Peregrinar hasta Santiago de Compostela se ha convertido en toda un tradición tanto en nuestro país como en el resto de Europa y del mundo. Cada año miles de visitantes recorren los distintos caminos que llevan hasta la Plaza del Obradoiro (y, en última instancia, también a Finisterre) y, aunque el motivo inicial de estas rutas era puramente religioso, a día de hoy podemos decir que lanzarse a completar esta hazaña tiene mucho que ver con una dimensión espiritual que trasciende lo cristiano.
Todos podemos beneficiarnos de unos días de reflexión mientras admiramos la naturaleza y compartimos momentos (algunos duros) con nuestros compañeros de viaje. Si estás pensando en recorrer alguna ruta del Camino de Santiago durante tus vacaciones y no tienes claro por cuál decantarte, toma nota de algunas de las etapas más bonitas y famosas de cada una de las rutas del Camino de Santiago.
La peregrinación a Santiago nació a partir del descubrimiento del sepulcro con los restos del Apóstol. El rey Alfonso II el Casto decidió levantar una iglesia en este lugar y desde entonces comenzó a desarrollarse el culto que motiva la peregrinación. Además de una manifestación religiosa, el Camino de Santiago funcionó como ruta de comercio internacional, uniendo el mundo Hispano-musulmán y el cristiano-feudal.
El Camino tuvo, además, desde sus orígenes, un carácter transversal en lo que a clases sociales se refiere: lo recorrían personas de toda condición, algunos por motivos religiosos y otros como penitencia o castigo. Reyes y obispos no escapaban a esta tradición, que se fortaleció a partir del año 1000, expandiéndose por Europa.
Desde entonces y hasta ahora, las distintas rutas o caminos se han ido estableciendo y asentando. Hoy en día contamos con un claro mapa que nos permite elegir en función de nuestras preferencias, nuestra forma física, nuestro tiempo... Conocer los enclaves más bonitos de cada ruta puede ayudarnos a elegir y por eso es importante conocer las etapas más bonitas del Camino.
Según la selección de los propios peregrinos, recogida en webs de encuentro como Vive Camino o Gronze (Guía del Camino de Santiago), estas son las etapas más famosas de cada una de las rutas principales del Camino de Santiago:
Se trata del camino más famoso y por eso hacemos especial hincapié en sus etapas más conocidas. Una de ellas es la de Roncesvalles - Zubiri, al inicio del camino. Se trata de una etapa dura, con grandes cambios de altura, pero su belleza hace que crezca la pena, ya que cruzarás campos y bosques espectaculares.
Otra etapa muy valorada es la de Puente la Reina - Estella: en este caso destacan sus monumentos históricos y se trata, además, de una etapa sencilla y breve. Calzadas romanas, puentes antiguos... y, por supuesto, el propio Puente de la Reina, forman parte de sus atractivos.
También destaca la etapa de Frómista - Carrión de los Condes, que los peregrinos definen como corta, sencilla y tranquila. Ello te permitirá admirar su bello paisaje sin grandes esfuerzos, así como sus conjuntos patrimoniales e iglesias. Cruzarás también en este punto el famoso Canal de Castilla.
La etapa El Burgo Ranero - León es otra de las que pueden hacer que te decantes por esta ruta específica: muchas personas optan por hacer parada en León, lo que si duda le añade un gran atractivo: no puedes perderte su catedral, una de las más bonitas de España, ni un paseo por sus calles medievales.
Por último, los visitantes también destacan la etapa Villafranca del Bierzo - O Cebreiro. En ella encontrarás varios hitos incomparables, como entrar en Galicia por O Cebreiro, un lugar mágico que te costará el ascenso hasta su cima, pero cuyas vistas te impactarán. Verás muchos cruceiros, hórreos o figuras religiosas como el Apóstol Santiago en este tramo.
En el caso del Camino Primitivo, los peregrinos optan por esta ruta por sus paisajes de montaña y tramos arbolados. Sin embargo, las etapas más valoradas son las más despobladas y solitarias: la variante de los Hospitales, entre Borres y Berducedo, y la etapa desde este punto hasta Grandas de Salime por el puerto del Palo y La Mesa.
En el Camino Norte la etapa más destacada es precisamente la inicial, entre Irún y Donostia, debido a la presencia del monte Jaizkibel y a la cercanía de la ruta a la costa, con el paso de barca de Pasaia. Otro punto destacado del camino es el que va de Deba a Markina. Comillas a Colombres, Llanes a Ribadesella y, ya en Galicia, el recorrido por la Terra Chá entre Mondoñedo y Vilalba, destacan en la lista.
Las etapas iniciales son las mejor valoradas, como la que va de Azambuja hasta Santarem por las lezírias sedimentarias del Tejo, o, ya en el Minho, la de Barcelos a Ponte de Lima, entre viñedos y pazos. Si viajas por la costa, la etapa de Vigo a Redondela también destaca, y a ella se suma el trayecto de Viana do Castelo a Caminha.
Se trata de una vía de gran longitud en la que resaltan cuatro etapas muy diferentes: Castilblanco de los Arroyos a Almadén de la Plata, en la que predominan los bosques mediterráneos; Carcaboso a Aldeanueva del Camino, por su tránsito por la calzada romana; Santa Marta de Tera a Mombuey, por su paisaje agrario y rural; y Serra Seca entre A Gudiña y Laza, un tramo calificado como "solemne".
En este camino, y para los amantes del mar, la etapa de Pontedeume-Betanzos puede ser la más fácil de disfrutar. Ya en el interior, la subida desde Betanzos hasta Hospital de Bruma se considera una de las etapas más bonitas. De este camino destaca negativamente la necesidad de "caminar por carreteras peligrosas, junto a la Autopista del Atlántico o por pistas de concentración parcelaria sin el más mínimo interés".
En este caso, el consenso es claro: la llegada a las Médulas, en la jornada con inicio en Ponferrada, y, sobre todo el tránsito por el corazón de la Ribeira Sacra, especialmente entre Monforte y Chantada, son lo mejor de este camino.
Por último, no hay que olvidar las metas de Olveiroa a Fisterra o Finisterre, y la de Olveiroa a Muxía. Tampoco la que une a ambas villas de mar, a través de Lires, asomando a la Costa da Morte.