Una persona da un paso extraordinario y decide donar un riñón en vida a alguien desconocido al que nunca conocerá. La ONT se pone en marcha. Ponemos cara y voz a esos buenos samaritanos. La confidencialidad se rompe de forma excepcional a petición propia y porque ha pasado tiempo desde la donación. Cada uno inició una cadena de trasplante cruzado, entre personas desconocidas, que permitió de media que tres pacientes recibieran un riñón. Incluso fue posible una cadena que logró trasplantar a seis pacientes. Conocerlos es visibilizar la donación altruista de vivo. Como Carlos, Pablo y María Jesús, otros 18 buenos samaritanos han dado calidad de vida a 55 personas.
En la Organización Nacional de Trasplantes se les conoce como “buenos samaritanos”. Desde 2010, un total de 333 personas se han interesado por esta iniciativa, mediante la que la protección del potencial donante es el pilar fundamental y el protocolo de actuación extremadamente garantista. El personal de la ONT ha llegado a entrevistar a 285 de estas personas. Tras esta primera toma de contacto y una valoración pormenorizada por parte de los profesionales de los equipos españoles de trasplante que participan en este programa, finalmente 18 personas completaron la evaluación médica y psicosocial con éxito y fueron donantes efectivos.
Gracias a ellos, se iniciaron 17 cadenas de trasplantes cruzados (uno de ellos donó directamente a la lista de espera) y 55 personas se pudieron trasplantar. La cadena más larga hasta el momento se realizó en 2014. Iniciada por un buen samaritano, en la cadena participaron cinco parejas y se realizaron seis trasplantes (la cadena siempre termina en un paciente en lista de espera).Este tipo de donante es el que, normalmente, inicia una cadena de trasplantes: dona su riñón de forma desinteresada a un paciente -con el que no tiene vínculo- un familiar o amigo de éste hace lo propio con el segundo paciente y así sucesivamente.
El 70% de esas 333 personas iniciaron el proceso de evaluación y finalmente 18 han sido donantes de forma efectiva. “Lo bueno es que de la donación de estas 18 personas'', asegura Marta García, enfermera coordinadora de trasplantes de la ONT, “se han podido beneficiar 55 pacientes diagnosticados de enfermedad renal terminal. Esto supone que por cada uno de los donantes altruistas de media se obtienen 3 trasplantes renales, porque, generalmente, deciden iniciar cadenas de trasplante para beneficiar a más personas”.
Con motivo del Día Nacional del Donante de órganos, células y tejidos, que se celebra este miércoles, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha agradecido la labor de los 18 donantes altruistas que con su gesto han logrado que se realicen 55 trasplantes renales en España. Así se ha pronunciado la ministra en el encuentro con las asociaciones de pacientes que la ministra ha mantenido en el seno del Ministerio de Sanidad con motivo de este día nacional, cuya celebración se ha centrado en la figura del donante altruista o buen samaritano.
En el seno de la reunión, Darias ha anunciado el avance con el Ministerio de Inclusión de una acción conjunta para que las personas que donan uno de sus órganos en vida puedan tener la cobertura sanitaria y laboral que necesitan, incluyendo la baja laboral.
"Es una reivindicación justa que nos hacen llegar desde las asociaciones de pacientes y que, tanto el ministro Escrivá como yo, estamos trabajando para que se haga una realidad con el correspondiente cambio del marco normativo", ha explicado Darias.
Como ha recordado la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, aunque la donación es siempre un acto altruista, hay un tipo de donación que lo es "en grado superlativo", "la realizada por un grupo de personas que deciden dar un paso más y donar en vida uno de sus riñones a un paciente desconocido y al que no tendrán la posibilidad de conocer".
Forman parte del Programa de Donación Renal Altruista o de Buen Samaritano, que puso en marcha la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en el año 2010. Por cada donante altruista, de media, tres pacientes han recibido el riñón que les ha permitido mejorar su calidad de vida.
Los donantes altruistas tienen una media de edad de 48 años, de profesiones muy diferentes, habitualmente sin cargas familiares y con una clara trayectoria vital altruista (son también donantes de sangre o de médula ósea, con tarjeta de donante, colaboradores o miembros de ONGs). Tras ser informados de las diferentes opciones, prácticamente todos deciden donar al programa de trasplante renal cruzado e iniciar cadenas de trasplantes, con lo que incrementan exponencialmente el impacto de su solidario gesto.
"Nosotros no queremos ninguna medalla, ni un homenaje público; solo queremos que se hable con normalidad de la donación altruista a un desconocido sin que nos miren con suspicacia y que más gente se interese por este Programa", explican Carlos, María Jesús y Pablo. Ellos forman parte de este reducido grupo de 18 donantes buenos samaritanos, que hasta ahora no se conocían. Por primera vez, la ONT los ha reunido para que puedan intercambiar impresiones con otras personas que han pasado por el mismo proceso.
Carlos es trabajador social y vive en Cataluña. Tiene 36 años y considera que "la donación es un acto cívico". "Más que por qué doné, en realidad me pregunto por qué no iba a donar. Es una intervención segura, aunque conlleve algunos riesgos, y con ello ayudo a una madre, a un hijo o a un padre", afirma.
Por su parte, María Jesús trabaja en una empresa de alimentación en la Comunidad Valenciana. Tiene 61 años y vive con un familiar con problemas de salud le hizo valorar la importancia de estar sano. "Le veía tan mal, que pensé que tenía la obligación de hacer algo. El detonante fue un programa que vi de enfermos renales en diálisis que me marcó y decidí hacerlo", expresa. Pablo, de 54 años, es médico, vive en País Vasco y se reafirma en su decisión. "La satisfacción de donar es algo increíble y lo volvería a hacer", asegura.
A pesar de sus buenas cifras, estas donaciones son menos efectivas, ya que no siempre inician cadenas de trasplantes. En los últimos dos años, por el impacto de la pandemia de covid, esta actividad se ha reducido en un 50-60 por ciento, un efecto similar al que se sufrió en otros países donde los programas de donación de vivo se detuvieron al ser intervenciones planificadas que se podían posponer. En lo que respecta a la actividad global de donación y trasplante en España, en los cuatro primeros meses de 2022 la donación de órganos ha crecido un 11 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, 807 personas han donado órganos: 707 lo han hecho después de fallecer y 100 han donado un riñón o parte de su hígado en vida. Este generoso gesto ha permitido realizar 1.740 trasplantes, lo que supone un crecimiento del 10 por ciento en comparación con 2021.