Cada 17 de noviembre se celebra el día Mundial del Niño Prematuro y dos madres recuerdan los difíciles momentos vividos aquel día en que tuvieron que abandonar el hospital dejando a sus hijos en una incubadora. La tristeza y la incertidumbre de qué iba a pasar con aquella pequeña vida nacida antes de las 37 semanas.
“Cuando salí por la puerta del hospital sin mis bebés, es como si me arrancasen una parte de mi, llegar a casa con las manos vacías es lo más duro”, recuerda Eugenia Ortíz. “Lo peor es no saber qué va a pasar, la angustia que genera una UCI” explica Fabiola Martínez que vivió el nacimiento prematuro de su hijo.
Los bebés prematuros, los que nacen antes de la semana 37 de gestación, pueden pasar meses en incubadoras para que puedan completar su desarrollo; la implicación y cuidado de los padres inciden decisivamente en la recuperación y reducen las posibles secuelas que puedan sufrir estos niños.
Las dos madres subrayan la importancia del apoyo del personal sanitario y la confianza que este pueda aportarles para superar las circunstancias que imponen el nacimiento de un bebé prematuro. “Yo me sentí apoyada y arropada” confiesa Eugenia. “Y una de las cosas más importantes es la empatía de los médicos” aclara Fabiola “para ti es un momento de la vida único”.
“Recuerdo que Sandra era tan chiquitita, llegó a 600 gramos, que a veces le ponían el pañal doblado hacia abajo, atado” cuenta Eugenia, mientras que Fabiola rememora que llegaron a decirle que "que no le acariciara mucho porque le irritaba, imagínate si una caricia irrita lo que puede hacer un pañal que no esté adecuado a ellos” .
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros, una cifra que está aumentando y que es una de las principales causa de defunción en los niños menores de cinco años.
La tasa de nacimientos prematuros oscila entre el 5 y el 18 % de los recién nacidos, según cada país. La OMS considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación y los divide en prematuros extremos (menos de 28 semanas), muy prematuros (28 a 32 semanas) y prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
Muchos de los bebés prematuros que sobreviven sufren algún tipo de discapacidad de por vida, que pueden estar relacionadas con el aprendizaje y problemas visuales y auditivos.