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Julieta vive y sí es un milagro, de la voluntad, de la ciencia, de los médicos y de la solidaridad. "Julieta nació con 23 semanas más 3 días, y a partir de ahí todo ha sido una serie de suertes unidas a una gran ciencia, a un espíritu de la niña luchador, de los padres, nuestro… y sobre todo de las circunstancias que han propiciado que alguien tan pequeño pueda vivir en condiciones”. Lo confiesa Juana María Martínez Cánovas, supervisora de UCI neonatal del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, que ha vivido el milagro de este bebé que luchó como pocos por su vida. Y venció. Y eso pese a pesar poco más de 500 gramos. Tras seis meses en la UCI, por fin puede salir del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Los progenitores de la pequeña hoy no pueden dejar de emocionarse al echar la vista atrás y apenas pueden creerse que, por fin y pese a todo, haya llegado este momento. Porque el camino ha sido largo y duro.
La madre de Julieta reconoce que cuando nació le dijeron que "era un desecho". No tenía posibilidades de vivir. “En primer lugar ha sobrevivido porque tanto el jefe de pediatría como el jefe de sección de obstetricia hablaron con la mamá para que ella estuviese de acuerdo. Sabiendo todos los pros y los contras de tener un niño tan pequeño, la mamá accedió a quedarse ingresada el tiempo que hiciera falta. Se consiguió parar el parto 3 días.
“Nuestros pediatras fueron muy sinceros con ella porque no queríamos tampoco generar falsas esperanzas. Eso no sirve para nada. Es verdad que la viabilidad de España está en torno a las 24 semanas y esta niña era de 23 y tres días. Entonces, la madre sabía que el camino era muy largo, muy duro, y el resultado era tremendamente incierto. No solamente porque estuviese o no viva, sino en qué condiciones iba a vivir”.
La resistencia y voluntad de la madre ha sido en este caso vital. Porque mientras más pase el bebé en el cuerpo de la madre más posibilidades tiene este de vivir. "Si es un niño de 24 semanas que nace nada más llegar, sus posibilidades se reducen bastante. Si es una mamá con amenaza de parto prematuro de 24 semanas que se ingresa, aunque sea solo sea una semana y se consigue madurar intraútero a ese niño, tanto sus pulmones como su cerebro, se multiplican las posibilidades. De hecho, los éxitos de la neonatología tienen mucho que ver con la ostetricia. En el caso de Julieta, ha sido un equipo multidisciplinar que ha estado insuperable”.
El banco de leche materna ha sido fundamental para que Julieta haya sobrevivido. “Esta niña ha tenido la fortuna de nacer cuando ya teníamos implantado en la Región de Murcia el banco de leche materna, porque normalmente una mamá con un niño tan pequeño todavía no tiene la capacidad suficiente para producir leche para alimentarlo, y una leche artificial, por mucho que quieran decir que tiene todas las probabilidades de la leche materna, en un intestino tan inmaduro no pueden digerirla y lleva a complicaciones muy severas, como una enterocolitis, que puede acabar con la vida de la niña. Esta niña, Julieta, se alimentó con leche de Rosa, que hizo un esfuerzo también, como buena mamá que es, más nuestra leche de banco, y ha tolerado desde el minuto cero la alimentación. Esa es una clave total del éxito”.
¿Ha salvado al vida de Julieta el banco de leche? Juana María Martínez Cánovas lo tiene claro. “Bajo mi experiencia como enfermera de cuidados intensivos neonatales, esa niña no hubiera sobrevivido. En un 99,9% de fiabilidad ni habría sobrevivido. El banco de leche está salvando muchas vidas y una de ellas es la de Julieta. También, agradecer la generosidad de las mujeres de Murcia, porque yo, que he sido madre y he tenido que sacarme leche… es duro sacarse leche con una máquina. Cuando es para tu hijo es para tu hijo, pero es que encima es leche que tienes que sacarte en ciertas condiciones para que después te la recojan y se la den a otros críos. De verdad que es una gran comunidad de mujeres que están ayudando muchísimo a nuestros prematuros”.
Julieta es la bebé más prematura que ha nacido en la Arrixaca, pero no la de menor peso al nacer. “Tenemos una niña que está perfecta, que ya será muy mayor, que nació con 420 gramos. Ese es el peso más bajito de nuestra UCI. Era una niña de 27 semanas con un crecimiento menor, pero igualmente también fue un gran éxito, porque fue hace 15 años”.