La ola de calor vivida recientemente en España ha causado 510 muertes entre los días 10 y 16 de julio, según los cálculos de Sanidad. Las altas temperaturas afectan a la salud física de las personas, que es la que consta en estas cifras, pero también tiene un efecto negativo en nuestra salud mental que suele pasar desapercibido. ¿Cómo nos influye el calor en este sentido?
Deshidratación, pulso acelerado, dificultad para respirar… El calor puede elevar nuestra temperatura corporal hasta causar un fallo multiorgánico que puede causar incluso la muerte. Los vasos sanguíneos se dilatan y el cuerpo hace un esfuerzo para expulsar el calor a través de la sudoración, que además enfría la piel al evaporarse.
Pero si nos mantenemos mucho tiempo expuestos a temperaturas superiores a los 35 ºC, el cuerpo se ve incapaz de regular la temperatura corporal y llega un momento en que la piel se enrojece y se seca, cuesta hablar y caminar y la persona puede incluso sufrir convulsiones o un desmayo.
Los médicos también suelen alertar de los posibles efectos del calor extremo en nuestra salud mental, menos evidentes que los físicos. Temperaturas como las que estamos teniendo, por encima de los 40 grados, y que nos llevan acompañando ya varias semanas, pueden hacer que personas con depresión y ansiedad vean empeorar su estado de ánimo gravemente.
De hecho, estudios demuestran que hay una relación evidente entre la temperatura alta diaria y los suicidios o intentos de suicidio. Por cada aumento de 1 ºC en la temperatura promedio mensual, las muertes relacionadas con la salud mental aumentan un 2,2 por ciento, encontró una investigación publicada en 2021.
Según este estudio, el calor también causa un aumento de los trastornos del estado de ánimo, trastornos mentales orgánicos, esquizofrenia, trastornos neuróticos y de ansiedad. Los hallazgos sugieren evidencia de vulnerabilidad para las poblaciones que viven en zonas de clima tropical y subtropical, y para las personas mayores de 65 años. Además, el calentamiento global estaría haciendo que cada vez más población sea vulnerable.
Otras investigaciones sugieren que el aumento de las tasas de suicidio es aun mayor, del 3,8 % por cada grado que asciende la temperatura promedio, lo estima un estudio desarrollado en Reino Unido.
Y eso no es todo. Las altas temperaturas están asociadas con un aumento de casos de agresión y violencia, posiblemente debido al impacto en algunas hormonas y en la función cognitiva, lo cual puede hacer que nos síntomas más confusos. Cada vez hay más estudios que relacionan delitos violentos con las altas temperaturas.
Los investigadores están detrás de las causas que dan lugar a este aumento de los trastornos mentales y la violencia. Se cree que hay varios factores que influyen, entre los que hay que destacar uno: la falta de sueño.
Un sueño insuficiente y de mala calidad puede ser un desencadenante de la depresión o empeorar un trastorno depresivo. No dormir afecta a la motivación, la concentración, el estado de ánimo, nos hace estar más irritables y más tristes.
Además, el calor puede empeorar efectos secundarios de la medicación psiquiátrica o hacer que los fármacos sean menos efectivos. Algunos medicamentos pueden hacer asimismo que el cuerpo no responda al calor como debería, y hace más vulnerables a las personas que los consumen a los golpes de calor.
“Los antipsicóticos que usamos en la esquizofrenia y el trastorno bipolar, en realidad pueden tener un impacto en la percepción de la sed de las personas", dice Laurence Wainwright, investigador en el laboratorio de psiquiatría de la Universidad de Oxford, en una entrevista con The Guardian.
“El cuerpo tiene una muy buena manera de decirnos cuándo tenemos sed, pero cuando tomamos estos medicamentos, eso puede verse afectado, y durante una ola de calor que obviamente plantea problemas para las enfermedades relacionadas con el calor”, explica.