¿Qué le ocurre a tu cuerpo si no duermes ocho horas diarias?
Dormir lo suficiente es básico para mantener una buena salud física... y también mental
El deporte es una de las mejores técnicas para descansar mejor, así como una alimentación sana y la creación de rutinas
Normalmente necesitamos unas 8 horas de sueño para dormir bien, aunque esta cifra puede variar de unas personas a otras
Existen algunas máximas incuestionables en materia de salud y bienestar que todos conocemos a la perfección, pero eso no impide que las ignoremos sistemáticamente y que luego suframos las consecuencias. La necesidad de descansar bien, tanto en tiempo como en calidad, es una de ellas: todos sabemos que lo ideal es dormir unas 8 horas (aunque cada persona es un mundo) y que es importante hacerlo sin interrupciones, habiendo creado previamente un ambiente relajado que nos permita abrir los ojos a la mañana siguiente con las pilas cargadas y una sonrisa en la boca. ¿Utopía? Lo cierto es que los ingredientes para lograr ese sueño reparador están a nuestro alcance y dependen en gran medida de nuestra voluntad: hacer deporte, alimentarnos de forma saludable e intentar reducir nuestro nivel de estrés son los más importantes, así como, lógicamente, evitar trasnochar de forma voluntaria. Si necesitas motivación para ponerte serio en cuanto a tu descanso, toma nota de qué le ocurre a tu cuerpo si no duermes ocho horas diarias.
¿Qué le ocurre a tu cuerpo si no duermes ocho horas diarias?
MÁS
Es un hecho contrastado que, sin un descanso de calidad, será muy difícil que nos concentremos y que afrontemos la jornada con la alegría y la energía necesarias. Por eso las alteraciones del sueño resultan tan nocivas, relacionándose no solo con nuestra salud física, sino también con la mental: depresiones, TDAH, síndrome de fatiga crónica... tienen que ver con el descanso o, mejor dicho, con la falta de éste, así como con su mala calidad.
En este ámbito concreto, los especialistas recomiendan evitar a toda costa la tentación de recurrir a fármacos que nos ayuden a inducir el sueño: comienza por hacer lo que esté en tu mano para solucionar el problema de forma natural. No olvides que muchos de estos medicamentos pueden provocar adicción, y no estarás solucionando el problema de raíz.
En cuanto a las consecuencias de no dormir lo suficiente para el resto de tu organismo, ten en cuenta que, mientras duermes, se desarrollan procesos como aprender información, reflexionar y formar recuerdos; permitir a tu corazón y sistema vascular descansar; liberar más hormona del crecimiento; aumentar la masa muscular y la reparación de células y tejidos; liberar hormonas sexuales; y curarte o evitar enfermedades, al generarse hormonas que ayudan a tu sistema inmunitario.
Si frenas estos procesos y duermes menos horas de las recomendadas sistemáticamente, ya sea por voluntad propia o por padecer insomnio, serás más propenso a tener presión arterial alta, a padecer enfermedades del corazón, a sufrir un accidente cardiovascular, a experimentar enfermedades del riñón, a ser obeso o a tener diabetes, entre otras cosas.
Para evitarlo, toma nota de estos consejos para dormir mejor:
- Diseña rutinas saludables. Las personas funcionamos mejor cuando llevamos una rutina definida. No hace falta ser completamente estricto, pero sí es conveniente y saludable no 'volver loco' a nuestro organismo. Desayunar, comer y cenar aproximadamente a la misma hora, irnos a dormir también en un horario similar cada día... son pequeños gestos que te harán sentir que tu vida se encuentra en orden, ayudándote también a que tu cuerpo tenga claro cuál es el momento de parar y descansar. Dentro de estas rutinas pueden introduciré elementos que favorezcan el descanso: apagar la tele a partir de cierta hora, reducir la luminosidad de tu hogar, evitar el uso del móvil en las horas previas a irte a la cama...
- Haz deporte. Casi cualquier problema de salud se hará más llevadero si haces algo de ejercicio, y los problemas de sueño no son una excepción. Está demostrado que el deporte reduce el estrés y te permite segregar las sustancias que tu cuerpo necesita para encontrarse más vital... y también más listo para el descanso llegado el momento.
- Cuida tu alimentación. Existen determinadas sustancias que no nos ayudan a dormir bien. El café, el te, los azúcares, el alcohol... son los ejemplos más claros. Evita también las cenas copiosas y los alimentos pesados, ya que este tipo de digestiones no solo pueden evitar que duermas bien, sin que podrían provocarte más de un mal sueño. Evita también cenar poco antes de irte a la cama, algo que te ayudará, de paso, a evitar aumentar de peso.
- Crea un ambiente que facilite el sueño. La transición al momento del descanso debe ser paulatina, y es importante adaptarnos poco a poco a la disminución de la luz alrededor nuestro, creando un ambiente que nos permita relajarnos. Las pantallas de televisores, ordenadores, móviles… son nuestro peor enemigo (sobre todo si elegimos contenidos que nos alteren o preocupen), por lo que lo ideal sería evitar este tipo de contacto. Al contrario, leer o escuchar música relajarte te ayudará a conciliar el sueño y a descansar mucho mejor. El ambiente que nos rodee también es crucial: una habitación en orden, una luz tenue…