Existen relaciones entre distintas partes de nuestro cuerpo que pueden sorprenderte, y muchas de ellas tienen su origen en la boca. Así, las infecciones que podamos experimentar en este área pueden derivar en distintas consecuencias que se manifestarán en otros puntos de nuestro cuerpo. Algunas, de hecho, pueden ser muy peligrosas. Por tanto cuidar tu boca no solo te ayuda a mantener sanos tus dientes y encías: también podrías estar evitando enfermedades y dolencias de otro tipo que ni siquiera sospechabas, como la alopecia. Toma nota de por qué la caída de pelo puede estar relacionada con tus muelas.
Existe un tipo de alopecia llamada alopecia areata que se manifiesta de forma algo distinta a la alopecia habitual: si notas que cada día tienes menos pelo en zonas del cuero cabelludo, cejas o barba, tal vez sufras esta enfermedad, que puede estar muy relacionada con tu salud dental, así como con el estrés o con factores genéticos de calvicie.
Tal y como explica Bordon Clinic, cuando se produce una infección en la boca (por ejemplo, en forma de caries), los glóbulos blancos se multiplican para combatirla y erradicarla cuanto antes. Estos glóbulos blancos pueden atacar por error a los tejidos del cabello, y este es el motivo por el que potencialmente puede detenerse el crecimiento del pelo, manifestándose entonces la alopecia areata.
Se trata de una teoría pero, en caso de que esta relación sea cierta, la buena noticia es que se puede dar solución a este tipo de alopecia a través de una buena salud bucodental y la eliminación de la infección que esté provocando la caída de cabello. Este proceso, según la investigación de la Universidad de Granada, tardaría unos 6 meses si la infección no ha avanzado demasiado y ha inutilizado los tejidos pilosos.
Por tanto, si notas que tu cabello no crece y que pierdes volumen y vitalidad, una de las primeras cosas que puedes preguntarte es si todo está en su lugar en tu boca: ante el más mínimo síntoma, acude al dentista, y no descuides tus visitas periódicas para realizar limpiezas y comprobar el estado general de la salud de tu boca: siempre es mejor tratar cualquier problema desde sus primeras manifestaciones, desde un enfoque preventivo.
El mal sabor de boca puede ser un primer síntoma al que debes atender: afecta a buena parte de la población y, por lo general, aparece como consecuencia de la falta de higiene bucal o el consumo de algún alimento que tiene un sabor fuerte. Sin embargo, cuando persiste en el tiempo, puede ser consecuencia de un problema de salud subyacente. Los síntomas más comunes del mal sabor de boca son el mal aliento, el dolor en la boca, las encías hinchadas, la sensibilidad en los dientes y todos los demás indicios que pueden relevarnos cierto problema de caries.
Si esto te ocurre, es recomendable que acudas a un dentista y que revises tus prácticas de higiene bucal. Recuerda que un buen cepillado es clave: usa un cepillo de cebras suaves, elige bien tu pasta dental (atendiendo a las necesidades de tu boca) y espera unos 60 minutos antes de lavarte los dientes después de comer, especialmente si has consumido productos ácidos.