Que tu pareja te pida explicaciones por todo puede ser una forma de abuso psicológico

Elisa llevaba tres meses con su expareja cuando el abuso psicológico comenzó a distinguirse claramente. Cuando ella quedaba con sus amigas, él exigía saber cada detalle: dónde iban, con quién se cruzaban por la calle, de qué hablaban, qué secretos le contaban sus amigas… Y después, le echaba en cara su comportamiento.

“Me decía que quedaba demasiado con mis amigas aunque las viese una vez al mes, o se enfadaba porque siempre hacía más caso a otras personas que a él, y luego me hacía sentir culpable diciéndome que él no tenía amigos, cuando era mentira, tenía más amigos que yo y estaba siempre fuera. Todo lo hacía para que yo dejase de salir”, explica la joven de ahora 25 años.

No fue la única conducta abusiva de su ex, pero pedir explicaciones por todo fue lo que abrió los ojos de Elisa para salir de aquella relación. “Me empecé a agobiar muchísimo. Cada conversación era un interrogatorio y mis padres se dieron cuenta de que algo iba mal. Justo coincidió que empezaba el verano, así que mis padres insistieron para que me fuese un mes de campamento con una amiga. Luego descubrí que lo hicieron para que me alejase de ese chico”, recuerda. “En aquel momento yo era muy joven, tuve el apoyo de mis padres y además la relación duró muy poco, así que dentro de lo malo me considero afortunada”.

La diferencia entre celos, preocupación y sobreprotección abusiva

En una relación sana es normal que surjan celos y preocupación por la otra persona, sobre todo ocurre durante los primeros meses. ¿Por qué? Porque la relación todavía no es sólida y te asusta perder a tu pareja.

Esta inseguridad inicial es todavía mayor en las primeras relaciones (porque somos inexpertos en el amor y todavía no identificamos lo que es normal y lo que no), pero lo ideal es aprender a gestionarla de una manera sana y que, en el futuro, los celos desaparezcan para convertirse en confianza hacia la otra persona y hacia uno mismo.

¿Cuál es el problema? Que muchas personas son incapaces de gestionar los celos y su reacción es privar de libertad a su pareja. Esto puede ocurrir de dos maneras:

  • Mediante prohibiciones o privación directa. Es decir, que tu pareja te diga lo que no puedes hacer.
  • Mediante sobreprotección abusiva o privación indirecta. Es decir, que tu pareja te haga sentir culpable por hacer ciertas cosas, y tú “voluntariamente” dejes de hacerlas.

Pedir explicaciones por todo: el primer indicio de sobreprotección abusiva

Algunos ejemplos de sobreprotección abusiva son hacerte sentir culpable por quedar con tus amigas, convencerte de que tus padres os quieren separar, enfadarse cuando vas a la biblioteca o te quedas en casa estudiando o echarte en cara que quedes con compañeros de trabajo de vez en cuando, etc.

¿Por qué esto está mal? Porque intenta anular todas las parcelas de tu independencia para que toda tu vida gire alrededor de la relación y así poder controlarte.

¿Y cuál es el primer paso de la sobreprotección abusiva? Pedirte explicaciones por absolutamente todo. Estas explicaciones excesivas pueden provocar tres efectos: o bien dejas de hacer cosas porque te sientes culpable, o bien dejas de hacer cosas para evitar broncas, o bien pones límites a tu pareja para que deje de pedirte explicaciones por todo. Desgraciadamente, el último efecto es el más infrecuente.

Siete explicaciones que tu pareja no necesita

Como acabamos de ver, lo ideal es poner límites a tu pareja, pero, ¿qué explicaciones son innecesarias?

  1. Tu pasado sexual. Tu pareja no necesita saber con cuántas personas te has besado o acostado. Otra cosa es que tú se lo quieras contar libremente.
  2. Los secretos de tus amigas. Tu pareja no necesita saber lo que tus amigas te cuentan en la intimidad.
  3. Tus conversaciones con otras personas. Tu pareja no necesita revisarte el WhatsApp. Si hay desconfianza en la relación, no se va a resolver violando tu privacidad.
  4. En qué inviertes tu dinero. Tu pareja no necesita llevarte las cuentas como si fuese la app del banco. Si compartís gastos, es normal que intentéis organizaros conjuntamente, pero nunca intentando controlar tu dinero.
  5. Tus hábitos alimenticios. Tu pareja no necesita saber qué dulces comes o cuántas calorías ingieres en tu día a día, y mucho menos hacerte sentir mal por ello.
  6. Tus decisiones profesionales. Tu pareja no necesita inmiscuirse en tu trabajo/estudios ni menospreciarte por querer prosperar en lo profesional siempre y cuando esas decisiones no afecten a la relación (por ejemplo, si tuvieseis hijos y pasases de la crianza porque estás trabajando 24/7).
  7. Tu tiempo a solas. Tu pareja no necesita estar contigo las veinticuatro horas del día. No eres egoísta ni le quieres menos por querer disfrutar de tu independencia de vez en cuando.