Cómo identificar una insolación y un golpe de calor: consejos para prevenir y actuar ante el calor extremo
Insolación y golpe de calor: consejos para prevenir y actuar ante las altas temperaturas
Altas temperaturas, golpes de calor... ¿Qué peligros para la salud acompañan al verano?
¿Qué es el estrés térmico y por qué tu cuerpo lo nota, aunque no seas consciente?
El verano se ha adelantado este año con una ola de calor que está azotando varias partes de España. El calor ha llegado para quedarse y en esta época estival es muy frecuente que ocurran insolaciones o golpes de calor. Son situaciones que ponen en peligro la salud y sería conveniente evitarlas.
Pero, ¿es lo mismo una insolación y un golpe de calor? La respuesta es no. El golpe de calor y la insolación son dos fenómenos que, aunque parezcan iguales y a veces se confundan, suponen diferentes síntomas y consecuencias.
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¿Qué es una insolación?
La insolación (o golpe de sol) se produce principalmente por la acción directa de los rayos del sol en el cuerpo. Los síntomas pueden ser sudoración excesiva, piel enrojecida, seca y caliente, y baja presión arterial. En casos más graves pueden aparecer delirios, convulsiones incluso coma. Por tanto, la insolación podría entenderse como una forma de golpe de calor en la que la fuente de calor proviene del sol (por ende, los golpes de calor no solo se producen a consecuencia del sol).
¿Y un golpe de calor?
El golpe de calor ocurre cuando el organismo permanece a una temperatura alta mucho tiempo. Suele producirse ante esfuerzos físicos intensos con altas temperaturas en el ambiente o, muy normal en nuestro país, ante la exposición prolongada de varios días a temperaturas elevadas, olas de calor, (aunque, en este caso, los síntomas se desarrollan más lentamente). Los síntomas son fiebre alta, sudoración excesiva, taquicardia, respiración rápida, calambres o hinchazón.
Consejos para evitar una insolación
Se debe evitar una exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas de más calor, es decir, de 12:00 a 14:00 h. aproximadamente. Es aconsejable que en los días que aumente el calor se permanezca en casa, y si no se puede, elegir zonas de sombra, y tener especial cuidado con niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, sobre todo cuando estas sean de carácter cardiovascular o respiratorio.
Utilizar sombrero, ropa fresca… Y beber mucha agua. También, es recomendable evitar realizar cualquier actividad física excesiva: en el caso que se quiera hacer deporte, las horas clave serían a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.
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Cómo actuar frente a una insolación
Si se observa que a alguien le está dando una insolación, siempre que sea factible, se recomienda acudir a servicios de urgencias o a los puntos de socorro de una piscina o playa. Si no se pudiera:
- Hay que bajar la temperatura corporal de la persona afectada y trasladarla a la sombra.
- Retirar todas las prendas que se puedan, aplicar aire o brisa utilizando cualquier objeto que ayude y ofrecerle hidratación (es mejor que beba poco a poco).
- Enfriar el sudor puede ser contraproducente, por lo que no se recomienda llevar a la persona a un local con aire acondicionado. Se trata de facilitar que la piel transpire y pierda temperatura de forma natural, ayudando en la tarea, aunque si cambios bruscos. Mojar la piel con agua fresca y abanicarle es una muy buena idea para acelerar este proceso sin sobresaltos.
- En caso de que la persona afectada no mejore, hay que llamar a urgencias inmediatamente.