La Unidad de Juego Patológico y Adicciones Comportamentales del Hospital Universitario de Bellvitge de Barcelona ha recibido el cuádruple de visitas por el "uso excesivo" de videojuegos en 2022 respecto al año anterior. Las consultas se han disparado exponencialmente y, según ha informado un comunicado este martes, el aumento "podría ser una de las consecuencias del confinamiento en la salud mental a medio y largo plazo" puesto que la tendencia al alza se acentúa a partir de 2021.
En muchos de los casos, las propias personas que sufren esta adicción por los videojuegos no reconocen el problema lo toman como si fuera una pasión o un hábito relativamente continuo que no es dañino. La psicóloga y jefa de la unidad de juego patológico y adicciones comportamentales del hospital, Susana Jimenez, ha avisado de que esto es una preocupación real. "Hasta que pacientes y familias no reconocen que la pasión por los videojuegos es en realidad una adicción, no acuden a las consultas", explica.
Han cifrado en un 3% la población que "está sujeta a sufrir este tipo de adicción comportamental, con graves consecuencias en el ámbito personal, familiar, social, laboral y/o académico". Por eso es importante ser capaces de reconocer la adicción de forma personal o a gente de nuestro entorno para tener la pronta posibilidad de acudir a consulta y recibir ayuda para ponerle fin antes de que esto pueda repercutir en muchos aspectos de la vida de una persona.
La relevancia de los videojuegos en la vida de la persona, dedicar un tiempo excesivo de forma diaria a la actividad, el aumento de la irritabilidad, ansiedad y tristeza al dejar de jugar o el abandono de otras actividades sociales son algunas de las señales de alerta que, según el equipo hospitalario, pueden ayudar a la detección precoz de este tipo de adicciones.
Básicamente, al tratarse de una adicción, el que lo padece forja una dependencia de los videojuegos que puede ser peligrosa, ya no solo para la salud mental sino además para la física, pues el generar un estilo de vida sedentario donde la zona de confort se constituye frente a una pantalla, se genera un rechazo a la actividad física. Otros de los problemas que se pueden presenciar, son la derivación en otras afecciones físicas como el empeoramiento de la vista y los dolores de cuello y/o espalda.