Nada mejor para nuestra salud que experimentar felicidad: nuestro humor mejora, reforzamos nuestro sistema inmunitario, reducimos el estrés y la ansiedad, retrasamos el envejecimiento y ayudamos a evitar enfermedades de todo tipo, incluidas las cardíacas. Eso sí, los 'picos' desmedidos de alegría pueden, en casos muy contados, convertirse en un problema grave. Fue el caso de un aficionado al fútbol en Egipto que murió (literalmente) de felicidad al celebrar la victoria de Argentina en el Mundial de Fútbol de Qatar 2022. Es el resultado del llamado síndrome del corazón feliz o, técnicamente, el síndrome de Tako-Tsubo. ¿En qué consiste este síndrome y cómo prevenirlo?
El síndrome del corazón feliz, síndrome del corazón roto o síndrome de Tako-Tsubo es una enfermedad rara que puede activarse cuando vivimos un momento de felicidad extrema, o todo lo contrario: la noticia de una muerte inesperada, un desastre natural... pero también el nacimiento de un hijo o el logro repentino de una meta o deseo importante. También puede aparecer asociado a un importante esfuerzo físico, o incluso sin ningún motivo aparente.
Las sensaciones extremas de plenitud o de tristeza pueden llevar aparejadas un importante estrés emocional y físico y, debido a esta respuesta, los síntomas que experimenta quien lo sufre suelen ser muy parecidos a un infarto de miocardio (dolor de pecho, falta de aire).
En realidad, en la mayor parte de los casos esta dolencia se activa debido a noticias negativas, siendo muy minoritarios los casos asociados a eventos positivos (1,5 por ciento). Por tanto, puedes estar tranquilo y seguir buscando la felicidad de la mejor forma posible. Además, el pronóstico es generalmente benigno, con una mortalidad hospitalaria menor al 5 por ciento.
En cuanto a la diferencia entre el síndrome del corazón feliz y el infarto de miocardio, en el segundo caso los síntomas se deben a un bloqueo total o casi total de una arteria coronaria, generalmente provocado por un coágulo de sangre que se forma debido a la acumulación de grasa en la pared de la arteria). Sin embargo, en el caso del síndrome de Tako-Tsubo, las arterias coronarias no están obstruidas.
Para distinguirlos, hay que tener en cuenta que estaremos probablemente ante un síndrome de Tako-Tsubo si hubo antecedente de un fuerte y repentino evento estresante y ausencia de factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, dislipemia y tabaquismo).
Tal y como explica la Fundación Española del Corazón, el también conocido como síndrome del corazón roto fue descrito por primera vez en los años 90 en Japón. Se le denominó Tako-Tsubo porque así se llama una vasija, abombada y con el cuello estrecho, usada tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos. Este nombre se utiliza precisamente porque se produce un daño miocárdico transitorio por el cual parte del corazón afectado (generalmente el ventrículo izquierdo) adquiere una forma similar a una trampa para pulpos.
Según la Fundación, el 85 por ciento de los casos reportados se refiere a mujeres post-menopáusicas, con estrés emocional o físico repentino e inesperado causando una liberación excesiva de adrenalina, que puede dañar temporalmente el corazón de algunas personas.
Debido a que se parece mucho a un infarto de miocardio, lo primero es determinar si efectivamente se trata un caso de síndrome de Tako-Tsubo. En caso afirmativo, no hay un tratamiento estándar, si bien suele utilizarse medicación diseñada para recuperar la función cardiaca, reducir el estrés sobre el miocardio y disminuir el exceso de líquido que se haya podido acumular. Una vez producida la recuperación completa, no sería necesario tomar medicación.