Dice Michel Caine al comienzo de sus memorias que la vida es aquello que sucede mientras tú la planificas. Jose Coronado sostenía la suya con una agencia de modelos y un restaurante en el que estaba asociado con su buena amiga Maru Valdivielso hasta que un buen día le llamaron para rodar un anuncio de whisky en Menorca y, como el fogonazo camino de Damasco, tuvo la revelación de hacia dónde dirigir su destino. La propia Maru le presentó a Cristina Rota, que le hizo enamorarse del oficio, y le hizo ver que tenía tres grandes cualidades para dedicarse a esta profesión: planta, voz y memoria. “El resto dependerá de tu esfuerzo, de lo que luches por ello”, le dijo la maestra de actores.
Poco después, el azar se alió con Jose y se enroló con un papel en la obra “El Público” de Lorca, dirigida por Lluís Pascual para el Centro Dramático Nacional, y casi simultáneamente en una película: “Waka-Waka”. “Desde el comienzo fui consciente de la importancia que tenían todos los géneros y todos los medios: el cine, el teatro y la televisión -comienza contándome el actor-. Cuanto más abres el campo, más posibilidades tienes de llegar a tu objetivo”. ”¿Qué es un camino? Lo sabe el que anda, el que se mueve, el que abre el espacio con su movimiento”, decía Heidegger.
Le confieso que la primera vez que reparé en él fue a finales de los ochenta, en la serie de Pedro Masó Brigada Central Le pregunto qué recuerdos le trae aquella serie. “Me eligieron por mi físico. Allí fui una esponja bebiendo del saber de Imanol Arias. Yo tenía muy pocas tablas, y un día me quejé de que mi personaje tenía muy poca enjundia y Masó me respondió: “Si quieres más trama voy a transformar tu personaje en homosexual”. Esta serie me enseñó a saber luchar por mis personajes. Fue un lujazo haber pertenecido a aquel reparto”.
Damos un salto en el tiempo y le pregunto por su primer gran éxito en el medio, Periodistas Periodistas(1998-2002), más de cien episodios. ¿Qué recuerdas de ella? “Construimos día a día una gran familia -relata Jose- durante los más de 4 años que estuvimos juntos. Vivíamos de forma muy intensa la serie, donde en cada capítulo abordábamos un tema de candente actualidad. Fue una maravillosa experiencia que me dio lecciones de humildad, me enseñó a ayudar mejor a mis compañeros y sobre todo a amar más a mi oficio”. Y prosigue: “La serie tuvo mucha repercusión, subieron las matriculaciones en Periodismo. Y lo mejor: percibí la llegada de la fama bonita, la de un personaje que entra en las casas de la gente y les hace pasar un rato agradable y se siente querido por ello. Eso fue muy gratificante”.
Para engarzar mejor la conversación acudo a una de las directoras de la serie, Begoña Álvarez. También a ella la retrotraigo en el tiempo y hablamos de Coronado: “Cuando pienso por dónde empezar a contar lo que significa Jose para mí, lo primero que me viene a la mente es todo lo que le quiero. Y que eso ocurra cuando no has vuelto a trabajar con alguien desde hace 18 años solo puede significar una cosa, y es que la calidad humana de esa persona es increíblemente grande. Nunca olvidaré mi primera secuencia como directora, fue en “Periodistas”. La suerte hizo que los actores ese día fuesen Jose Coronado y Amparo Larrañaga. ¡Ni más ni menos! No se puede tener un mejor arranque ni mejores maestros que ellos dos. La calidez, paciencia y profesionalidad que me demostraron ese y todos los días de rodaje fue increíble. Jose significa talento, educación, inteligencia, generosidad, amor por los oficios que rodean al suyo tanto como por el propio, respeto, diversión y mil cosas más. Cuando Jose llega a un rodaje no solo interpreta, a la vez cuida para que ese figurante no cruce en el momento equivocado, avisa al steady para que no se la pegue contra ese mueble, recuerda ese inserto que siempre se queda para el final de la jornada y casi se olvida…. Tanto es así que en Periodistas Periodistasle llamábamos “Coronator”, ¡no se le escapaba una! Ni un solo día de rodaje necesitó repasar el guion antes de grabar, solo pedía la primera línea y ya se lo sabía todo. Cada día. Cada secuencia. Durante 4 años. Con él aprendí que ser protagonista es mucho más que llevar el número 1 en el desglose de dirección. Es una responsabilidad que marca el paso al resto del equipo. Fueron unos años maravillosos, muy divertidos y emocionantes. Juntos hicimos una de las series de las que más orgullosa me siento. Dirigir actores es uno de los oficios más bonitos del mundo, es un aprendizaje diario, constante y tener la suerte de comenzar a su lado es el mejor regalo que pude tener y que me acompañará para siempre”.
Mientras Jose andaba en la dulce piel de Luis Sanz, le llegó la llamada de Enrique Urbizu, en mi opinión el mejor director de thrillers del cine español. Urbizu le ofreció un papel totalmente opuesto en su película “La Caja 507” (2002). “Con Enrique entré en el lado oscuro -dice en tono jocoso Jose-. Es un maestro en la dirección de actores. Te transmite una enorme confianza porque siempre lo tiene claro, sabe lo que quiere y te enseña a contar la historia desde tu personaje. Tiene la precisión de un cirujano, te enseña cómo quitar grasa y que tu interpretación sea magra, musculada”.
Agrego a Enrique a la conversación, que me atiende con enorme camaradería: “Nos entendimos desde el primer momento -señala el director refiriéndose al actor-. Enseguida nos hicimos muy cómplices y descubrimos que menos es más: trabajar solo con la mirada y el gesto. Él venía de hacer un personaje de bueno, muy limpio en Periodistas, y yo le ofrecí un personaje opuesto, escondido, malo, de una contención brutal y así encontramos un camino que fue un éxito”. Continúa Urbizu: “Luego vino Santos Trinidad en “No habrá paz para los malvados” (2011), con los demonios más revueltos que el personaje de “La Caja 507”. Siempre hemos disfrutado mucho trabajando juntos”, concluye. Con este papel Coronado ganó el Goya, el Fotogramas de Plata y el Premio de la Unión de Actores. Hace un par de años han vuelto a reencontrarse en una serie de Movistar “Gigantes”.
“Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino”, escribió Borges.
Como ya he contado antes, Jose comenzó muy temprano en el teatro y ha representado más de una decena de obras. Le pregunto qué es lo que le ha aportado este arte: “Es la fuente del actor. Un gran aprendizaje para el cine y la televisión. Te exige una construcción exhaustiva de un personaje para llevar una obra a la escena. Es el lugar donde de verdad se ve al actor, su desnudez, su soledad ante el público, al que tienes que saber llegar con las herramientas de la voz, el gesto y el texto. Hubo una obra en la que me saqué el carnet de actor: “Algo en común” (1997). El teatro es de una elevada exigencia pero te da mucha satisfacción”.
Hace casi diez años compartió tablas con Irene Escolar en una espléndida obra de David Mamet, “Oleanna”, a la que le pido que rememore aquella experiencia con Jose: “Recuerdo que el primer día de ensayos él se sabía al milímetro el texto, lleno de monólogos complejos y larguísimos. Me sorprendió su capacidad inmensa de trabajo, su disciplina y sobre todo su generosidad. Jose es un animal elegante, sabio, calmado, con una capacidad de escucha enorme. Vivimos un proceso complicado en aquella función, y yo era muy joven. Si no fuera por el lugar que me dio, su manera de respetarme y de escucharme y su compañerismo, la verdad es que no sé qué habría hecho. Tengo un recuerdo hermoso de aquellas funciones. Sentir en el camerino de al lado a Jose, siempre relajado, siempre alerta y siempre disponible para probar cualquier locura, me daba paz y alegría”.
Unos años más tarde se produjo su reencuentro con Aitor Gabilondo (ya habían coincidido en Periodistas)Periodistas)Periodistas. Fue en un gran éxito para la televisión, “El Príncipe”, 23 episodios que cosecharon audiencias impresionantes. “El Príncipe fue la ceremonia de unión con Mediaset. Fue la constatación de un trabajo muy bien hecho y de un largo camino juntos que habíamos retomado un par de años después de Periodistas Periodistascon Los Ochenta, RIS y Acusados”.
Hace tres años, y poco después de verle en el Teatro Español en una obra de Alberto Conejero, “Ushuaia, me llegó la noticia de su infarto, que le situó al borde del precipicio. “Tuve mucha suerte y aquello cambió mi forma de ver la vida. He aprendido a priorizar y a relativizar. Lo tengo asumido pero no olvidado, de eso se encargan mis dos pastillas diarias y el stent que llevo colocado”. Tras esto superó una depresión que al parecer puede ser una de las consecuencias tras un infarto. La superó con ayuda médica, con la de su hijo Nicolás y la de su inseparable Majós (su manager, su alter ego).
Y en eso le llegó un personaje salido del universo literario de Manolo Rivas, adaptado por Aitor para su recreación televisiva, Nemo Bandeira, el protagonista de “Vivir sin permiso”, otro éxito de audiencia: “Ese accidente de vida me ayudó con el personaje de Nemo, le pasé toda mi angustia personal, de mi estado vital”.
En esta serie, Luis Zahera dio vida a Ferro, el escudero inseparable de Nemo. Le cuento al actor gallego que estoy escribiendo un Palabra de Vino sobre Jose y es él quien me pide participar a modo de mensaje telefónico que reproduzco: “Querido Nemo, capitán: espero que no me las tengas en cuenta, siempre que pienso en ti me viene a la cabeza una frase que leí una vez, “el caos es un orden por descifrar”. Evidentemente, Jose, yo soy ese caos y tú de alguna manera eras ese orden que lo descifraba. Humildemente creo que ya llevo trabajado con algún que otro grande de España, esa es la maravilla de ser un secundario al que no se le detuvo la maquinaria, pero juro por dios que con ninguno(a) tuve la sensación de ser tal caos ante semejante orden, el cual, ese orden, a mí me producía la satisfacción interpretativa de estar en una fortaleza en la que no se puede entrar ni salir. Para un caótico puro, y somos bastantes los actores caóticos, es muy gozoso, muy divertido, muy bonito de ver a un compañero que juguetea como tú con el orden puro. Lo dicho, Jose, espero que no me lo tengas en cuenta y que podamos repetir. Ha sido un placer, te lo digo de corazón. Hasta la siguiente, compañero”.
Esa próxima será Entrevías, el nuevo proyecto de Alea Media, la productora de Aitor Gabilondo y Mediaset, la historia de un hombre atropellado por la realidad y empeñado en proteger hasta lo indecible a su nieta. Le pido a Aitor que se incorpore también a esta conversación: “Lo que más me fascina de Jose (sin tilde, como a él le gusta) es su espíritu de superación. Es el Rafa Nadal de los actores: no se rinde nunca. No se conforma, no se deja adular y ha logrado escabullirse hasta de su propia belleza. Es un inconformista y creo que ése es el secreto que le ha llevado a convertirse en el gran actor que es. Yo lo veo así, como un dandi obrero. Bello, elegante y educado por fuera, y un trabajador infatigable y comprometido por dentro. Hemos hecho tres series juntos, todas para Telecinco: Periodistas, El Príncipe y Vivir sin permiso. Pronto empezaremos la cuarta: esa de la que hablas, Entrevías. Tenerlo en el set me da seguridad. Es un líder nato y confío en su criterio, y sé que si algo falla o se tuerce, será el primero en verlo y en decírmelo, sin paños calientes. Eso es impagable. Eso es un amigo. No sé qué más decir sin caer en el peloteo barato. En fin, ¡que lo adoro!”.
Para el vino nos vamos hasta La Rioja, a una de sus bodegas históricas, Marqués de Vargas, un concepto de chateau enclavado en pleno Valle del Ebro. El vino elegido es la Selección Privada de la marca, en su añada 2015, y nadie mejor que Pelayo de la Mata, el actual marqués, para que nos hable de él con profusión.
“Marqués de Vargas Selección Privada nació como un vino "de parcela" y que sólo se elabora en las añadas en que la calidad media del viñedo Hacienda Pradolagar es tan alta que permite apartar las uvas de las parcelas El Cónsul, La Garnacha, La Victoria sin sacrificar la calidad de nuestro vino más emblemático, Marqués de Vargas Reserva. Las cepas que dan origen a Selección Privada tienen una edad media entre 40-50 años. Marqués de Vargas Selección Privada Hacienda PradolagarMarqués de Vargas Reserva.fue inicialmente elaborado sólo para el consumo en la propia bodega con familiares y amigos
Recientemente, a partir de la cosecha 2015, el nuevo equipo técnico formado por Ana Barrón, enóloga de Marqués de Vargas, y Ana BarrónXavier Ausás,
Las variedades tradicionales de uva tinta de la Rioja (Tempranillo, Garnacha y Mazuelo
Para su crianza durante sus 19-20 meses se utilizan diferentes variantes de roble francés de la especie Quercus Petraea originario de los bosques de Tronçais, uno de los montes altos de robles más bellos de Europa; elegido porque nos aporta interesantes, sutiles y elegantes notas, tonos ligeramente especiados y balsámicos que no restan protagonismo a la fruta, sino que ensalzan el carácter fino y elegante del terroir de estas parcelas.
La cosecha 2015, con una climatología excepcionalmente favorable para la calidad, permitió elaborar este vino de larga guarda que sólo se produce en las mejores añadas, en un número muy limitado de botellas.
Expresivo desde el inicio, tiene un recorrido ascendente y amplio, a la vez que elegante y amable. El Tempranillo es la columna vertebral del vino, aportando taninos suaves y amables, una entrada sedosa, además de finura y elegancia. La variedad Mazuelo, presente en un 6% en esta añada, es clave para la longevidad de nuestros vinos de guarda por su excelente adaptación a los suelos de nuestro viñedo y por sus extraordinarias cualidades para la crianza. Aporta una gran intensidad de color e importante acidez, lo que asegura una buena evolución en botella, con un color más vivo y con la fruta presente durante más tiempo. El Tempranillo es la columna vertebral del vino, aportando taninos suaves y amables, una entrada sedosa, además de finura y eleganciaLa Garnacha le aporta la fruta vibrante, etérea en nariz, fresca y bailarina en boca. Todo dicho.
Antes de irnos, Jose me habla de su nuevo proyecto, una película que acaba de terminar con Belén Rueda, bajo la dirección de Arantxa Echevarría. Una nueva incursión en la comedia: “Había picoteado un poco en este género y el primer proyecto serio fue Es por tu bien, Es por tu bien,de Telecinco Cinema, con dos actorazos, Roberto Álamo y Javier Cámara, y ahora me ha llegado éste, que me ha permitido disfrutar durante estos dos últimos meses. La comedia es un género difícil pero muy gratificante. Y me encanta”.
Era su primer encuentro con Arantxa que me relata así la experiencia:
“Jose es un caballero. Y después de eso, todo es fácil. Un actor sin miedos, sin perturbaciones. Un actor que me brindó, de una forma muy generosa, un “si” rotundo a una comedia donde sabía que no podría ser un caballero. Es muy valiente el permitirse reírse de uno mismo, hacer comedia, ponerse un chándal y un lenguaje de barrio deprimido por camiseta y encima hacerlo con soltura.
Le he vestido de elfo, le he despeinado, le he destrozado la imagen de elegancia que tiene de forma innata. Hemos luchado contra su dicción exquisita para construir un personaje cándido y de estar por casa que interpreta en “La familia perfecta”.
“Así será
Complicadísimo porque sabe mucho más de cine que el 90% de los directores. La técnica para él es el día a día. Ha rodado mucho más que todos nosotros juntos. Por eso, a la hora de poner una posición de cámara, o una intención en una frase, él ya sabe qué planos faltan para cerrar la secuencia.
En “La familia perfecta” nos dejamos llevar por la improvisación en los ensayos y en el mismo rodaje. La comedia funciona si te ríes mientras lo estás rodando
Jose Coronado es así, no entiende a la gente que se queja de la fama. Siempre se ha prohibido quejarse por lo que la vida le ha regalado. Le encanta su oficio y solo quiere seguir. Me cuenta que le gustaría hacer un Rey Lear en el teatro, pero lo que le apasiona es lo que haya de venir. Brindamos por eso. Palabra de vino.