La llegada de los Reyes Magos va indiscutiblemente unida al roscón de Reyes, un dulce típicamente navideño que consumimos en masa durante esta jornada, y solo durante esta jornada. Hay quien se atreve con su receta para disfrutar de una versión casera y quien lo encarga en su panadería de confianza. También los hay industriales, aunque no todos son iguales ni tienen la misma calidad. ¿Cuál es la historia, receta y tradición del Roscón de Reyes? ¿Desde cuándo se consume y por qué?
El roscón de Reyes, que también recibe el nombre de rosca de Reyes en algunos países de Latinoamérica, es un dulce elaborado con una masa dulce a la que se da una forma redonda, y que suele adornarse con fruta confitada o escarchada. Es frecuente rellenarlo con nata o crema, así como con chocolate, trufa o moca, si bien la receta tradicional no lleva relleno alguno.
Además, parte de la gracia de los roscones de Reyes es que ocultan en su interior figuritas de cerámica o de plástico: se dice que la persona a la que le toque una de estas figuras tendrá buena suerte durante el nuevo año. También se suele introducir un haba seca y, al menos en teoría, quien la encuentre tendrá que pagar por el roscón.
El roscón de Reyes se consume exclusivamente durante e 6 de enero, tras la llegada de los Reyes Magos. Su origen es español pero su consumo se ha extendido poco a poco hacia la mayor parte de los países hispanohablantes. Eso sí, si vamos más atrás en el tiempo, el roscón de Reyes se relaciona con las saturnales romanas, unas importantes festividades dedicadas al dios Saturno y a los días más largos que comenzaban a sucederse tras el solsticio de invierno. También se lo relaciona con una representación complementaria y comestible de la corona de adviento.
En estas festividades se preparaba un roscón redondo con higos, dátiles y miel, y la introducción del haba data del siglo III: quien la obtuviera era nombrado rey de reyes durante un periodo breve de tiempo. En España, encontramos relatos que hablan del roscón de Reyes ya en el siglo XII.
Si quieres elaborar por ti mismo la receta actual del roscón de reyes, necesitarás 650 g de harina de fuerza, un vaso de leche tibia, 25-30 g de levadura fresca, 120 g de azúcar, 120 g de mantequilla, 2 huevos y 1 yema, 10 g de sal, dos cucharadas y media de agua de azahar y la ralladura de un limón y una naranja. Puedes decorar con frutas escarchadas, azúcar, un huvo batido o figuritas horneables.
Comienza por mezclar la leche con dos o tres cucharadas de harina y la levadura. Remuévelo todo y tápalo, dejándolo fermentar en un lugar cálido. Cuando la masa esté lista, añade en un bol el resto de la harina y añade poco a poco el resto de ingredientes (azúcar, ralladura, sal, leche, dos huevos, y la masa de arranque que ya ha fermentado). También el agua de azahar y, en último lugar, la mantequilla derretida. Remueve hasta que la masa quede perfectamente homogénea y prepara una superficie con harina espolvoreada para amasar.
Deberás darle forma de bola a la masa y guardarla luego en un recipiente hermético o con un paño húmedo por encima. Resérvala durante un par de horas en un espacio cálido y sin corriente. Cuando la masa haya crecido el doble, vuelve a amasarla para darle forma de roscón o de dos roscones de menor tamaño (ten en cuenta que el agujero se hará más pequeño al hornearlo). Deja los roscones ya formados reposar durante una hora en un lugar cálido y cubierto (por ejemplo, en el propio horno, a muy baja temperatura).
Antes de hornearlos, decóralos con los ingredientes elegidos, precalienta el horno a 180 grados y cocínalos durante unos 20 minutos.