Cada vez hablamos más de salud mental y, sobre todo, de depresión. Hoy en día sabemos que padecer un trastorno depresivo no es lo mismo que estar triste y que la causa de este problema es muy compleja. No es cuestión de actitud, puesto que siempre influye el contexto que nos rodea (a veces para bien y a veces para mal). Tampoco se soluciona “poniéndole ganas”, porque lo que hace falta es estabilidad, apoyo y terapia.
Como acabamos de mencionar, la depresión es muy compleja. No es que un día te despiertes deprimido ni mucho menos. Se va gestando poco a poco, y durante ese proceso tu manera de pensar cambia.
El psicólogo Aaron Beck, especializado en depresión, puso nombre al resultado de ese cambio: la triada cognitiva. Según el experto, cuando una persona padece depresión, experimenta tres errores en su forma de pensar:
Sin embargo, esta triada cognitiva se oculta. ¿Por qué? Por culpabilidad.
Celia padece un trastorno depresivo desde noviembre de 2022. Recientemente, ha comenzado a recibir tratamiento psicológico, pero hay un síntoma de la depresión que le cuesta gestionar: la culpabilidad.
“Me siento una carga. Intento fingir que estoy bien porque no quiero preocupar al resto. Por eso oculto que estoy mal”, explica a Yasss.
Para Celia, ponerse la máscara de la felicidad supone un esfuerzo sobrehumano. “Siento que todo lo hago mal. Me cuestiono cada frase que digo, cada expresión facial, cada mensaje de WhatsApp”, confiesa, “y es agotador. Cada día es una batalla”.
¿Hablar de la depresión alivia?, le preguntamos. La respuesta es tajante: “sí, pero es un tema que no se puede hablar con todo el mundo”, reflexiona la joven de 25 años. “Hay personas que todavía no entienden qué es la depresión y te juzgan, te dicen que tienes que poner de tu parte o te exigen cosas que no puedes dar, y como no puedes, te sientes todavía más culpable. Es doloroso, así que yo me protejo ocultando esa parte de mí a algunas personas”.
Sin embargo, el apoyo social es vital. “Al principio pensaba que podría sola. Ahora creo que eso es imposible. He tenido que volver a casa con mis padres”. El siguiente reto es poder hablar con algunas amistades cercanas, “pero me cuesta. Ya no solo es el miedo a que me juzguen, es también la sensación de que no merece la pena. La depresión te convence de que todos te odian y te hace odiar a todos. Dejas de sentir hasta el amor y me da miedo que algunas personas no lo entiendan. Por eso voy despacio”.
La culpabilidad te autoconvence de que nadie te quiere, y esta creencia te hace aislarte. Al aislarte, no recibes el apoyo que cualquier persona necesita, más aún una persona que está sufriendo, así que tu salud mental empeora. Al empeorar tu salud mental, la culpabilidad aumenta, y entramos en un círculo vicioso muy doloroso.
¿Cómo salir de él? Con ayuda social y profesional.