Un estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos) ha revelado que la COVID-19 puede desencadenar respuestas inflamatorias más fuertes en los hombres, lo que provoca cambios en su inmunidad funcional mucho después de la recuperación.
Después de que el cuerpo se haya enfrentado a un patógeno, ¿el sistema inmunitario vuelve al estado anterior? ¿O una sola infección lo modifica de tal manera que altera su respuesta no sólo a un virus conocido, sino también a la siguiente amenaza vírica o bacteriana a la que se enfrente?
El líder del estudio, John Tsang, catedrático de inmunobiología e ingeniería biomédica en Yale, creía desde hace tiempo que el sistema inmunitario vuelve al estado anterior tras una infección vírica.
La aparición de la pandemia de COVID-19 en 2020 le permitió a él y a sus colegas poner a prueba esa teoría. Según su investigación, publicada en la revista científica 'Nature', la respuesta depende del sexo del individuo.
Para el estudio, analizaron sistemáticamente las respuestas inmunitarias de personas sanas que habían recibido la vacuna antigripal. A partir de esos datos, compararon luego las respuestas entre quienes nunca habían sido infectados por el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, y quienes experimentaron casos leves pero se recuperaron.
Para su sorpresa, descubrieron que los sistemas inmunitarios de los hombres que se habían recuperado de casos leves de COVID-19 respondían de forma más robusta a las vacunas contra la gripe que las mujeres que habían tenido casos leves o los hombres y mujeres que nunca se habían infectado.
En esencia, el estado inmunitario de base en los hombres previamente infectados por el SARS-CoV-2 se alteró de forma que cambió la respuesta a una exposición diferente a la del SARS-CoV-2.
"Esto fue una sorpresa total. Las mujeres suelen montar una respuesta inmune general más fuerte a patógenos y vacunas, pero también son más propensas a sufrir enfermedades autoinmunes", ha destacado Tsang.
Los hallazgos también pueden estar relacionados con una observación realizada al principio de la pandemia: los hombres eran mucho más propensos a morir por una respuesta inmunitaria desbocada que las mujeres tras contraer el virus COVID-19.
Los nuevos hallazgos sugieren que incluso los casos leves de COVID-19 podrían desencadenar respuestas inflamatorias más fuertes en los hombres que en las mujeres, lo que provocaría cambios funcionales más pronunciados en el sistema inmunitario masculino, incluso mucho después de la recuperación.
Su análisis imparcial del estado del sistema inmunitario hasta el nivel celular individual reveló varias diferencias entre los varones recuperados de COVID-19 y los controles sanos y las mujeres recuperadas de COVID-19, tanto antes como después de recibir la vacuna antigripal.
Por ejemplo, los varones previamente infectados produjeron más anticuerpos contra la gripe y mayores niveles de interferones, que son producidos por las células en respuesta a infecciones o vacunas. Por lo general, las mujeres sanas presentan respuestas más potentes a los interferones que los hombres.
Entender los efectos persistentes de COVID-19 en el sistema inmunitario es crucial, según los autores, ya que hasta ahora se han infectado más de 600 millones de personas en todo el mundo, y la aparición de síntomas de COVID-19 persistente en algunas personas sigue siendo una importante preocupación sanitaria.
"Nuestros hallazgos apuntan a la posibilidad de que cualquier infección o desafío inmunitario pueda modificar el estado inmunitario para establecer nuevos puntos de referencia. Es probable que el estado inmunitario de un individuo esté moldeado por una multitud de exposiciones y perturbaciones previas", han resaltado los autores.