Todos sabemos que comer fruta y verdura es básico en cualquier alimentación equilibrada, especialmente en momentos de tránsito, como el otoño: la bajada de las temperaturas es señal de que debemos trabajar en mejor nuestras defensas, y este tipo de productos son nuestros grandes aliados para protegernos de resfriados y demás infecciones y enfermedades respiratorias. Además, no olvides que la vuelta al trabajo y el 'pico' de estrés que ello suele producir tras las vacaciones puede influir negativamente en nuestra salud: toma nota de estos consejos para sobrellevar la vuelta a la rutina y de cuándo consumir fruta para sacarle el máximo partido.
La fruta es sin duda una de las categorías de alimentos que no pueden faltar en nuestra mesa. Aunque las hay de todo tipo y su aporte nutricional puede ser muy dispar (por ejemplo, algunas contienen mucha azúcar y debemos controlar su consumo), combinarlas y mantenerlas integradas en nuestra dieta es básico para mantener una alimentación equilibrada, rica en fibra, vitaminas y minerales. Sin embargo, al igual que ocurre con cualquier otro tipo de alimento, es importante aprender a combinarlas sabiamente y a consumirlas a la hora adecuada para sacarles el máximo partido. Algo similar ocurre con las horas a las que debes evitar comer si quieres adelgazar.
En España es bastante frecuente consumir fruta como postre, después de otro tipo de alimentos. Sin embargo, no es el mejor momento para tomar fruta: los nutricionistas suelen recomendar hacerlo entre horas, especialmente a media mañana o a media tarde, aunque siempre será mejor hacerlo en la primera mitad del día. La lógica es que, de esa forma, sacaremos más provecho a sus nutrientes y daremos uso inmediato a su aporte en fructosa, evitando que se acumule en nuestro organismo en forma de grasa. Por el mismo motivo, las frutas más calóricas o con mayor aporte de azúcares deben reservarse para la mañana. Una forma ideal de preparar un snack antes del almuerzo es combinar fruta con frutos secos o con yogurt.
También es buena idea consumir fruta en el desayuno para comenzar el día con energía. En general, nuestro metabolismo funciona más rápidamente durante las primeras horas del día, algo que debemos tener en cuenta a la hora de dosificar cada uno de los elementos de nuestra dieta. En este sentido, lo mejor de la fruta es que, al contrario de lo que ocurre con los hidratos de carbono, la fructosa se quema mucho más rápido. Además, el aporte graso de la fruta es muy reducido, y es perfecta para mantenernos hidratados.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que declaró el pasado 2021 como el Año Internacional de las Frutas y la Verduras, las califica como lo más parecido que hay a un 'alimento milagro', un complemento que debería ser esencial en nuestra dieta. Así, la fibra es uno de sus principales aportes para nuestro organismo, sin que sea necesario acudir a productos procesados para conseguirla. Consumir al menos tres piezas de fruta y dos raciones de verdura aporta más de la mitad de los 25 gramos de fibra que debemos tomar los adultos cada día.
Por otro lado, la fruta nos ayuda a mejorar las defensas: los componentes que ejercen esa función son vitaminas o minerales que contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario, como es el caso de la vitamina C, tan necesaria durante el otoño.