La cataplexia o cataplejía es una de las manifestaciones clínicas de la narcolepsia, por la que se pierde el tono muscular tras una emoción intensa (sea agradable, como la risa; o desagradable, como un susto o una discusión).
La doctora Ana Fernández Arcos, neuróloga y coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), subraya que, mientras ocurre el episodio de pérdida de tono muscular, la persona está consciente y se da cuenta de todo lo que ocurre a su alrededor.
"Puede llegar a durar varios minutos. Se produce por una disociación entre el estado de vigilia (despierto) y el sueño en fase REM, en el que el cuerpo está totalmente paralizado, excepto los músculos oculares y los de la respiración", apostilla.
Se desencadena por una emoción intensa, como la risa al oír o al explicar un chiste, por ejemplo, o ante una emoción negativa como discutir de forma acalorada o al asustarse de repente, según prosigue. De hecho, destaca que algunas personas que lo padecen pueden notar que les ocurrirá porque les flaquean las rodillas o les cambia la expresión de la cara. "De ese modo pueden sentarse o apoyarse para no caerse y evitar hacerse daño. Aparentemente la persona está dormida y totalmente fláccida, pero se da cuenta de todo lo que ocurre a su alrededor", valora la neuróloga.
En concreto, cita que la cataplexia es el síntoma "más específico y característico de la narcolepsia", si bien precisa que el síntoma principal de la narcolepsia es la somnolencia diurna excesiva. "Consiste en tener sueño durante el día interfiriendo en las actividades de la vida diaria. Otros síntomas de la narcolepsia pueden ser la presencia de alucinaciones nocturnas y la parálisis del sueño", aprecia la neuróloga.
La narcolepsia, que es la enfermedad en la que se da la cataplexia, dice que es una enfermedad rara, y su prevalencia tiene lugar en 5-60 por cada 100.000 personas, dependiendo de los estudios. "Se considera que es una enfermedad que está infradiagnosticada, es decir, que algunas personas que la sufren no han consultado por ello, o no han sido correctamente evaluadas para confirmar la enfermedad", advierte la miembro de la SEN.
Además, la doctora menciona que la narcolepsia con cataplexia se considera una enfermedad de origen autoinmune: "Se produce por la pérdida selectiva de un grupo de neuronas del hipotálamo. Podría ser desencadenada por una infección en personas con cierta predisposición genética".
El diagnóstico de la narcolepsia de elección por ser de certeza es en la actualidad la determinación de la hormona hipocretina en líquido cefalorraquídeo mediante una punción lumbar, añade la experta. "Es una prueba segura, que se realiza con frecuencia en los servicios de Neurología. Cuando los niveles de hipocretina están disminuidos es diagnóstico de la enfermedad", sostiene Ana Fernández Arcos.
En este sentido, la coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología reconoce que a día de hoy la narcolepsia con cataplexia no tiene cura.
"Una vez diagnosticados los pacientes inician tratamiento de los síntomas. Al alcanzar la pauta adecuada de forma individualizada y aprender a manejarlos, los pacientes pueden llevar una vida totalmente normal. Debe tenerse en cuenta que la narcolepsia con cataplexia no es una enfermedad neurodegenerativa, por lo que una vez se estabiliza el problema de la somnolencia y los ataques de cataplejía, no se espera un empeoramiento o aparición de nuevos síntomas incapacitantes", agrega.
Sobre si se pueden prevenir los ataques de cataplexia, la doctora Fernández manifiesta que las personas que lo padecen, además de tratarse con la medicación prescrita por su neurólogo para evitar los ataques, aprenden a modular sus emociones y a evitar determinadas situaciones para prevenir los ataques. "El tratamiento más habitual es con antidepresivos, ya que modulan los neurotransmisores cerebrales impidiendo que se produzcan los ataques", sentencia la miembro de la Sociedad Española de Neurología.