Vivir cerca de un aeropuerto puede llegar a resultar muy molesto y, sin duda, uno de los principales factores en los que pensamos cuando nos imaginamos en semejante situación es el ruido intenso y constante. Especialmente si vivimos cerca de un aeropuerto con mucho tránsito, el estruendo que provocan los aviones (sobre todo durante la noche) puede llegar a estresarnos en gran medida e incluso a provocar, a largo plazo, enfermedades del corazón, entre otras muchas cosas. ¿Qué peligros para la salud supone vivir cerca de un aeropuerto?
A nadie le hace gracia la idea de vivir cerca de un aeropuerto, y no es una cuestión de capricho. La exposición a ruidos durante largo tiempo y de forma constante interfiere en nuestra calidad de vida y, a la larga, puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves, por ejemplo, del corazón.
Así lo asegura un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (UB), en Estados Unidos, que afirma que las personas mayores expuestas al ruido de los aviones, especialmente en altos niveles, pueden tener que hacer frente a un mayor riesgo de ser hospitalizadas por enfermedades cardiovasculares.
En concreto, los investigadores encontraron que, en promedio, los lugares con diez decibelios más de ruido de los aviones tenían una tasa de hospitalización cardiovascular de un 3,5 por ciento más.
El estudio, publicado en 'British Medical Journal', estimó la asociación entre la exposición residencial al ruido de las aeronaves y las hospitalizaciones cardiovasculares, utilizando datos de una muestra de mayores de 65 años o más representativa a nivel nacional en Estados Unidos y los datos de ruido de los aeropuertos de todo el país. Entre otras conclusiones, sorprende el hecho de que la exposición al ruido de los aviones puede afectar negativamente a la salud cardiovascular "incluso más allá de la exposición a la contaminación del aire y el ruido del tráfico", según explica la autora principal, Francesca Dominici, profesora de Bioestadística y decano de Tecnología de la Información en la HSPH.
Por si esto fuera poco, un reciente estudio publicado en la revista PNAS Nexus asegura que los niños que vivieron durante 10 años cerca del aeropuerto californiano de Santa Clara presentaron niveles de plomo en sangre más elevados. En concreto, el estudio habla de incrementos de 0,40 microgramos por decilitro. Además, los niveles de plomo en sangre de los niños que vivían a menos de 800 metros del aeropuerto resultaron un 20 por ciento más altos que los de los niños que vivían entre 800 y 1,5 kilómetros del aeropuerto. Por tanto, las distancia es un factor clave para protegernos de este compuesto peligroso.
El estudio recuerda que esta circunstancia resulta especialmente problemática en el caso de los niños en edad de desarrollo, ya que éstos asimilan el plomo de forma más intensa que los niños mayores o los adultos.Además, volviéndomelos al problema del ruido, los estudios demuestran que vivir cerca de un aeropuerto incrementa el riesgo de sufrir problemas del sueño, impactando en nuestra salid en general. Otros frutos de la polución, como el óxido de nitrógeno, pueden contribuir a que aparezcan problemas respiratorios.