Son muchas las personas que se aprovechan de los demás ganándose su confianza y destrozando su salud mental para obtener algún beneficio. Mentir, manipular o utilizar la violencia verbal son algunas de las estrategias que utilizan para tal fin. Pero, ¿qué pasa cuando es tu pareja quien actúa así?
Cuando tu pareja te utiliza, las secuelas emocionales son graves. Puedes perder tu autoestima y desarrollar dependencia emocional, ansiedad generalizada, problemas de confianza, episodios de apatía o aislamiento social. Además, a más duradera sea la relación de pareja tóxica, más impacto tiene en la salud mental de la persona utilizada. ¿El problema? Que muchas veces cuesta identificar que algo va mal.
La primera señal de alarma es que te sientas utilizado o utilizada. Si tu intuición te sugiere que tu pareja está tratándote de una manera egoísta, escúchala. Pero, para salir de dudas, analicemos a fondo otras conductas que pueden indicar que tu pareja no te ama, sino que te utiliza:
Si eres una persona complaciente, tu pareja en vez de animarte a pensar en ti, se aprovecha de tu falta de límites. Por ejemplo, te pide favores excesivos porque sabe que no vas a decir que no, actúa de manera egoísta porque sabe que no te vas a enfadar o te avasalla cuando discutís porque sabe que a ti te cuesta expresar tus emociones.
Si pones límites, se enfada. Si algo te molesta, le da la vuelta a la discusión para convertirte a ti en el o la culpable. Si expresas tus emociones, te convence de que estás exagerando.
En otras palabras, te manipula para que tus necesidades no importen y te centres en complacerle a él o a ella, hundiendo tu autoestima por el camino.
En una relación sana, importan las necesidades y opiniones de los dos, sobre todo en aquellas decisiones que os afectan a ambos.
Cuando tu pareja actúa como si estuviese soltero o soltera, lo que está demostrando es que no le importa lo que tú sientes. Esto abarca desde dejarte tirado en el último momento hasta no dar señales de vida durante horas, dejándote a ti con una inseguridad e incertidumbre muy difícil de manejar.
Tu pareja puede pasar de ti durante horas o días, pero cuando necesita tus cuidados, te exige una atención constante. Además, casualmente, te necesita cuando por fin estás siendo independiente y feliz.
Si durante días has estado en casa pendiente de tu pareja (mientras ésta pasaba de ti) y un sábado te animas a quedar con tus amigos/as, de repente tu pareja tiene un mal día y te exige que renuncies a todo lo demás. Tienes que estar por y para él o ella. Eso sí, no esperes que te ofrezca ese cuidado emocional cuando tú lo necesitas.
Tanto tu pareja como tú tenéis derecho a enfadaros. La ira es una emoción natural e inevitable. Lo que no es justo es que, durante ese episodio de enfado, te lance comentarios despectivos e hirientes, y luego se justifique diciendo que “ha perdido el control por culpa del enfado”.
En una relación sana, tu pareja fortalecerá tu autoestima tanto en los momentos malos como en los momentos buenos.
Además de los comentarios hirientes, pueden darse otras formas de agresión como golpes a objetos, portazos o amenazas.
El resultado de esta agresividad es un estado de miedo constante. Dejas de decir lo que te molesta para evitar discusiones, y poco a poco te conviertes en una persona pasiva, aislada y con inseguridades que te paralizan.
El cariño que tu pareja te da es muy ambivalente. A veces, te da la sensación de que eres un estorbo para tu pareja, que no pintas nada en su vida y que lo único que le importa es él o ella mismo. Esta creencia no es irracional: te trata como un segundo plato.
Otras veces, en cambio, te colma de atención y de palabras bonitas, así como de promesas de futuro que no se cumplen. Te dice que va a cambiar, pero rápidamente vuelve a ignorar tus necesidades.
Cuidar tu salud mental, y para ello necesitas alejarte, rodearte de personas que de verdad fortalecen tu autoestima, y trabajar tu independencia.
La empatía es necesaria para crear una relación de pareja sana, así como la comunicación, la confianza y el respeto por ambas partes. No te sientas ni culpable ni egoísta por buscar una relación así.
Por otro lado, si una relación tóxica te ha provocado secuelas psicológicas, es importante buscar orientación profesional y comenzar un proceso de psicoterapia. Un psicólogo o psicóloga puede ayudarte a cerrar heridas y a evitar repetir patrones tóxicos en otras relaciones de pareja.