Uno de cada tres personas (36%) que se infectaron de covid y que no se vacunaron ya no tiene anticuerpos detectables un año después de la infección, según un estudio de seroprevalencia hecho sobre 1.076 personas de entre 43 y 72 años en Cataluña antes de que la variante ómicron fuese la predominante. Por otra parte, el fin de la mascarilla en el transporte público podría estar más cerca.
La combinación de vacunas y contagio, es decir, la inmunidad híbrida, es la más duradera.
El estudio, publicado este viernes por la revista BMC Medicine, ha revelado que el tipo de vacuna, la edad y la salud mental son factores fuertemente asociados al nivel de anticuerpos tras la vacunación, y demuestra la necesidad de vacunarse a pesar de haberse infectado.
Las vacunas de ARN mensajero han dado la mejor protección frente al coronavirus, y especialmente la de Moderna. Carlota Dobaño, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, apunta que "las personas que han sido vacunadas con Moderna tienen mejor respuesta que con Pfizer o que con otras vacunas".
Todos a los que se les inyectó este suero conservaban los anticuerpos un año después. Dicho estudio de seroprevalencia pone en valor las vacunas y revela que solo el 2,1% de los vacunados pierde los anticuerpos en este tiempo. "La edad es un factor significativo que ayuda a que estas personas pierdan los anticuerpos antes", señala Dobaño.
Los científicos también concluyen que están más protegidos quienes pasaron la enfermedad y se vacunaron. "La combinación de las dos da una respuesta superior", asegura la investigadora.
Dentro del 36% anteriormente mencionado, hay un perfil que se repite. "Mayores de 60 años, las personas fumadoras y las personas que, cuando pasaron la infección, la tenían de manera asintomática", indica Dobaño.
Además, cuando se sufre depresión, estrés u otra enfermedad mental, el sistema inmune también responde peor.