Investigadores de la Universidad de Texas, en Dallas (Estados Unidos), han identificado bacterias en la vejiga que podrían indicar qué mujeres posmenopáusicas son más propensas a padecer infecciones del tracto urinario recurrentes (ITU), y han descubierto que los estrógenos pueden contribuir a reducir esa propensión. Por otra parte, otro estudio en el país norteamericano ha señalado que las bacterias intestinales pueden aumentar la motivación para hacer ejercicio físico.
"Encontramos una relación muy estrecha entre las bacterias beneficiosas de la vejiga y el uso de la terapia hormonal con estrógenos en mujeres posmenopáusicas. El estrógeno es importante no sólo para regular los procesos reproductivos, sino también para configurar el entorno químico de todo el organismo. Cuando se pierde esa hormona, se pierden todos los beneficios que proporciona", ha comentado Nicole De Nisco, líder del estudio, que se ha publicado en la revista científica Cell Reports Medicine.
Los investigadores hallaron correlaciones sólidas entre las llamadas bacterias "buenas" y los estrógenos urinarios en mujeres posmenopáusicas sin antecedentes de infecciones urinarias.
Las infecciones del tracto urinario se encuentran entre las infecciones bacterianas más comunes en adultos y suponen una carga médica especialmente importante para las mujeres, ya que más del 50% de ellas sufren una ITU a lo largo de su vida. La edad es uno de los factores de riesgo más asociados a las ITU.
En colaboración con el doctor Philippe Zimmern, catedrático de urología del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, el equipo de investigación analizó a 75 mujeres posmenopáusicas clasificadas en tres grupos: las que no tenían antecedentes de ITU, las que tienen ITU recurrentes y estaban sufriendo una en el momento de la prueba y las que tienen ITU recurrentes pero no estaban experimentando una en el momento de la prueba.
La investigación sugiere que las ITU y el estrógeno dan forma al grupo de todos los microbios (llamado microbioma) que se encuentran en los tractos urinario y genital de las mujeres posmenopáusicas.
"Lo que descubrimos es que aquellas mujeres que se encuentran entre infecciones, aquellas con un historial de ITU recurrentes pero que actualmente dan negativo en ITU, tenían un microbioma repleto de microorganismos capaces de causar enfermedades del tracto urinario, a la vez que tenían menos bacterias buenas", ha afirmado Michael Neugent, otro de los autores.
En cambio, muchas de las mujeres que tomaban terapia con estrógenos no tenían las bacterias "malas" en sus vejigas. Los investigadores manifestaron que la mayor cantidad de estrógenos encontrada en la orina se correlacionaba con un predominio de bacterias buenas, como los lactobacilos, en el microbioma.
Los investigadores también descubrieron que los microbiomas de las mujeres con ITU recurrentes contenían más genes de resistencia a los antibióticos que los de las mujeres sin antecedentes de ITU. Los genes de resistencia a los antibióticos pueden intercambiarse entre las células, lo que permite que la resistencia se propague rápidamente a través de una población de bacterias y, por tanto, dificulta el tratamiento de las infecciones.
Aunque los antibióticos han demostrado cierta eficacia en la lucha contra las bacterias causantes de enfermedades, De Nisco apunta que la prescripción de antibióticos cuando no son necesarios, lo cual acelera la resistencia a los mismos, es uno de los mayores obstáculos en el tratamiento de las ITU.
"No podemos arrojar antibióticos a este problema o nunca romperemos el ciclo de infecciones recurrentes. Tenemos que empezar a pensar en terapias innovadoras que no dependan tanto de los antibióticos. En su lugar, podemos usar cosas como el estrógeno o tal vez dar una terapia combinada de estrógeno y un probiótico", ha resaltado De Nisco.