Se agrava el enfado de las autoridades chinas ante la desconfianza que persiste entre la comunidad internacional sobre sus datos oficiales de covid. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reclama "información real" porque las imágenes que nos llegan de los hospitales y las morgues, colapsadas, siguen siendo alarmantes. Los estudios apuntan que casi 100.000 personas murieron durante el pasado mes de diciembre.
Pasillos llenos de pacientes, incesantes traslados a hospitales y centros sanitarios colapsados son secuencias que no solo devuelven el recuerdo de uno de los peores momentos de la historia universal reciente, sino que disparan los niveles de preocupación global. Por ello, la Unión Europea ha ofrecido llegado a ofrecer vacunas gratis.
A esa inquietud se suma la OMS. Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, no ahorra palabras graves hacia el gigante asiático. "En China hay un elevado riesgo para la vida", dice, y reitera la importancia de la vacunación, incluidas las dosis de refuerzo "para evitar la enfermedad y la muerte".
Con más opacidad que transparencia, la información que llega de aquel país no refleja la realidad. Occidente pide datos fiables pero Pekín solo muestra malestar por las alarmas encendidas fuera de sus fronteras. No les gusta que la Unión Europea recomiende a sus Estados miembro solicitar a los ciudadanos procedentes de China pruebas PCR negativas, controles en las llegadas a los aeropuertos y análisis de las aguas residuales de los aviones.
La comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha recordado que la única forma de hacer frente a la pandemia es colaborar "estrechamente" a nivel global. Además, ha afirmado acoger "con satisfacción" el acuerdo de los Veintisiete sobre una respuesta coordinada al estallido de contagios en China, a fin de dar respuesta a la flexibilización de medidas por parte del Gobierno chino a partir del 8 de enero.
España podrá denegar hasta el próximo 15 de febrero la entrada a nacionales de terceros países llegados en vuelos directos desde cualquier aeropuerto situado en China si no aportan Certificado Covid digital de la UE o equivalente o pruebas diagnósticas negativas, amparándose en razones de salud pública, según una resolución sobre restricciones en fronteras exteriores aéreas del Ministerio del Interior publicada este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
No obstante, se exceptuará de la denegación de entrada a España a los pasajeros que viajen desde China que sean residentes habituales en la Unión Europea, Estados asociados Schengen, Andorra, Mónaco, El Vaticano (Santa Sede) o San Marino y que lo acrediten documentalmente.
El exconsejero de Salud del Gobierno Vasco Rafael Bengoa ha considerado que la UE está siendo demasiado "laxa" a la hora de adoptar medidas para detectar posibles casos de covid-19 entre los viajeros de vuelos procedentes de China.
También considera que se está siendo "bastante laxo" dado que a las personas que dan positivo a su llegada al país de destino solo se les recomienda que utilicen mascarilla y no acudan a lugares concurridos. Por ello, Bengoa ha añadido que "lo lógico sería ser más severo" con personas "que vienen de lugares con una alta infecciosidad".
Por otra parte, la microbióloga de la UPV/EHU Begoña Díez se ha mostrado partidaria de extender la cuarta dosis de la vacuna contra este virus a toda la población, y de que todas las personas con síntomas de una patología respiratoria utilicen mascarilla "en cualquier sitio".
En una línea similar, Díez ha manifestado que "no es tan grave pedir un PCR o un test de antígenos" a personas que proceden de un país con "gran incidencia" de covid. "Creo que es aceptable en un panorama pandémico como el que aún tenemos", ha agregado.