¿Qué podemos hacer ante un brote de chinches?: medidas claves para la desinfección
El Hospital Clínico de Valencia se ha visto infectado recientemente por un brote de chinches
Las pautas de higiene y el lavado de la ropa son fundamentales para combatir los brotes de chinches
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El Hospital Clínico de Valencia se ha visto afectado por un brote de chinches que ha obligado a sellar una habitación y a aplicar un protocolo de desinfección específico para lidiar con el problema tras varias denuncias de afectados por esta circunstancia. El caso, que no es el único registrado en un hospital en España, vuelve a poner en valor la importancia de mantener unas condiciones y unos hábitos adecuados para prevenir la aparición de estos insectos con los que a veces convivimos, así como para combatirlos, en caso de tener que lidiar con ellos.
Atendiendo a las recomendaciones de los expertos para luchar contra los ‘cimex lectularius’, nombre científico con el que se conoce a estos hemípteros que se nutren de la sangre humana y otros animales de sangre caliente, lo primero a lo que se insta es a seguir unas pautas de higiene adecuadas.
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Las chinches habitualmente se dejan ver en colchones, sofás y otros mobiliarios, siendo mayor su actividad durante la noche, aunque también puedan hacerlo a otras horas del día. Esencialmente, se sienten atraídos por el calor y el dióxido de carbono que exhalamos, por lo que cuando detectan a una persona, la alcanzan dejándose caer desde su hábitat hasta llegar a nuestra piel. Tras ello, la perforan con lo que se asemejan a dos finísimos tubos huecos que existen en su aparato bucal. A través de uno extraen la sangre del huésped, y con el otro inyectan su saliva.
Aunque la picadura parece no traspasar enfermedades de una persona a otra, esa saliva que inyectan para que la sangre no coagule sí puede derivar en reacciones alérgicas para algunas personas.
Tras alimentarse durante cerca de cinco minutos, las chinches vuelven a su escondite. Ese proceso sucede, en muchos casos, sin que nos demos cuenta, porque la picadura no se siente hasta minutos o incluso horas después de producirse, cuando, habitualmente, sufrimos una primera reacción que se traduce en una sensación de picazón; de necesidad de rascarse la zona por la reacción que producen los agentes inyectados por la chinche.
Por todo ello, maximizar la prevención especialmente en zonas de mucho tránsito, como en los hospitales, pero también en residencias, en hostales u hoteles, gimnasios u otros grandes establecimientos con concentración de personas, es fundamental. Su forma de actuar, además, propicia que tarden en detectarse, por lo que a veces cuando se localizan ya se ha producido una infección en el área.
¿Cómo debemos actuar ante un brote de chinches?
Resulta clave atajar rápido la situación, y para ello, una de las primeras recomendaciones es lavar la ropa personal, las sábanas de la cama, las cortinas o cualquier otro elemento textil que pueda resultar de hábitat o cobijo para las chinches.
Además, lo idóneo es realizar el lavado a unos sesenta grados centígrados durante al menos 10 minutos o, por otro lado y en el extremo opuesto, a unos -18º y durante 14 horas, mediante congelación, tal como recoge el parte de alta de una de las afectadas por el brote del Hospital Clínico de Valencia, como recoge el medio Levante-EMV.
En aplicación del protocolo, de hecho, esta última no pudo recuperar su ropa y sus efectos personales hasta días más tarde, tras serle retirados por seguridad. Fundamentalmente porque precisamente ello suele ser un medio a través del cual viajan de un punto a otro, al quedarse aferradas a nuestros enseres.
Durante el día, suelen ocultarse de la luz, escondiéndose en grietas, colchones, somieres, muebles, alfombras, zócalos, paredes interiores o pequeños agujeros en madera u otras superficies. Además, aunque pueden encontrarse solas, suelen agruparse, y tienen una gran movilidad cuando buscan alimentarse. No obstante, suelen estar siempre próximas al lugar donde duerme la víctima; de ahí la importancia de vigilar también nuestra cama y nuestras sábanas, especialmente ante la detección de picaduras en la piel, que suelen aparecer de forma lineal unas y otras.
Tras lavar la ropa de cama, además, hay que evitar que al ponerla toquen el suelo, para minimizar la posibilidad de que, de seguir habiendo chinches, se suban a ella.
Además del lavado de la ropa podemos recurrir a otras soluciones como el vapor de agua
Más allá, hay otras alternativas que ayudan a la lucha contra las chinches; remedios domésticos que pueden colaborar junto a la higiene para minimizar su impacto. Entre ellas, por ejemplo, desde algo tan rudimentario como echar vaselina en las patas de las camas o un poco de agua para que no puedan trepar (aunque algunas escalan hasta el techo para después dejarse caer), hasta limpiadores domésticos a base de vapor de agua, porque penetra por las grietas y, por su elevada temperatura, ayuda a eliminar chinches adultas y sus huevos.
Por su parte, los insecticidas, aunque podrían parecer esenciales, en muchas ocasiones no son suficientes, porque las chinches han desarrollado cierta resistencia. Por eso, lo mejor es lavar la ropa a alta temperatura en seco o, por el contrario, y especialmente, la congelación.
Por último, y como novedad, en algunos lugares y para casos específicos se está probando a utilizar perros para, aprovechando su gran olfato, detectar los escondetes de las chinches y aplacarlos.