El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó recientemente la buena evolución de la pandemia de covid, con "un descenso de las muertes notificadas en todo el mundo". No obstante, alertó sobre un posible aumento de contagios y hospitalizaciones con la llegada del otoño y, sobre todo, del invierno.
Por otra parte, algunos científicos, como Vicente Soriano, señalan que el virus del covid ha pasado ya a ser uno más de los del otoño. De momento, lo cierto es que el coronavirus continúa mutando, por lo que aún pasará un tiempo hasta que dejemos de tener noticias sobre el surgimiento de nuevas variantes.
Los expertos han detectado una nueva variante, tras ómicron y sus sublinajes BA.4 y BA.5, que ya se ha confirmado con varios positivos en Reino Unido y en Estados Unidos. Se trata de BA.4.6, una cepa del covid cuyos principales síntomas son la fatiga, la tos y el dolor de cabeza.
Manal Mohammed, profesor de microbiología médica de la londinense Universidad de Westminster, en un artículo publicado en The Conversation, señala que, el pasado mes de agosto, BA.4.6 representaba el 3,3% de las muestras analizadas en Reino Unido y el 9% en el gigante norteamericano.
Aunque reconoce que no está claro cómo surgió, todo apunta a que se trata de una variante "recombinante", es decir, lo que se produce cuando dos variantes distintas infectan a una misma persona a la vez. En este caso, explica, "lleva una mutación en la proteína Spike (la que se adhiere a nuestras células) asociada a la evasión inmune, lo que ayuda al virus a escapar de los anticuerpos adquiridos por las vacunas y la infección previa".
Otro aspecto que preocupa mucho a los expertos es que, al igual que sus predecesoras, la nueva variante también eludiría los efectos de las vacunas.
La epidemióloga molecular Emma Hodcroft, de la Universidad de Berna (Suiza), subraya en la revista Science que "no es sorprendente que estemos viendo cambios que una vez más ayudan al virus a evadir las respuestas inmunitarias" y deja claro que el SARS-CoV-2 enfrenta "el mismo desafío del resfriado común cada año: cómo regresar". "Son casi tres años de pandemia y tiene que seguir encontrando nuevas formas de esquivar la inmunidad", añade.
"Podemos decir con certeza que algo viene. Probablemente se avecinan varias cosas", alerta en la mencionada revista científica Cornelius Roemer, experto en evolución viral de la Universidad de Basilea, Suiza.
Además de BA.4.6, preocupan por encima de todas dos variantes: BA.2.75.2, que proviene de BA.2.75 y parece estar extendiéndose rápidamente en India, Singapur y parte de Europa, y BQ.1.1, que ha evolucionado a partir de BA.5 y se ha detectado ya en varios países del mundo.
A pesar de sus diferentes orígenes, estas variantes cuentan con una combinación similar de mutaciones para evadir la inmunidad, lo que se denomina "evolución convergente", apunta Hodcroft.
Los científicos avisan de cambios en media docena de puntos clave del genoma del virus que se están detectando en estas nuevas subvariantes -y algunas otras- y que pueden influir en la manera en que se unen al virus los anticuerpos neutralizantes, según ha manifestado en Science Jesse Bloom, biólogo evolutivo del Fred Hutchinson Cancer Center.
Los investigadores están muy pendientes también, como indicábamos anteriormente, de BQ.1.1. Y más, después de conocer un estudio del inmunólogo chino Yunlong Richard Cao y su equipo de la Universidad de Pekín.
Dichos científicos hallaron resultados similares para BA.2.75.2 después de analizar muestras de sangre de 40 personas vacunadas con tres dosis y de otras 100 vacunadas y después reinfectadas con BA.1, BA.2 o BA.5. Además, comprobaron que BQ.1.1 tenía una capacidad igualmente "sorprendente" para evadir los anticuerpos.
Lo que está claro es que, con la llegada del frío, habrá que prepararse para la llegada de nuevas olas de la enfermedad.