El verano suele dejar su huella en nuestra piel en forma de manchas y demás secuelas, fruto de una sobreexposición o de una protección inadecuada o insuficiente frente a los rayos solares. Además del sol, los químicos de las piscinas, el salitre, el exceso de agua, unos cuidados un poco menos estrictos... hacen que la piel suela encontrarse algo sedienta y necesitada de cuidados. ¿Cómo actuar en el caso concreto de las manchas? ¿De qué forma podemos atenuarlas durante el otoño?
Sin duda la mejor decisión que puedes tomar si quieres eliminar las manchas solares tras el verano es acudir a un dermatólogo: un profesional de la piel podrá identificar el origen concreto de la mancha o manchas y recomendarte el tratamiento adecuado, ya que existen múltiples opciones y no todas sirven para lo mismo. Del mismo modo, algunas pieles son más sensibles que otras, y algunas patologías previas pueden desaconsejar ciertos tratamientos.
Por ejemplo, tal y como recuerda Quirón Salud, existen diferentes peelings químicos que debe prescribir un dermatólogo, ya que hay muchos tipos diferentes: los hay superficiales (glicólico, salicílico, láctico, mandélico, ferúlico…) y también profundos (tricloracético, fenol). La clave es que no todas las pieles soportan todo tipo de peeling químico, por lo que un estudio previo es necesario. Además, un análisis exhaustivo de la piel permitirá descartar lesiones malignas o identificar alguna posible patología cutánea de base, como la rosácea.
Si no quieres tomar medidas tan drásticas y tienes un poco de paciencia, la fórmula ideal para eliminar muchos tipos de mancha de forma gradual cosiste en llevar a cabo una exfoliación regular, usar protector solar diariamente y combinar todo ello con un buen producto despigmentante acorde al tipo de mancha de que se trate. Los hay diurnos y nocturnos, preventivos (más suaves) o paliativos: en el mercado encontrarás tanto cremas como sérums, mascarillas, discos exfoliantes y demás tratamientos, pero lo mejor es dejarte aconsejar por un dermatólogo.
Además, no olvides la importancia de una buena hidratación y la eficacia de tratamientos complementarios como peelings. Toma nota de los distintos principios activos que puedes utilizar (ácido hialurónico, ácido ferólico, retinol, resveratrol, vitamina C…) para elegir productos acordes a tus necesidades. Es posible incluso que un dermatólogo diseñe una fórmula magistral perfecta para tus manchas, lo que suele dar muy buenos resultados.
Por otro lado, la terapia fotodinámica es un tratamiento muy útil para combatir el fotoenvejecimiento: está indicado para pacientes que desean rejuvenecer la piel y que se ven afectados de daño solar crónico (presencia de arrugas, adelgazamiento irregular de la epidermis, discromias o cambios irregulares de la pigmentación...). La terapia fotodinámica reduce las arrugas finas, y mejora el tono y la textura de la piel, eliminando las manchas secundarias.
También se recomiendan los tratamientos con inyecciones de ácido hialurónico, con o sin vitaminas, ya que ayudan a recuperar la hidratación de la piel y a mejorar su aspecto y brillo, estimulando además la formación de colágeno y ácido hialurónico propio. Ello supone una mejora de las pequeñas marcas y arrugas finas. El mcronedling o microagujas es otro tratamiento estrella, ya que estimula la formación de colágeno endógeno y permite que penetren en la dermis sustancias que aplicamos de forma superficial (por ejemplo, hialurónico).