Cómo funciona una freidora de aire: consejos para sacarle partido
Las llamadas freidoras de aire se convirtieron en la esperanza de los amantes de la fritanga: utilizan aire caliente y una pequeña cantidad de grasa
Sus resultados mejoran con el tiempo, aunque en general es difícil que se alcance el mismo resultado que con una freidora convencional
Su uso es idéntico al de un horno y es posible utilizar distintos tipos de preparación: horneado, gratinado...
Seguro que más de un amante de la fritanga ha visto el cielo abierto al conocer la existencia de las llamadas 'freidoras de aire', un pequeño electrodoméstico que nos promete el mismo tipo de preparación pero con una cantidad infinitamente menor de aceite en el proceso. El resultado es, en principio, el mismo sabor y textura con unas cuantas calorías menos, aunque, claro está, si lo que introducimos en su interior es de por sí poco saludable, no conseguiremos milagros: no es lo mismo cocinar unos nuggets de pollo que unas verduras sazonadas. ¿Cómo funciona una freidora de aire? ¿Realmente funcionan?
Freidoras de aire: ¿cómo funcionan?
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La freidora de aire es un aparato que, de alguna manera, funciona de forma similar a un horno, pero en reducidas dimensiones. Se utiliza en el proceso una pequeña cantidad de aceite (por ejemplo, una cucharada) y básicamente se someten los alimentos a un aire muy caliente en circulación constante. Así, la comida se cocina con una combinación de esta alta temperatura y una pequeña cantidad de grasa, necesaria para dar a los alimentos ese toque crujiente característico de la fritura, así como para evitar que se peguen al aparato. Y es que, sin aceite de por medio, es imposible obtener un frito, ni tampoco las características propias de esta forma de cocinar.
Además, normalmente es posible cocinar sin utilizar ni una gota de aceite aunque, claro está, en estos casos el resultado será distinto. Por ejemplo, podemos introducir unas verduras horneadas o gratinadas. Y es que, aunque el marketing de estos productos se enfoque al concepto de fritura saludable, en realidad se trata de pequeños hornos donde, eso sí, es posible cocinar de forma más rápida y eficiente, debido precisamente a las pequeñas dimensiones de estos aparatos. Si cocinamos rebozados y similares, éstos se cocinarán como si de un horno se tratara, dorándose con su propia grasa si no introducimos una cantidad extra.
Lo cierto es que el uso de estas freidoras saludables no está exento de polémica, sobre todo cuando comenzaron a salir al mercado, debido a que sus resultados no eran los que cabría esperar y, además, se trata de pequeños electrodomésticos relativamente caros. Con el tiempo, los modelos han mejorado (y nuestras expectativas se han regulado a la baja), por lo que gozan de mayor aceptación. Pero desde organizaciones como la OCU lo dejan claro: las freidoras sin aceite "no son propiamente freidoras, sino pequeños hornos de convección por aire caliente". Y al igual que ocurre con los alimentos que se meten en el horno, para conseguir mejores resultados se aconseja usar un poco de grasa. "Las propias freidoras suelen recomendar el añadido de una cucharada de aceite a lo que se vaya a freír".
Dede la OCU aconsejan seguir estas pautas para conseguir unos mejores resultados:
- Escoge la capacidad adecuada a tus necesidades. Elige un modelo que sea acorde a la cantidad que vas a cocinar normalmente. Par una persona o una pareja bastará con una capacidad de 500 gramos y entre 500 y 1000 bastará para una familia media.
- No sobrecargues la freidora. Los resultados serán mejores si te ajustas al máximo que recomienda el fabricante. Una carga excesiva puede obstaculizar la circulación del aire y hacer que el aparato se sobrecaliente.
- Agita el cesto para que los alimentos se repartan uniformemente antes de empezar la fritura. determinados modelos permiten, además, extraer el cesto durante la cocción para mover los alimentos. En otros casos, la comida se remueve gracias a unas paletas rotatorias que trabajan de forma automática.
- Ten cuidado para que nadie toque accidentalmente la freidora mientras está en funcionamiento. Las temperaturas alcanzadas son muy elevadas, por lo que su manipulación puede ser peligrosa.
- No tuestes demasiado las patatas, porque cuanto más oscuro sea su color más probable es que se haya formado acrilamida, una sustancia que conviene evitar todo lo posible.
- Limpia la freidora después de cada uso, una vez que se haya enfriado. Para ello, sigue las instrucciones del fabricante.