirse ni molestar en lo absoluto. Está pensada para la mujer que tiene reglas abundantes o pasa muchas horas fuera de casa.
Antes de colocar la copa menstrual, puedes usar un lubricante a base de agua para colocarla. Esto ayudará a que puedas manipular la copa mejor las primeras veces. hasta encontrar la posición correcta.
Una vez que la colocas correctamente ya no piensas en ella. De hecho, la mayoría de las mujeres que prueban la copa menstrual, no vuelven a los métodos tradicionales por la comodidad y la libertad que ofrece.
La copa menstrual recoge la sangre en lugar de absorberla, como hacen los tampones y las compresas, por lo que no deja restos de fibras y, por tanto, ni produce alteraciones en el entorno vaginal natural.