Rubén Casado lleva más de veinte años tratando e investigando la ansiedad. Su último libro es El mapa de la ansiedad (Penguin Random House Grupo Editorial), la guía más completa para comprender la ansiedad, acabar con sus mitos y abordarla con seriedad y rigor. Este libro nos ofrece, por primera vez, un mapa detallado de todo lo que hay que saber al respecto.
Rubén Casado es psicólogo especialista en el tratamiento y divulgación de la ansiedad desde hace más de dos décadas. Dirige el pódcast La teoría de la mente, así como la app con el mismo nombre. Además, es el creador de los cursos de La Escuela de Ansiedad. Su historia con la ansiedad lo llevó a fundar AMADAG, un centro especializado en agorafobia y pánico. Formado en terapia cognitivo conductual y terapias contextuales de tercera generación, es también fundador de Filia-Social, donde se trabajan la fobia social y el trastorno de personalidad por evitación de forma grupal e individual. Porque la ansiedad y el estrés, que no son lo mismo, se ha convertido en pandemias. Más tras el coronavirus.
La ansiedad, pese a todo nos ha acompañado a lo largo del tiempo. Aunque ahora llevemos a nuestro cerebro al límite, con tanta alerta, información, hiperconectividad y ritmo frenético diario, como si siempre estuviéramos en riesgo de algo, Hipócrates ya mencionaba en sus textos casos de personas que podían tener fobias, por ejemplo; incluso Séneca ya escribió uno de los primeros manuales de autoayuda “De tranquillitate animi” para conseguir estados de no perturbación. Selye fue el primero en demostrar que los estados de agitación sostenidos tenían repercusiones en la salud, y así lo demostró en sus estudios sobre el estrés. Rubén Casado intentar aclarar en una entrevista con Informativos Telecinco el mapa de ansiedad y de estrés que parece dominar en país líder de consumo de ansiolíticos del mundo.
Dice usted que hay un elemento definitivo en esta posible pandemia de ansiedad. El uso abrumador de la corteza frontal cerebral
Nuestro pobre cerebro intenta descifrar un mundo cada vez más complejo, y le resulta difícil distinguir lo accesorio de lo esencial. ¿Qué es una amenaza? El concepto de amenaza se ha sofisticado cada vez más y a nuestro cerebro le resulta difícil distinguir entre las amenazas reales y las imaginadas, porque su función inicial es la de sobrevivir, y sospecho que esta maquinaria de la predicción sirve mucho más en tiempos de guerra que de paz.
El ser humano tiene una enorme capacidad para proyectarse en el pasado, en el futuro, para imaginar. Y es esa misma capacidad que nos ha ayudado enormemente a nuestra evolución, la que también puede meternos en problemas. Como decía Mark Rego, estamos en una era de fatiga frontal, demasiados estímulos, más de lo que podemos abarcar. Estamos en un momento donde las noticias se actualizan cada cinco minutos, donde recibimos mensajes en tiempo real constante en aplicaciones… si hasta podemos seguir en tiempo real el recorrido del repartidor que nos trae la pizza a casa, y nos impacientamos si ha cogido una calle diferente a la que esperábamos.
Es que el día a día es tomar decisiones al instante y recibir información al momento. Un estrés permanente para el cerebro o una ansiedad
Estamos condenados a la tiranía de la inmediatez, y esto genera aún más resistencia ante la incertidumbre, y la incertidumbre es una realidad de la que no podemos escapar. La propia pandemia ha puesto de relieve que por muchos adelantos médicos que existan, la naturaleza siempre nos sorprenderá. En realidad la solución que tuvimos que adoptar en un momento era la de encerrarnos en casa y lavarnos las manos, las mismas soluciones que se dieron hace un siglo y hace mil años.
Ejercemos un especial énfasis en el control como solución a casi todos los problemas de nuestra vida, en la anticipación, en el estar preparados. Pero tan solo es una solución parcial porque gran parte de nuestros problemas vamos a tener que resolverlos con los recursos que tenemos en ese mismo momento, con aquello que no habíamos preparado.
Otro factor clave para la generación del estrés es la hiperconectividad. Aunque la telefonía móvil nos ha permitido gran cantidad de ventajas, nos ha “geolocalizado”. Ahora estamos disponibles las 24 horas del día, y eso ha hecho que dejemos de generar espacios propios y de reflexión.
No todo el mundo tiene clara la diferencia entre estrés y ansiedad
El estrés no es ansiedad. Para resumir, diremos que mientras el estrés es una reacción ante una situación amenazante, la ansiedad es una preparación ante esa situación que vivimos como amenazante. El estrés se mueve en el presente, y suele desaparecer cuando el objeto que tememos ya no está, por el contrario, la ansiedad se mueve entre el pasado y el futuro, y está presente aunque el objeto de nuestro miedo haya desaparecido.
Se habla de trabajos que provocan más ansiedad. ¿Estaría catalogado?
Curiosamente muchas profesiones con vocación de servicio son las que más bajas por estrés presentan. Médicos, profesores, policías, personal de emergencia… Habría que preguntarse que parte se debe a los retos que presentan estos entornos laborales, en las que lo personal y lo profesional están quizá mas ligados o son más indivisibles.
Esto excluiría a la enorme población de autónomos que existen en este país y que no pueden cogerse bajas laborales y que no pueden permitir tener un parón en el negocio. De todas formas hay que ser muy cuidadoso, porque muchas veces no son tanto las profesiones, sino las condiciones de los entornos laborales, las que marcan una diferencia significativa.
¿Y zonas del mundo? ¿Podemos hacer un mapa de la ansiedad real?
Suecia es el país que presenta los casos más altos de ansiedad por habitante, le siguen otros con Gran Bretaña, o Alemania. Aquí es importante no caer en la trampa de pensar que otros países con rentas per cápita mucho menores son más felices o que trastornos como la ansiedad o la depresión son cosa de ricos. Existe una abrumadora cantidad de literatura científica que establece una relación bidireccional muy evidente entre nivel socioeconómico y ansiedad.
Un artículo publicado conjuntamente entre investigadores de Harvard y el MIT en la prestigiosa revista Science, relata que las personas con ingresos más bajos suelen tener entre 1,5 y 3 veces más probabilidades que los ricos de sufrir depresión o ansiedad. Además, se encuentra el factor añadido de que las malas condiciones de alimentación que experimentan los niños en estos entornos pueden desembocar en un desarrollo cognitivo alterado, con lo que se multiplican las probabilidades de manifestar un trastorno mental en la edad adulta.
Lo que probablemente pasa es que en países pobres se encuentra infradiagnosticado, al existir mucho menos acceso a los servicios de salud. En cuanto a España, por poner un dato curiosos, somos el país que más ansiolíticos consume del mundo por habitante.
Cuáles son los síntomas de la ansiedad que ya no son normales
Cuando afectan a la calidad de vida de los individuos de una manera significativa, cuando su intensidad hace que miremos más a la ansiedad que a la vida, cuando es más importante lo que no quiero que pase, que lo que si quiero que suceda.
¿Degenera la ansiedad en enfermedades de conducta?
No hablaría de enfermedades, sino de trastornos. Cuando la ansiedad guarda un patrón organizado de tal forma que interfiere en nuestra vida cotidiana, es cuando estamos hablando de un problema. Cuando aparecen patrones de evitación, reaseguración o anticipación que dificultan nuestra vida.
¿La ansiedad se hereda?
Hay estudios que indican hasta una heredabilidad de un 30% sin embargo, existe una indeterminación por parte de los clínicos e investigadores cuando intentamos comunicarnos entre nosotros. ¿Qué es ansiedad heredada, a que nos estamos refiriendo exactamente cuando hablamos de ella? Por ejemplo, ¿lo que se hereda en el caso de la agorafobia podría ser la inseguridad ante la ausencia de figuras de apego, o una mayor labilidad, es decir, una facultad para generar síntomas más fácilmente que otros organismos? Por poner otro ejemplo, cuando hablamos de ansiedad social ¿se hereda la timidez o lo que pasa es que tiendo a bloquearme más fácilmente cuando estoy nervioso?
Se habla mucho en los últimos tiempos de la ansiedad social: qué es
Un trastorno que va más allá de la simple timidez, que es una forma adaptativa de comportamiento. Las personas se sienten en este caso juzgadas de manera constante, y hay una continua autoexigencia en materia de interacciones sociales, además de una evitación de aquellos eventos, en los que sienten, pueden ser el centro de atención.
¿Y la ansiedad de rendimiento?
Nos referimos al estrés de toda la vida, a una situación donde nos podemos sentir abrumados por las exigencias del entorno, al que podemos añadir una ansiedad producida por el miedo a no poder solucionar la tarea que nos encomiendan. Es un término que no se encuentra en los manuales de diagnostico al uso.
¿Es la desrealización el síntoma más devastador de la ansiedad?
Es uno de los más desconcertantes. Las despersonalización y la desrealización pueden resultar muy molestas para las personas que los viven. Creando mucha confusión, e incluso dudas, acerca del estado de salud mental de la persona. Quienes padecen estos trastornos los suelen asociar al miedo a la locura, o a la pérdida de control. Aunque como veremos, el peligro no está en las sensaciones, sino en la forma de categorizarlas y juzgarlas.
Cómo sería la radiografía de la ansiedad en España. por perfiles, géneros, trabajos, zonas y capacidad económica
Somos el país que más ansiolíticos consume por habitante. En nuestro país hay de media 4,3 psicólogos por cada 100.000 habitantes, algo ridículo si hacemos la comparación con los países nórdicos, donde cuentan con 90 psicólogos por el mismo número de personas. Sabemos que aparece más en mujeres que en hombres, de dos a tres veces más en concreto. Castilla León y Valencia parecen ser las comunidades donde más casos de ansiedad se producían de ansiedad, que ha sido, por cierto el trastorno de ansiedad más frecuente de España.
¿Es verdad que hay alimentos eficaces contra la ansiedad?
Sabemos que hay alimentos que pueden ayudar a generar más ansiedad, el alcohol, la cafeína, las bombas de glucosa que nos ofrece la comida basura, son una muestra de ellos. Muchos especialistas en psiconutrición recomiendan alimentos ricos en triptófano y en omega 3, que refuerzan el sistema nervioso. Sin embargo, no creo que existan alimentos ansiolíticos en sí.