Según la psicóloga Júlia Pascual, “la sociedad se está desequilibrando de forma alarmante debido a la proliferación de individuos, conductas, negocios o hábitos de índole narcisista”. La cita la encontramos en las primeras páginas de su libro, Los narcisistas y tú (Zenith, 2022) en el que la psicoterapeuta nos propone un mapa para aprender a orientarnos en esta jungla en la que vivimos plagada de un narcisismo que es alimentado a diario por las redes sociales. Para ella, el mito de Narciso actual sería el del que se monta su perfil con sus selfis -en los que se ve guapísimo o guapísima- y se empieza a construir un personaje virtual y se desconecta de sí mismo.
Lo cierto es que necesitamos herramientas para relacionarnos con personas narcisistas no solo es porque cada vez hay más, sino porque no siempre es posible la huida. Esas recetas de ‘identifica al narcisista y huye de él’ no van con Júlia Pascual, que asegura que promulgar eso es, en el fondo, contribuir a estigmatizar al narcisista. La actitud de ‘como detecto que eres narcisista y ya no me aportas nada positivo, te rechazo’, sería “un poco narcisista por nuestra parte”, explica.
En su libro, Pascual nos enseña una serie de técnicas o estrategias relacionales y comunicativas para protegernos de los ataques narcisistas y que no nos afecten. No se trata de aprender a soportar a una persona narcisista en nuestro entorno -sea familia, trabajo o relaciones sociales- y permitirle perpetuar el abuso que ejerce sobre nosotros, sino de aprender a gestionar a estas personas e introducir estratégicamente cambios en la relación, pero siempre desde la mirada compasiva hacia ellos y no desde la frustración y la rabia. Desde la frustración y la rabia que nos genera un jefe narcisista, es muy probable que solo encontremos una salida: escapar de él, irnos del trabajo…y eso podría echar por tierra nuestros anhelos profesionales. “No podemos destruir nuestros objetivos de vida y nuestros sueños por culpa de habernos topado con una persona narcisista”, insiste Júlia Pascual. Como nos vamos a topar con más de uno a lo largo de nuestra vida, no nos queda más remedio que aprender a gestionarlos para establecer relaciones más funcionales y evitarnos mucho sufrimiento.
Pregunta: En tu libro nos ofreces una mirada compasiva hacia las personas narcisistas ¿el narcisismo se construye desde el sufrimiento?
Respuesta: En el libro explico cómo se construye el narcisismo porque ellos, en la infancia y en la adolescencia, sufren mucho. Las personas narcisistas sufren por diferentes cosas y ese sufrimiento lo intentan solucionar escapando y desconectándose de ellos mismos y construyendo un personaje sobrevalorado de ellos mismos: victorioso y exitoso, para escapar de su propio sufrimiento. Ese personaje es un personaje creado por el narcisista, que necesita estar por encima de los demás porque ya no quiere que nadie más le haga daño: ni las personas, ni la sociedad. Por eso son unos grandes violadores de las normas. Las normas son válidas para todo el mundo, pero para mí… ¡depende! Son personas que intentan controlar y dominar a los demás porque ya no quieren que les hagan más dañó nadie.
P: Toda su vida gira entorno a ese personaje que han creado. ¿Cómo afecta esto a sus relaciones con los demás?
R: Para que se construya ese personaje sobrevalorado necesita el reconocimiento y la admiración de los demás y necesitan construir relaciones instrumentalizadas. Es decir, se relacionan con nosotros únicamente para seguir manteniendo ese personaje y alcanzar sus objetivos, que son objetivos de éxito, de belleza, de amor: sobrevalorados. Tienen fantasías de éxito para escapar de su sufrimiento emocional. Su principal fobia es a ellos mismos…Entonces, se convierten -como digo yo- en gigantes con pies de barro. Porque cuando tú estás desconectado de tu ser, no eres tú, es un disfraz.
P: En tu libro explicas que la persona narcisista es a su vez una víctima de una sociedad narcisista…
R: Es que esa armadura que se hacen les funciona muy bien, porque la gente les reconoce en una sociedad tan narcisista que aplaude estos valores de éxito. En una sociedad, tal y como la tenemos construida, triunfan. Triunfan muy rápido. Eso hace que, en vez de recapitular y darse cuenta de que esa solución no funciona para vivir la vida, pues la mantienen. Les hace tener más miedo aún a quitarse esa armadura: una armadura que les ayuda a ir a esos objetivos pero que al final les va penalizando. Y fíjate si es una armadura, que van muriendo por dentro. La persona realmente muere y el extremo del narcisismo, que es el narcisista patológico extremo, está tan muerto, tan desconectado, que la persona es capaz de hacer lo que sea para obtener sus objetivos.
P: Un poco de armadura tenemos todos ¿no? de alguna manera todos nos construimos un personaje pero, ¿cuándo eso se considera un problema?
R: Depende de cuánto tiempo me pongo el disfraz para hace una gran ‘performance’ o ejecución como periodista, por ejemplo. Si luego, cuando llego a casa, me lo quito y cometo errores, rio, lloro y no pasa nada…Es que el narcisista llega a casa y sigue desconectado, culpando a los demás porque no son perfectos, porque la casa está sucia, porque tú no me has puesto esto a la hora que te había dicho… es la persona que se aísla y no se relaciona con sus hijos porque “tengo mucho trabajo” (…) Siempre digo que, si tenemos que salir de casa con el ego hinchado o deshinchado, pues queremos con el ego hinchado, ¿verdad? Y una de las técnicas que usamos en psicología es hacer ‘como si’ fuéramos muy seguras de nosotras mismas. Ahí nos disfrazamos, de alguna manera, para afrontar la realidad con más seguridad y confianza en nosotras mismas, pero sin olvidarnos de que en algún momento del día tenemos que dar cabida a emociones y sentimientos que no van a ser tan positivos como son la tristeza, el dolor y la rabia. Esas son emociones básicas que deben ir circulando. El narcisista no quiere ni el dolor, ni la rabia, ni el miedo.
P: En tu libro en vez de proponernos que huyamos de las personas narcisistas que podamos tener en nuestro entorno, a lo que invitas es a que aprendamos a relacionarnos con ellos…
R: La construcción principal del narcisista la hace para huir del sufrimiento. En la mayoría de los estudios hemos visto que hay miedo; miedo al abandono y al rechazo, ya que ha habido humillaciones, bullying, abandono…tela marinera. El niño ha sufrido miedo. Esto es algo que toda la comunidad científica vemos. Cuando se dan recetas como esas de identifica al narcisista y huye, es peligrosísimo por muchas razones: una porque si estás con el perverso de verdad, te va encontrar y te la va a jugar, es decir, te puede llegar a quitar a los hijos, incluso a matar y a que la crueldad sea más fuerte. Si huimos, tiene que ser una huida estratégica y habiendo gestionado muy bien al narcisista antes; tenemos que haberlo gestionado para que vea que con nosotras ya ha perdido el interés de atacarnos. El contacto cero de verdad, por la experiencia que yo tengo con víctimas que se han pasado un año huyendo de sus familiares narcisistas… explican que cuando se han alejado ha habido más intentos de suicidio, más autolesiones o han caído más en drogas o se han enfermado más. Porque explican que, en el alejamiento, seguía la voz del abusador: “es que eres un desastre, eres tonta, estas enfermas, estás loca” …por muy lejos que estuvieran, el abusador seguía en su cabeza.
P: ¿Cómo sería entonces hacer ese contacto cero con un narcisista, pero sin huir?
R: El contacto cero de verdad es cuando aprendemos a gestionar al narcisista estando nosotros. Técnicas y trucos sencillos como los del libro tienen efectos que calman mucho al narcisista y, al aplicarlo, la persona que lo sufre llega a la conclusión de “qué pena me das…¿en serio que solo haciendo esto te relajas y me dejas de atacar? Haciendo estos trucos, la persona hace el contacto cero, utilizando lo que yo llamo los trucos de desparasitación. Uno de los primeros trucos que explico en el libro es la amabilidad estratégica, porque el narcisista necesita ser aplaudido y reconocido para estar tranquilo. La víctima está con tanta rabia y malestar que no lo puede hacer. Yo las trabajo rápidamente para que lo puedan hacer, explicándoles que es la mejor manera de protegerse, llevando el desparasitador para que no les haga más heridas de las que ya tiene. Cuando lo hacen y los aplauden y les hacen esos trucos de amabilidad estratégica que yo les hago a medida, cuando vienen a consulta me dicen: “¡funciona Júlia!" Es entonces cuando empiezan a ver que ellos pueden dominar la relación. No podremos cambiar al otro, pero si podremos cambiar lo que hacemos nosotros con el otro…
P: Claro, porque muchas veces no es fácil huir, por ejemplo, cuando el narcisista es un padre o un hijo y hay amor por medio a pesar de que la relación sea tóxica...
R: Sí. Y lo importante es saber que se puede organizar todo para que sea un contacto mínimo con ellos. Efectivamente, el contacto cero a veces no es posible porque si es, por ejemplo, nuestro jefe…huir, a lo mejor significaría no cumplir nuestro sueño profesional. Además, en salud mental eso de decir que esa persona es tóxica y “¡sepárate!” …es justo lo que no queremos los sanitarios: la estigmatización y la criminalización. El hecho de abandonar a estas personas... ¡es que nos convertiríamos en narcisistas nosotros! Lo que sí tenemos que hacer es aprender a gestionarlos con estrategias y coger estrategias relacionales comunicativas para que el narcisista no lo tengamos aquí pegado y que haya un contacto mínimo. Pero es muy importante que haya contacto, sobre todo si es familiar.
P: ¿Hay más narcisistas ahora que antes? ¿Piensas que las redes sociales están jugando un papel importante en el aumento de narcisismo?
R: Mucho. Para mí, el mito de Narciso actual sería aquel que se siente un poco feote y un día se abre una cuenta, descubre los selfis y como siempre se siente ninguneado, pero se monta su perfil con sus selfis en los que se ve guapísimo o guapísima, se empieza a hacer la construcción del personaje y empieza a tener seguidores y se enamora de ese personaje virtual tanto, que no puede desconectar. Y la persona se va desencantando de otras cosas y va muriendo en vida…y ahí está: enamorado del personaje virtual que no es él, pero no puede ya diferenciarse. Las redes sociales son un pozo ya de aplaudir esto: el éxito rápido, el éxito copiando contenido de los demás y atribuyéndose cosas. En el mito de Narciso, es la diosa Némesis quien castiga a Narciso y le dice: “a partir de ahora te vas a enamorar de alguien de quien no te podrás adueñar nunca”. Ahora, quien hace la conjura son los programadores de las redes sociales o de YouTube que te dicen: “si te creas el personaje virtual y no coincide con el real, te vas a enamorar tanto, que la vida va a perder sentido, porque solo vas a vivir con eso”. Esa es la nueva conjura…y esto va a más.
P: Claro, esto parece más la consecuencia de hacer un uso de las redes sociales inconsciente. Bien usadas no tendrían por qué tener estas consecuencias…
R: El problema está en que la persona accede a las redes sociales cuando la persona aún no sabe quién es: niños y adolescentes. Y aquí empieza la despersonalización, la desconexión, que es parte de la construcción del narcisismo. O creamos un perfil cuando estamos heridas: como estoy herida y me siento una mierda con mi inseguridad, me creo un perfil de Instagram. Los narcisistas explican en consulta que sienten un gran vacío existencial y que ya nada es suficiente para ellos…
P: No le pega mucho a una persona narcisista ir a terapia… ¿Por qué motivos suelen acabar en la consulta de un psicólogo?
R: Vienen por problemas que tienen que ver con evadirse de sí mismos, como adicción a sustancias, al juego, por bulimia, trastornos de atracón para desconectarse de sí mismos o trastornos de la sexualidad. Vienen mucho por problemas de erección…Enferman mucho de paranoia porque padecen de celotipia, necesitan controlar a sus mujeres o a sus hombres y de ahí enferman mucho. Si tú, como terapeuta logras solventarle el problema en breves sesiones, serás capaz luego acceder a trabajarle la personalidad. Si no le solventas, serán los grandes promotores de que la psicología no sirve para nada porque antes de las 10 sesiones no le ha resuelto el problema que ha venido a solucionar. Pero una persona narcisista puede enfermar de otras patologías, como todo el mundo. También puede tener depresión y también se suicida.
P: Para terminar, ¿Qué efecto crees que está teniendo tu libro en personas que tienen un narcisista en casa y lo leen?, ¿te han comentado algo?
R: Hay gente que me está diciendo que le ha removido el libro porque “como víctima de narcisismo me estoy dando cuenta de que por solucionar la herida que me ha ocasionado mi verdugo o verduga estoy instalando este tipo de personalidad como manera de solución”, o sea, que se dan cuenta de que se estaba pareciendo al verdugo o verduga. Esto es algo que en mi consulta veo mucho: cuando alguien ha sufrido de un narcisista, aunque no nos demos cuenta, ya nos han hecho una herida y nos parasitan y se van metiendo en nuestro cuerpo hasta que al final confundimos nuestra voz con la de nuestro abusador o abusadora. Otras personas me dicen que el libro les remueve porque desde la primera página tengo una mirada compasiva hacia las personas narcisistas. Una persona me ha contado que se lo ha leído incluso la persona que es narcisista de su entorno -su marido- y que por primera vez ha dicho que va a pedir ayuda.